Por Daniel Romero
Jerusalén, 21 de septiembre de 2025 – Total News Agency (TNA)–Los gobiernos de Reino Unido, Canadá y Australia anunciaron este domingo el reconocimiento del Estado de Palestina, una decisión que, lejos de impulsar la paz en Medio Oriente, se traduce en un premio al terrorismo y un triunfo para Hamas. La medida llega a menos de dos años de la brutal invasión del 7 de octubre de 2023, cuando comandos de Hamas asesinaron a 1.200 personas en Israel y secuestraron a más de 250 civiles, crímenes que aún mantienen abiertas profundas heridas en la sociedad israelí.
El primer ministro Benjamin Netanyahu rechazó categóricamente el anuncio y aseguró que bajo su mandato no habrá un Estado palestino al oeste del río Jordán. En un mensaje difundido en video, calificó el reconocimiento como un “error histórico” y advirtió que la comunidad internacional está enviando la señal equivocada: que el terrorismo obtiene beneficios políticos.
Mientras tanto, dirigentes de la ultraderecha israelí reclamaron la anexión formal de Cisjordania como respuesta inmediata a lo que consideran una agresión diplomática contra la soberanía del Estado hebreo. Desde el gabinete se insistió en que la única manera de garantizar seguridad a los ciudadanos israelíes es reforzar la presencia en los territorios en disputa.
Por su parte, líderes palestinos celebraron la decisión de Londres, Ottawa y Canberra, a la que definieron como un “paso histórico” en el camino hacia su autodeterminación. Sin embargo, el contexto no deja lugar a equívocos: el reconocimiento llega cuando Hamas, considerado una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países, sigue operando desde Gaza y utiliza a la población civil como escudo en el conflicto con Israel.
El reconocimiento diplomático por parte de tres naciones del bloque occidental amenaza con profundizar la brecha entre Israel y algunos de sus aliados históricos, al tiempo que legitima indirectamente la violencia de Hamas. Lejos de fomentar la paz, esta iniciativa consagra la idea de que el secuestro, el asesinato y el terror pueden ser recompensados en la arena internacional.