Washington, 15 de octubre de 2025 – Total News Agency-TNA--El secretario del Ejército de Estados Unidos, Dan Driscoll, reafirmó que China continúa siendo la “amenaza en desarrollo” para la seguridad nacional, aunque señaló que las operaciones internas y la defensa del territorio adquieren un peso estratégico equivalente en la nueva doctrina militar impulsada por el gobierno de Donald Trump.
Un cambio en las prioridades estratégicas
Durante la conferencia anual de la Asociación del Ejército de Estados Unidos (AUSA), Driscoll destacó que la administración busca equilibrar sus esfuerzos entre las misiones internacionales y las necesidades domésticas. “China sigue siendo la amenaza en desarrollo, pero debemos garantizar la seguridad de los estadounidenses, estén donde estén”, afirmó el funcionario, aludiendo al fortalecimiento de las operaciones fronterizas y a la cooperación directa con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Actualmente, el Comando Norte (USNORTHCOM) mantiene unos 10.000 efectivos desplegados en la frontera sur, mientras miles de miembros de la Guardia Nacional apoyan tareas de seguridad interior en distintas ciudades. Driscoll adelantó que esa misión “continuará por años”, como parte de un esfuerzo sostenido para reforzar la defensa interna y combatir el narcotráfico, en paralelo con la contención del poder chino en el plano global.
Ajuste del enfoque del Pentágono
Documentos recientes del Departamento de Defensa confirman que el Pentágono está reorientando parcialmente sus recursos del teatro Indo-Pacífico hacia operaciones hemisféricas y domésticas, en un intento de preservar el equilibrio entre las amenazas externas y los desafíos internos.
En ese contexto, Estados Unidos amplía su presencia militar en zonas estratégicas como Alaska, considerada un punto de conexión geográfica y operativa entre el frente continental y el Indo-Pacífico. Esta expansión forma parte de la Pacific Deterrence Initiative (PDI), el programa de defensa regional destinado a contrarrestar el avance de China en Asia mediante el fortalecimiento de la infraestructura militar, las bases aliadas y la capacidad de respuesta multidominio.
Innovación energética y autosuficiencia militar
En paralelo, el secretario Driscoll confirmó la puesta en marcha del programa Janus, desarrollado junto al Departamento de Energía, que prevé la construcción de microreactores nucleares en bases estadounidenses para 2027. El objetivo es reducir la dependencia de cadenas logísticas externas y garantizar autonomía energética en caso de conflicto o sabotaje de infraestructuras críticas.
“La distancia entre nuestro territorio y el Indo-Pacífico es de 6.000 millas. Con una logística disputada, no podemos depender de buques lentos para transportar energía o equipamiento. Debemos ser más flexibles como nación”, explicó Driscoll.
Los microreactores, actualmente en fase de desarrollo, operarán bajo estrictos estándares de seguridad nuclear y permitirán sostener bases operativas sin conexión con redes externas. Según el Pentágono, esta innovación busca asegurar la continuidad operativa de las fuerzas en caso de ataques cibernéticos o interrupciones en el suministro eléctrico nacional.
Dependencia tecnológica y vulnerabilidad energética
Analistas de seguridad advierten que parte del combustible militar utilizado por EE. UU., especialmente el JP-8, depende de componentes como el lantano, un mineral del que China controla más del 70% del mercado mundial. Este factor representa una vulnerabilidad estratégica en un eventual escenario de conflicto prolongado, donde las cadenas de suministro globales podrían verse interrumpidas.
Por esa razón, el Pentágono impulsa proyectos para diversificar el acceso a minerales críticos, incrementar la producción doméstica y estrechar alianzas con países proveedores de América Latina y Oceanía.
Un ejército adaptado a la competencia global y los desafíos internos
La doctrina anunciada por Driscoll refleja una transición hacia un modelo híbrido de seguridad, donde el Ejército norteamericano combina su tradicional rol de proyección internacional con funciones de protección territorial, control fronterizo y resiliencia energética.
En este nuevo equilibrio, Washington busca mantener la disuasión ante China, fortalecer su capacidad operativa en el Pacífico y reforzar su frontera sur, sin comprometer la cohesión interna ni la estabilidad del suministro logístico y tecnológico.
Fuentes consultadas: Departamento de Defensa de EE.UU.; Asociación del Ejército de EE.UU. (AUSA); Departamento de Energía; Defense One; Army.mil; Atlantic Council; Alaska Beacon; American Nuclear Society; agencias internacionales.