Informe especial de la Redacción
1) Panorama general: del golpe electoral al repliegue táctico
Buenos Aires, 10 de septiembre de 2025 – Total News Agency – TNA –La derrota de La Libertad Avanza (LLA) por más de 13 puntos en la provincia de Buenos Aires reconfiguró el tablero político del oficialismo y aceleró un repliegue táctico en la Casa Rosada. El resultado bonaerense —con el peronismo de Fuerza Patria arriba de 46/47% y LLA en torno al 33/34%— operó como catalizador de tensiones acumuladas: reproches cruzados por el armado, señales fallidas hacia los gobernadores y el peso de causas sensibles (caso $Libra y audios de Discapacidad) que minaron el capital político del Presidente.
En ese cuadro, el Ejecutivo activó una “mesa política” nacional y bonaerense, reabrió el Ministerio del Interior y designó a Lisandro Catalán como ministro, con el objetivo declarado de recomponer puentes federales y ordenar la campaña rumbo al 26 de octubre. La decisión —emblema de una rectificación táctica tras meses de “achicamiento” del Estado— convive con una paradoja: el Gobierno ratifica el rumbo económico y evita cambios de primera línea, mientras busca ampliar apoyos para aprobar el Presupuesto 2026 y sostener la gobernabilidad.
2) El día después: qué cambió y qué no cambió
- Reapertura del Ministerio del Interior. La Casa Rosada elevó a rango ministerial la cartera que había degradado, con Catalán como interlocutor de gobernadores y pieza de la nueva “Mesa Federal”. El movimiento apunta a ganar aire político, pero los mandatarios exigen fondos y señales de previsibilidad antes de cualquier foto.
- Mesa política y ratificaciones. El Presidente reunió a Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Martín Menem, Manuel Adorni y Santiago Caputo. Más allá de versiones sobre desplazamientos, el oficialismo ratificó a Eduardo “Lule” Menem y a Sebastián Pareja en el esquema, al menos hasta las nacionales.
- Campaña y mensajes. Puertas adentro se admite que hubo errores de tono y de casting. Se planifican actos de alto impacto en las provincias grandes, un foco más económico y un esfuerzo por mejorar la coordinación con el PRO, aunque con fisuras visibles.
3) La interna oficialista: nombres propios y líneas de fractura
- Karina Milei / “Jefatura política” de facto. La Secretaría General consolidó su centralidad: bloqueó cambios bruscos tras la derrota y empujó la promoción de Catalán. El círculo de la hermana presidencial emerge como garante de continuidad y filtro de alianzas.
- Santiago Caputo / el estratega bajo la lupa. El asesor debió convivir con críticas internas por el armado bonaerense y por la exposición de militantes afines. La idea de un “gabinete de unidad” para oxigenar la gestión quedó, por ahora, en carpeta.
- “Lule” Menem y Sebastián Pareja / el caso bonaerense. El tándem del armado quedó en el centro del pase de facturas. Pese a los pedidos de renuncia que brotaron en redes y streaming, el Presidente decidió sostenerlos de mínima hasta octubre.
- “Gordo Dan” (Daniel Parisini) / militancia y disciplinamiento. La irrupción de influenciadores con línea directa al electorado libertario tensó el control del mensaje: el episodio expuso la fragilidad de la “cadena de mandos” y obligó a blindar la campaña.
4) Gobernadores y Congreso: la aritmética del poder
El giro hacia el Interior reconoce un dato duro: sin gobernadores propios y con minoría parlamentaria, el oficialismo depende de acuerdos puntuales para sacar leyes clave (Presupuesto, impuestos, eventuales reformas). Los mandatarios —incluso algunos que acompañaron al inicio— endurecieron su postura: reclaman ATN, previsibilidad en transferencias y un sendero fiscal que no descargue todo el ajuste en las provincias. La reapertura del diálogo, si no llega con recursos y algún gesto político, puede quedar en un gesto cosmético.
En el Congreso, la derrota bonaerense impacta en expectativas para octubre. Sin mayoría y con un PRO partido entre cooperación táctica e identidad propia, el Gobierno necesita sumar volumen político para evitar un Congreso más adverso en 2026.
5) Factores corrosivos: causas sensibles y desgaste
- Caso $Libra. La deriva judicial internacional y las discusiones sobre responsabilidades políticas siguen presentes en la agenda, con activos congelados en el exterior y denuncias de damnificados. Aunque el oficialismo buscó despegarse, el ruido residual alimenta la narrativa opositora.
- Audios de Discapacidad. La filtración de audios atribuidos al exdirector de ANDIS, Diego Spagnuolo, con señalamientos hacia altas esferas, abrió un frente que la Justicia comenzó a delimitar. Más allá del debido proceso, el tema erosionó imagen y consumió tiempo político.
6) Catalán al Interior: oportunidad y escepticismo
El ascenso de Lisandro Catalán —un cuadro con trayectoria técnica y vínculos previos con gestiones de distinto signo— busca “profesionalizar” la ventanilla política. Su misión: ordenar el vínculo con mandatarios, articular la campaña y recomponer confianza con jefes territoriales. Pero en varias provincias predomina el escepticismo: le reprochan episodios de fricción (como Tucumán) y dudan de su margen real para destrabar fondos. Si Interior no llega con herramientas (ATN, obras, cronograma creíble), el intento podría diluirse en pocas semanas.
7) ¿Hay una “apuesta sucesoria”? Qué dice la ley y qué muestra la política
La derrota bonaerense y la intensificación de la grieta digital activaron especulaciones de “sectores extremos” sobre escenarios de sustitución anticipada. Vale precisar:
- La Constitución (art. 88) y la Ley de Acefalía (25.716) establecen que, ante vacancia presidencial, la vicepresidenta asume para completar el mandato. Si también faltara la Vicepresidencia, el orden provisorio es Presidente Provisional del Senado, Presidente de Diputados y Presidente de la Corte, y la Asamblea Legislativa define la sucesión definitiva entre senadores, diputados o gobernadores.
- Lectura política. Hoy no hay condiciones objetivas para un proceso de acefalía: no existe mayoría parlamentaria para un juicio político, no hay consenso federal para un atajo institucional y el propio sistema político carga con las cicatrices de 2001/2002. El ruido de redes proyecta sombras más largas que la correlación de fuerzas real.
- Riesgo de profecía autocumplida. La sola instalación de escenarios destituyentes eleva la prima de riesgo, contamina la conversación pública y encarece el costo de la gobernabilidad. En la práctica, los actores con poder territorial —gobernadores e intendentes— tienden a privilegiar estabilidad y caja.
8) Qué mirar de aquí a las elecciones del 26 de octubre
- Señales hacia las provincias. ¿Interior llega con un esquema de ATN y obras que ancle compromisos o hay “fotos” sin recursos?
- Disciplina interna. ¿La mesa política logra coordinar mensajes y bajar la exposición de la interna, o persiste el fuego amigo?
- Alianzas legislativas. ¿Se consolida un puente operativo con sectores del PRO y moderados, al menos para el Presupuesto?
- Gestión y microeconomía. Si el rebote de dólar y riesgo país tras el “lunes negro” se filtra a precios de septiembre, el humor social puede empeorar la campaña.
- Frentes judiciales. ¿Cómo evolucionan $Libra y Discapacidad? Aun sin fallos inmediatos, cada novedad afecta expectativas.
- Peronismo en modo ofensiva. Con Kicillof fortalecido, el peronismo huele oportunidad. Si conserva la iniciativa y evita fracturas, obligará al oficialismo a jugar en defensa.
9) Conclusión: control de daños con reloj electoral
El Gobierno eligió rectificar tácticas (Interior, mesas, giras) sin mover el timón del programa. Ese equilibrio fino puede sostenerse si logra dos cosas a la vez: orden interno (silenciar la “guerra de WhatsApp” y coordinar campaña) y paz fiscal con provincias (señales concretas, no sólo gestos). Sin eso, octubre puede agrandar la brecha entre la macro que festeja el ancla nominal y la micro que reclama alivio. La política, otra vez, como condición de posibilidad de la economía.