La Plata, 4 de agosto de 2025 – Total News Agency – TNA –La estrategia de las candidaturas testimoniales del peronismo en la provincia de Buenos Aires ha desatado una creciente controversia de cara a las elecciones legislativas del 7 de septiembre. Según fuentes del oficialismo y reportes periodísticos, al menos seis intendentes alineados con el gobernador Axel Kicillof, junto con la vicegobernadora Verónica Magario y dos jefes comunales cercanos a Cristina Kirchner, encabezan listas de concejales y legisladores sin intención de asumir los cargos para los que se postulan, generando críticas por posibles violaciones al principio de buena fe electoral.
Los intendentes Juan José Mussi (Berazategui), Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Andrés Watson (Florencio Varela), Fabián Cagliardi (Berisso) y Mario Secco (Ensenada), todos enrolados en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) que respalda a Kicillof, lideran las nóminas de concejales en sus distritos como candidatos testimoniales. Esto implica que, de resultar electos, no asumirían las bancas, utilizando sus candidaturas para traccionar votos hacia las listas de Fuerza Patria, la alianza peronista que busca consolidar el proyecto político del gobernador. Asimismo, Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Pablo Zurro (Pehuajó), alineados con el kirchnerismo de Cristina Kirchner, también encabezan listas de concejales sin intención de dejar sus cargos municipales.
El caso de la vicegobernadora Verónica Magario, quien encabeza la lista de candidatos a diputados provinciales por la Tercera Sección Electoral, es particularmente emblemático. Su postulación, considerada testimonial, busca capitalizar su influencia en La Matanza, el distrito más populoso de la provincia, para reforzar la boleta peronista, aunque no asumiría la banca en caso de ser electa. Esta práctica, según el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, es legal y “se ha hecho miles de veces” en la historia política argentina, destacando que Fuerza Patria ha optado por incluir a los “candidatos más competitivos” para garantizar victorias electorales.
La estrategia de candidaturas testimoniales, sin embargo, no es unánime dentro del peronismo. Desde el sector liderado por Cristina Kirchner, agrupado en La Cámpora, se ha expresado un fuerte rechazo a esta práctica. Dirigentes como Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y tercera candidata a diputada provincial por la Tercera Sección, y Facundo Tignanelli han insistido en que los candidatos deben asumir las bancas para las que se postulan, argumentando que las testimoniales generan “desconfianza y desmovilización” en la base militante. Mendoza, a diferencia de los intendentes mencionados, ha confirmado que asumirá su banca y dejará la intendencia en manos de Eva Mieri en caso de ser electa.
La controversia se intensifició con la impugnación presentada por la abogada Silvina Martínez ante la Junta Electoral bonaerense, quien denunció a más de una docena de intendentes, incluyendo a Mussi, Espinoza, Ferraresi, Watson, Cagliardi, Secco, Nardini y Zurro, por postularse sin intención de asumir. Martínez sostiene que esta práctica vulnera el principio de buena fe electoral, citando un fallo de la Cámara Nacional Electoral de 2009 que, aunque no prohibió las candidaturas testimoniales, exigió que los postulantes actúen con “intención efectiva” de cumplir el mandato popular. La abogada pidió que los candidatos declaren formalmente su compromiso de asumir las bancas y que se tomen medidas para preservar la integridad electoral.
En el plano político, la estrategia de Fuerza Patria busca capitalizar el peso territorial de los intendentes en una elección desdoblada, donde la participación electoral se estima baja, entre el 50% y 60%. Los jefes comunales, con alta imagen positiva en sus distritos, son vistos como una herramienta clave para movilizar votantes y asegurar el control de los concejos deliberantes. Sin embargo, la exclusión de sectores como La Cámpora en varias listas, como en Berazategui, donde Mussi presentó una boleta sin camporistas, ha profundizado las tensiones internas dentro del peronismo.
Por su parte, el kicillofismo defiende la táctica como una respuesta a un contexto electoral competitivo. Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y candidato a senador por la Primera Sección, justificó las candidaturas testimoniales afirmando que los intendentes “se ponen como escudo frente a una situación grave”, refiriéndose al desafío que representa la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO. Esta coalición opositora también ha recurrido a candidaturas de intendentes como Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Guillermo Montenegro (Mar del Plata), aunque no se ha confirmado si asumirán sus bancas.
A pesar de la legalidad de las candidaturas testimoniales, la falta de claridad sobre quiénes asumirán las bancas ha generado críticas no solo dentro del peronismo, sino también desde la oposición. La Libertad Avanza y sectores de Somos Buenos Aires, una coalición que reúne a peronistas no kirchneristas, radicales y otros partidos, han cuestionado la práctica, aunque algunos de sus propios candidatos también podrían no asumir. La confirmación de estas intenciones se conocerá el 10 de diciembre, cuando los electos deban asumir sus cargos.
La discusión sobre las candidaturas testimoniales, un recurso utilizado desde 2009 por el peronismo, refleja las tensiones internas y las estrategias electorales en un contexto de polarización y fragmentación política. Mientras Kicillof apuesta por el liderazgo territorial de sus intendentes, el kirchnerismo insiste en una postura de compromiso con las bancas, marcando una clara divergencia en la visión del futuro del peronismo bonaerense.