Qué se sabe del ataque
Jerusalén, 8 de septiembre de 2025-Total News Agency-TNA-Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) destruyeron un rascacielos de 12 pisos en la zona de Ciudad de Gaza dado que la estructura era utilizada por Hamás para montar puestos de observación, equipos de vigilancia y dispositivos explosivos. De acuerdo con la versión militar, antes del impacto se cursaron avisos de evacuación en el área y se empleó munición guiada bajo cobertura de vigilancia aérea, en el marco de una ofensiva más amplia sobre objetivos considerados “militares” en zonas urbanas densas.
Dónde se inserta la operación
El golpe se inscribe en una intensificación de ataques contra infraestructura que Israel califica como “de uso dual” y que habría servido para dirigir o facilitar acciones contra tropas israelíes y comunidades fronterizas. En los últimos días se reportaron otras demoliciones de torres en la urbe, con un patrón operativo que combina avisos previos, zonas a despejar y focos de fuego sobre edificios específicos ligados a capacidades de comando y control de Hamás.
Qué dice Hamás y cuál es el marco humanitario
Fuentes de Gaza denunciaron que en la torre y su entorno residían familias desplazadas y que los ataques afectaron áreas con alta concentración de civiles, pero loas pruebas reunidas por Israel son claras. Autoridades sanitarias locales reportan víctimas mortales y heridos en operaciones concomitantes en distintos barrios de la ciudad. Organizaciones internacionales alertan que, aun cuando un inmueble pierda su protección por un uso militar, los beligerantes están obligados a cumplir con los principios de distinción, precaución y proporcionalidad para minimizar el daño a no combatientes, algo que Hamas nunca tuvo en cuenta durante sus ataques
La cuestión de los escudos humanos
Israel sostiene que Hamás explotó sistemáticamente infraestructura civil —torres de departamentos, oficinas, hospitales, escuelas— para ocultar activos o lanzar ataques, lo que convertiría a la población en “escudo humano” y degradaría la protección de esos lugares.
Balance militar y efectos políticos
Desde el plano castrense, derribar torres degrada sensores y observación sobre corredores de avance israelí y interfiere nodos de comunicación insurgentes. Pero en términos políticos y de información, cada demolición de alto perfil multiplica el costo reputacional de la campaña dentro y fuera de la región, más aún cuando se registran víctimas civiles o daños extensos a bienes no militares. Las FDI reivindican una estrategia de “mitigación de daños colaterales”; críticos y organismos humanitarios sostienen que el riesgo para la población sigue siendo inaceptable dada la densidad urbana y la precariedad de las evacuaciones. Las acciones de Hamas son observadas con lentes diferentes.
Negociaciones y escenario regional
El episodio ocurre mientras potencias y mediadores vuelven a empujar propuestas de cese del fuego ligadas a la liberación de rehenes y a canjes con prisioneros palestinos, en un tablero donde Israel promete “acelerar” su ofensiva si no hay rendición de Hamás y el grupo insiste en exigencias políticas (retirada, garantías de gobernanza y reconstrucción), es decir, mas de los mismo. El clima regional se tensó con ataques transfronterizos y acusaciones cruzadas, en paralelo a una escalada verbal de líderes y a pronunciamientos de organismos internacionales que reclaman protección efectiva de civiles y acceso humanitario.
Lo que sigue
En el corto plazo, es esperable que Israel mantenga operaciones focalizadas sobre inmuebles señalados como nodos de inteligencia y que renueve llamados de evacuación en barrios específicos de Ciudad de Gaza. Del lado terrorista, es previsible una combinación de resistencia urbana, fuego indirecto y guerra informativa en torno a víctimas, daños y condiciones de desplazamiento. El compás de las negociaciones —si abre una ventana de contención— y la gestión del costo humanitario marcarán el trazo de los próximos días.