Buenos Aires, 4 de septiembre de 2025-Total News Agency-TNA-El Senado convirtió en nuevo tropiezo para la Casa Rosada al aprobar —por amplia mayoría— un proyecto que restringe el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) del Poder Ejecutivo. La iniciativa, que obtuvo media sanción con 56 votos a favor y 8 en contra, llega horas después de que la Cámara alta derribara el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad por 63 a 7, y exhibe la creciente soledad legislativa del oficialismo.
El texto reformula la Ley 26.122 y cambia la lógica de control: los DNU dejarán de quedar convalidados por “silencio” parlamentario y deberán ser ratificados expresamente por ambas cámaras en un plazo perentorio de 90 días; si una sola cámara los rechaza, caen. Se elimina así la denominada “sanción ficta” y se exige tratamiento activo del Congreso.
Entre los ajustes técnicos se incorpora el criterio de “materia única” —para impedir los megadecretos de contenidos heterogéneos— y se impone a la Bicameral de Trámite Legislativo la obligación de dictaminar en plazos breves, con advertencia de nulidad por incumplimiento. De ese modo se busca cerrar la puerta a maniobras dilatorias que en los hechos convalidaban los DNU.
El bloque opositor —confluencia de Unión por la Patria, radicales, sectores del PRO y fuerzas provinciales— sostuvo que el rediseño devuelve equilibrio de poderes y frena el hiperpresidencialismo; el oficialismo lo consideró un intento de atarle las manos al Presidente. La media sanción deja ahora la definición en Diputados, donde se anticipa otro round áspero.
El revés llega en una semana particularmente áspera para el Gobierno: al rechazo del veto en discapacidad —primera vez en 22 años que el Congreso revierte una decisión presidencial— se suma este freno a la herramienta preferida por el Ejecutivo para gobernar sin mayorías propias. La señal política es nítida: cuando la gestión apuesta al choque y la imposición unilateral, el Senado articula mayorías transversales para reencauzar la discusión por carriles institucionales.
Qué cambia con la reforma aprobada por el Senado:
Ratificación obligatoria por ambas cámaras en 90 días; rechazo por una cámara basta para anular; fin del “silencio” convalidador; exigencia de “materia única” en cada DNU; obligación de la Bicameral de emitir dictamen fundado en plazos acotados. Si la Cámara de Diputados confirma estos lineamientos, el tablero de poder del Ejecutivo en materia normativa quedará sensiblemente acotado.