Por Guillermo H.B. Castaño – Exclusivo Total News Agency
El Presidente Javier Milei presento el envío al Congreso del proyecto de ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para 2026, enfatizando el “equilibrio fiscal” como pilar central de su gestión y afirmando que “lo peor ya pasó” en términos económicos. Este anuncio se produce en un contexto de volatilidad postelectoral, con derrota reciente en las elecciones Provincia de Buenos Aires, y busca dar señales de madurez institucional al someter el proyecto a debate parlamentario tras dos años sin presupuesto aprobado. A continuación, analizamos los componentes principales del proyecto, sus proyecciones macroeconómicas, asignaciones presupuestarias, aspectos controvertidos y reacciones.
Proyecciones Macroeconómicas
El presupuesto proyecta un escenario optimista de recuperación económica, con énfasis en la sostenibilidad fiscal:
- Crecimiento del PBI: 5% para 2026, tras un 5,4% estimado para 2025.
- Inflación (IPC): 10,1% anual para 2026, con una acumulada del 24,5% para 2025. Sin embargo, esta estimación es criticada por ser subestimada, ya que la inflación acumulada hasta agosto de 2025 es del 19,5% y las expectativas del mercado (según el Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA) alcanzan el 28,8% para 2025.
- Dólar oficial (tipo de cambio mayorista): Cierre en $1.423 para 2026, tras $1.325 en 2025.
- Balanza comercial: Déficit de USD 6.961 millones en bienes y servicios hasta 2028, lo que implica presiones sobre las reservas.
- Superávit fiscal: Primario del 1.5% del PBI (inferior al 2.2% acordado con el FMI en abril de 2025) y financiero del 0,3% del PBI. El superávit total proyectado es de $2.734 billones, manteniendo el “déficit cero” como meta innegociable.
Estas proyecciones asumen una continuación de la desaceleración inflacionaria y una reactivación impulsada por inversiones en sectores como agro, minería y energía, aunque dependen de factores externos como el clima y la estabilidad global.
Asignaciones Presupuestarias y Gastos
El gasto total se estima en $148.069 billones, con un 85% destinado a educación, salud y protección social, según Milei. Se destacan incrementos nominales por encima de la inflación proyectada, presentados como una “moderación” del ajuste:
- Jubilaciones y pensiones: Aumento del 5% real (por encima de la inflación), con un adicional del 5% para pensiones por discapacidad.
- Salud: Incremento del 17% real.
- Educación: Aumento del 8% real, incluyendo $4,8 billones para universidades nacionales.
- Obras públicas y provincias: Fondos adicionales para rutas y un aumento del 105% en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a $569.426 millones, como señal a gobernadores.
- Ciencia y tecnología: Aumento del 36% real, aunque esto contrasta con propuestas de derogación de leyes que garantizan financiamiento (ver abajo).
Estos incrementos se enmarcan en un enfoque de “eficiencia” y reducción de gasto innecesario, con énfasis en la eliminación de emisión monetaria para evitar inflación.
Aspectos Controvertidos y Críticas
A pesar de los anuncios positivos, el proyecto incluye medidas que generan polémica:
- Derogaciones y recortes reales: Propone derogar leyes que promueven inversión en ciencia, educación técnica y fondos específicos, lo que podría reducir financiamiento a largo plazo. Además, reduce en un 60% real (45% nominal) la partida para pagar sentencias previsionales ($212.288 millones vs. $390.050 millones en 2025), afectando a 90.000 jubilados con fallos firmes. Críticos sin mayor sustento como el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) argumentan que consolida el “ajuste” en universidades, con fondos insuficientes para su funcionamiento.
- Restricciones fiscales: Impone una “regla de estabilidad fiscal” que obliga a ajustes automáticos si los ingresos caen o gastos exceden, priorizando el equilibrio sobre el gasto social. Prohíbe financiamiento del Tesoro vía BCRA.
Reacciones:
- Apoyo: El PRO respalda el proyecto como “madurez institucional” y base para el cambio.
- Oposición: Cristina Kirchner lo califica de “bomba de tiempo”, recordando frases similares de Macri en 2018 que precedieron crisis. Gobernadores y sectores como ciencia y educación alertan sobre impactos negativos. Hubo cacerolazos durante la cadena nacional, reflejando malestar social.
Conclusión
El proyecto de ley de presupuesto 2026 representa una continuidad del modelo económico libertario del Presidente Milei, priorizando el superávit fiscal y la estabilidad macroeconómica para atraer inversiones y reactivar el crecimiento, con proyecciones ambiciosas que consolidan la recuperación si se cumplen. Sin embargo, enfrenta desafíos significativos: los recortes reales que arguye la oposición en áreas sensibles como jubilaciones, ciencia y educación pueden profundizar tensiones sociales, especialmente en vista a las elecciones nacionales de octubre del corriente. Políticamente, busca diálogo con gobernadores vía ATN, pero la oposición lo ve como un ajuste encubierto que ignora vulnerabilidades. Su aprobación en el Congreso será clave pues el equipo económico está convencido de poder aplicarlo con resultados muy positivos para el país; si se modifica sustancialmente, podría alterar el “déficit cero”, algo innegociable por esta administración lo que mantendría la prórroga del presupuesto 2023, Ley N° 27.701. En resumen, es un plan audaz y polarizante, con cierto riesgo de no alinearse con la realidad económica si la inflación o el déficit comercial superan las expectativas gubernamentales. Pero reitero que el equipo está seguro de su aplicación y resultados.
16/09/2025
Guillermo H.B. Castaño. Semper Fidelis Consultora
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