Buenos Aires, 23 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-.Un maquinista de la Marina de Estados Unidos, identificado como Wei y también conocido como Patrick, fue hallado responsable de seis delitos, entre ellos conspiración y espionaje, por haber entregado información clasificada sobre buques de guerra a un agente chino a cambio de más de 12.000 dólares. De acuerdo con la acusación fiscal, su actividad se prolongó un año y medio y culminó con su detención en agosto de 2023, cuando se presentaba a trabajar. La sentencia fue fijada para el 1 de diciembre, con la posibilidad de cadena perpetua.
El fiscal Adam Gordon remarcó la gravedad de los hechos: “Al intercambiar secretos militares por dinero, no solo puso en riesgo a sus compañeros, sino también la seguridad nacional de EE.UU. y de nuestros aliados”. Según el expediente, Wei se desempeñaba como maquinista a bordo del USS Essex, buque de asalto anfibio de la Flota del Pacífico, y contaba con autorización de seguridad y acceso a documentación confidencial.
La investigación reconstruyó el método de captación: en febrero de 2022, mientras tramitaba su ciudadanía, Wei fue contactado por redes sociales por un supuesto empleado-aficionado naval vinculado a la estatal China Shipbuilding Industry Corporation. El enlace, al que el marino se refería como “Big Brother Andy”, lo equipó con teléfonos y ordenadores dedicados y mantuvo comunicaciones por aplicaciones cifradas. Entre las pruebas incorporadas al juicio figuran mensajes de texto, grabaciones y fotografías que, según la fiscalía, demuestran que el acusado conocía la ilegalidad de su conducta.
De acuerdo con los fiscales, Wei fotografió y filmó instalaciones del USS Essex, ubicó buques estadounidenses en distintas misiones, describió sistemas defensivos e informó sobre problemas técnicos de su nave y de otras unidades. En una conversación recuperada por los investigadores, se jactó ante su madre: “Otros chinos en la Marina siguen buscando cómo ganar dinero extra, conduciendo taxis. Yo simplemente filtro secretos”. Ella respondió: “¡Buen trabajo!”.
El caso se enmarca en un clima de presión creciente de los servicios de inteligencia chinos por obtener datos sobre la capacidad naval estadounidense en el Indo-Pacífico. En un expediente paralelo, el suboficial Wenheng Zhao fue detenido el mismo día que Wei y condenado en 2024 a 27 meses de prisión, acusado de entregar a Pekín fotografías, esquemas de sistemas sensibles y planes de ejercicios a gran escala en el Pacífico.
El proceso contra Wei se suma a otras alertas regionales sobre espionaje y operaciones encubiertas: Taiwán denunció una red con la imputación de cuatro exfuncionarios por filtración de secretos de Estado; Rusia condenó a 16 años a un hacker siberiano por alta traición y vínculos con la inteligencia ucraniana; y reportes sobre reclutamiento de adolescentes ucranianos para sabotajes bajo engaño dibujan un frente de amenazas híbridas en expansión.
En este escenario, la condena de Wei —y la de Zhao— envía una señal de advertencia sobre los riesgos internos que enfrenta la Armada estadounidense en un momento de tensión estratégica con Pekín. La fiscalía subrayó que el acusado “traicionó de forma flagrante la confianza” depositada en él como miembro de las Fuerzas Armadas, mientras su defensa se mantuvo sin comentarios públicos tras el veredicto.