La activación de la alerta roja por fuertes lluvias ha puesto en marcha desde ayer domingo un amplio operativo en ayuntamientos, comercios, centros educativos y diversas instituciones de la región. Ante la previsión de precipitaciones intensas para esta tarde y el temor a repetir los graves daños ocasionados por la dana del trágico 29 de octubre, las localidades de la provincia de Valencia han tomado medidas preventivas como la suspensión de clases y actividades deportivas, así como alternativas de protección para los comercios. En concreto, las intensas lluvias registradas durante la pasada noche en la región valenciana ya han dejado sus primeras consecuencias en municipios como Aldaia , donde vecinos y comerciantes se enfrentan a una situación que les recuerda a la devastadora riada de hace apenas once meses. Entre ellos se encuentra Alfredo Fernández, propietario de Gadddi Atelier y miembro de la Asociación de Comerciantes de Aldaia, ACODA, quien, ha explicado a ABC la tensión que viven desde anoche: «Estamos colocando barreras y tomando medidas, pero el gran problema es el alcantarillado ». En su comercio las fuertes precipitaciones de esta madrugada ya han dejado los primeros daños, puesto que «al estar el alcantarillado atascado, cuando llueve fuerte, el agua sale por los baños».Noticias relacionadas estandar No La ciudad de Valencia mantiene las medidas de emergencia por la alerta roja David Maroto estandar No Las fuertes lluvias en Valencia desbordan el barranco de la Saleta, en Aldaia, y anega varias calles Lorena GamarraAsimismo, su negocio sufrió importantes destrozos durante las inundaciones de 2024, y aunque asegura haber instalado barreras de contención, teme que vuelvan a repetirse las mismas escenas: «Si llueve como anoche, no habrá barrera que valga . El agua nos viene desde abajo, por el alcantarillado y esta madrugada ya he tenido un dedo de agua en el local. No es mucho, pero suficiente para preocuparnos», ha explicado a este medio. El miedo entre la población es palpable. Según Fernández, las alarmas y avisos continuos en los teléfonos móviles, han generado ansiedad entre muchos vecinos: «La gente tiene miedo, hace apenas un año vivimos unas inundaciones terribles. Ayer sonaron las alertas y hubo personas con ataques de pánico, porque temen que vuelva a pasar lo mismo». Desde la Asociación ACODA, los comerciantes están informando y registrando daños, además de coordinar acciones de prevención. Sin embargo, la magnitud del fenómeno dependerá, advierte Fernández, de la intensidad de las lluvias que se esperan para esta tarde. «Hacemos todo lo que podemos, pero si el volumen de agua es como dicen, no sabemos qué va a pasar », concluye el propietario de Gadddi Atelier.«Mirando cada dos por tres el cielo»Otro caso similar es el de Empar, una joven podóloga de Alfafar , que después de años de esfuerzo, inauguró su clínica apenas dos días antes de la dana, que sumergió su negocio bajo 1,80 metros de agua. Once meses después, se prepara para la nueva alerta que, tal y como ha indicado a este medio, afronta «con miedo y mirando cada dos por tres el cielo ». Asimismo, la vecina de Alfafar reconoce que desde ayer « se respira miedo y tensión ». En su caso, ayer canceló todas las citas que tenía programadas para hoy y ha cerrado su clínica. «Ayer fui y cogí cosas de valor, lo más caro de maquinaria como la plataforma de presiones o la máquina de hacer plantillas, y lo subí a casa por si se inundase, no tener tantas pérdidas económicas». «También cogí el maletín de los domicilios por si pasase algo y me toca otra vez arreglar la clínica, poder trabajar a domicilio», explica.En Algemesí , Laura, propietaria de una copistería, ya ayer subió todo el material y mobiliario que pudo a las zonas altas de su local. Sin embargo, tal como ha explicado a este periódico, «la maquinaria más pesada, como las impresoras industriales, es imposible de mover», por lo que sigue en riesgo si las lluvias alcanzan la misma intensidad. Laura también ha instalado barreras metálicas de contención en la entrada de su comercio para frenar la entrada de agua en caso de inundación: « Las calles están tristes y vacías, se nota el miedo. Todos tememos que vuelva a pasar lo mismo que el año pasado», detalla.Medidas de los municipios valencianos Muchos establecimientos y vecinos de las zonas afectadas por la riada de 2024 han amanecido con miedo de volver a repetir lo vivido hace hoy justo once meses. Por ello, muchos de ellos se han apresurado a proteger sus viviendas y negocios, reforzando puertas y desagües para minimizar el impacto de las posibles inundaciones.En paralelo, los ayuntamientos de las zonas más vulnerables han emitido avisos a la ciudadanía para que adopten precauciones, como trasladar los vehículos a zonas elevadas y evitar desplazamientos innecesarios. Además, brigadas municipales trabajan desde anoche en la instalación de barreras y sistemas de contención con el objetivo de frenar el avance del agua en caso de desbordamientos.En concreto, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene activa desde las cuatro de la mañana la alerta roja por lluvias en el litoral y prelitoral valenciano, con acumulados que, en algunos municipios como en Manises, durante la noche se han llegado a registrar hasta 72 litros por metro cuadrado.Así, el temporal ya ha dejado su huella esta madrugada en municipios como Aldaia, Paiporta y Buñol, donde las brigadas de emergencias trabajan para contener los efectos del agua. Aunque desde los diferentes Centros de Coordinación Operativa Local (Cecopal) se están coordinando los sistemas de vigilancia y prevención desde ayer, la situación sigue siendo de máxima alerta, puesto que las lluvias más intensas se esperan esta tarde.Por lo general, las medidas adoptadas por los distintos municipios han sido el cierre de parques y jardines, suspensión de clases en colegios y universidades, clausura de edificios municipales e instituciones públicas, así como el corte de pasos subterráneos situados en zonas especialmente críticas. Además, se han desplegado brigadas de emergencias en los puntos más vulnerables y se ha reforzado la atención a las personas más vulnerables, como mayores o vecinos con movilidad reducida.A su vez, en algunas de las localidades más castigadas por la última barrancada, como Massanassa, Benetússer, Catarroja o Paiporta, la población ha optado por tomar precauciones adicionales. Muchos vecinos han colocado planchas metálicas y barreras improvisadas en las entradas de sus viviendas, mientras que otros han subido sus vehículos a zonas elevadas, como puentes o pasos superiores, para evitar que el agua los arrastre como ocurrió en el anterior episodio de lluvias torrenciales.También algunas cadenas de supermercados como Consum mantendrán cerradas sus tiendas en las zonas afectadas de la provincia de Valencia. La empresa cierra este lunes un total de 182 establecimientos y suspende el servicio de tienda online. Por otro lado, en Aldaia el desbordamiento del barranco de La Saleta ha puesto a prueba las compuertas metálicas, instaladas en el cauce recientemente, que han funcionado como un muro de contención que ha evitado consecuencias aún más graves.
Fuente ABC