ANCHORAGE, 16 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-.El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, celebraron en Anchorage, Alaska, una esperada cumbre destinada a explorar un posible fin de la guerra en Ucrania. El encuentro, desarrollado en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, se prolongó por más de tres horas y concluyó sin un anuncio de alto el fuego, aunque con promesas de mantener el diálogo y preparar una nueva cita en Moscú.
La reunión marcó el primer viaje de Putin a Estados Unidos en una década y fue vista como una oportunidad para que Trump se proyectara como mediador en el conflicto. Para el líder ruso, representó la ocasión de replantear su posición en la escena internacional, aunque evitó cualquier contacto directo con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
En un gesto cargado de simbolismo, Trump recibió a su homólogo ruso con un sobrevuelo de bombarderos furtivos B-2, aeronaves del mismo tipo que fueron empleadas en junio durante la Operación Martillo de medianoche contra instalaciones nucleares en Irán. Según fuentes estadounidenses, siete de estos aviones volaron durante 36 horas desde la Base Whiteman en Missouri hasta territorio iraní para lanzar más de una docena de bombas perforadoras sobre objetivos en Teherán.
Las negociaciones en detalle
El encuentro comenzó en un formato restringido de “tres contra tres”: Trump estuvo acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff, mientras que Putin se presentó junto al ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y su asesor Yuri Ushakov.
Trump calificó la cumbre de “alto riesgo” y aseguró que había sido “extremadamente productiva”, aunque sin resultados concretos. Destacó que informaría a sus aliados de la OTAN y al presidente Zelenski sobre los avances, aunque rápidamente giró su discurso hacia posibles conversaciones con “tremendos representantes empresariales rusos”, insinuando que los asuntos económicos también estuvieron sobre la mesa.
“Tenemos una muy buena oportunidad de llegar allí. No llegamos allí”, señaló Trump antes de concluir con un guiño a su interlocutor: “Nos vemos muy pronto… Vladímir”. Putin, en inglés, replicó: “Muy pronto en Moscú”.
La retórica de Putin
Durante su intervención, Putin calificó a Ucrania como una “nación hermana” en medio de nuevas alertas de ataques aéreos en el centro y este del país, debido a amenazas de misiles balísticos rusos. “Todo lo que está pasando es una tragedia, y nos duele”, afirmó el mandatario, aunque volvió a repetir los argumentos ya habituales con los que el Kremlin justifica la invasión iniciada en febrero de 2022.
El presidente ruso también declaró que “la seguridad de Ucrania debe ser asegurada ciertamente, y estamos listos para trabajar en ello”, sin precisar a qué se refería. Además, acusó a las administraciones estadounidenses anteriores y a los gobiernos europeos de haber puesto “obstáculos” que, según dijo, impiden alcanzar acuerdos para detener la guerra.
Una cumbre sin definiciones
Analistas señalan que el “apretón de manos de Alaska” podría abrir una nueva etapa en la relación bilateral, aunque los resultados prácticos aún no se han materializado. Para Kiev y las capitales europeas, la reunión fue percibida como un reencuentro estratégico entre Washington y Moscú, mientras el conflicto bélico continúa sin señales de cese inmediato.
A falta de compromisos claros, la cumbre fue interpretada como una primera ronda de conversaciones que podría derivar en nuevas negociaciones en Moscú. La guerra sigue activa, pero Trump y Putin dejaron abierta la puerta para mantener un canal de diálogo en los próximos meses.