Jerusalén , 24 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron el domingo una serie de ataques aéreos contra objetivos en Saná, capital de Yemen, que incluyeron el palacio presidencial controlado por los rebeldes hutíes, una base militar, depósitos de combustible y dos centrales eléctricas. Según el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, los bombardeos “destruyeron” la sede presidencial del grupo insurgente, mientras que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, advirtió que los hutíes están “aprendiendo a las malas” las consecuencias de sus ofensivas contra Israel.
Los ataques se produjeron poco después de que los rebeldes denunciaran ofensivas israelíes contra instalaciones energéticas y petroleras en la capital. Medios próximos a los insurgentes recordaron que Saná ya había sido blanco de bombardeos similares la semana pasada.
El Ministerio de Salud y Medio Ambiente bajo control hutí confirmó un “balance preliminar” de dos muertos y 35 heridos, además de varios desaparecidos. Las autoridades locales informaron que equipos de defensa civil trabajan en la extinción de incendios y en las tareas de rescate. El comunicado oficial calificó la ofensiva como una “criminal agresión sionista” dirigida contra “instalaciones civiles y de servicio”.
Desde Teherán, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Ismail Baghaei, condenó “enérgicamente” la operación militar y la definió como “un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad”. Baghaei señaló que el ataque contra infraestructuras esenciales como aeropuertos, puertos, plantas eléctricas y almacenes de alimentos refleja la “hostilidad del régimen sionista hacia el desarrollo de los países de la región”.
Por su parte, el ministro de Información hutí, Hashem Sharaf Addin, declaró que los bombardeos no disuadirán al movimiento rebelde, respaldado por Irán, de continuar con sus ataques contra Israel en apoyo a los palestinos de la Franja de Gaza.
Con esta nueva escalada, el conflicto regional adquiere mayor tensión, en un escenario en el que Israel insiste en frenar las acciones de los hutíes, mientras crecen las condenas internacionales por los daños a infraestructuras civiles y el aumento de víctimas en Yemen.