
Pienso que las elecciones, en cualquier categoría nacional, provincial y municipal, se deberían realizar en el primer cuatrimestre del año y que el tiempo entre una elección en primera vuelta y su ballotage no debería ser mayor a dos semanas. ¿Porqué ese deseo se debería hacer realidad?
Pienso que la actividad política en nuestro país dejó de enamorar a la gente hace mucho tiempo, hartazgo, campañas interminables, discursos vacíos de contenido útil, rencores entre facciones, odio en el interior de algunos partidos y entre ellos también, son factor común y lo peor de todo es que tratan todo el tiempo del año electoral en prometer y hacer “alguna cosita” para justificar su egoísta existencia.
Por eso sería muy positivo que cualquier elección se realice en los primeros cuatro meses del año, puesto que a partir de allí tendríamos meses donde nuestra energía estaría puesta en producir y desarrollarnos como un país verdadero.
Estamos ahora en campañas políticas y los intereses sectoriales y personales afloran por todas partes, unos quieren demostrar que algo han hecho y otros quieren impedir que los responsables hagan algo. Así aparecen los movimientos especulativos del valor del dólar, lo que ha motivado a los industriales de alimentos (principales formadores de precios) a sugerir a los distribuidores aumentar el precio de las mercaderías, por ejemplo y eso nos puede llevar a una escalada de los peores índices de nuestra economía y ahí vale la pregunta ¿es un accionar en contra de la República como se dice?
No creo que estemos en tiempos de aumentar los precios de algún producto, antes de hacerlo, los formadores de precios deberían analizar si el abusivo y descarado aumento de todos los productos comerciales efectuados en Diciembre de 2023 y Enero 2024 y los sucesivos que ocurrieron en menor grado hasta ahora les hizo un formidable colchón económico en el mercado cautivo argentino que tuvieron. Tal vez en eso se les “pasó la mano”.
Tuvo que abrirse la importación para que muchos productos bajaran de precio y deben seguir haciéndolo puesto que ese proceder, es en gran parte, culpable de que el consumo bajara tanto en nuestro país; deberían sincerarse de una vez por todas los industriales, las distribuidoras y todos los formadores de precio, entre ellos los distintos gobiernos nacional, provincial y municipal para también bajar impuestos y tasas todavía abusivas y entre todos exigir que se traten las modificaciones de la legislación laboral, previsional e impositiva que puede ayudar a poner cordura a este momento delicado que vivimos.
Hay libertad de mercado, todo es oferta y demanda, si bien parte de la baja de consumo es responsabilidad de los gobernantes también depende del comportamiento de los actores principales de nuestra economía nombrados en párrafos anteriores, quienes deben colaborar en el bienestar de la población, no todo es comercio, también se necesita bajar ambiciones y situación dominante que han sido las culpables de muchas zozobras y angustias en estos tiempos difíciles que atravesamos.
Todavía hay muchos productos de consumo masivo que tienen precios inflados por la especulación, se ve en alimentos, insumos para vehículos, turismo, gastronomía, etc, etc.
Es hora que dejemos un poco de lado las eternas campañas políticas y gestionemos entre lo público y privado para que la población reciba inmediatos beneficios en su calidad de vida y solo es necesario eliminar de nuestra economía lo especulativo que tanto daño nos hace.
Fuente Mendoza Today