Washington, 19 de octubre de 2025 — Total News Agency-TNA.-La administración de Donald Trump delineó esta semana un ambicioso programa de asistencia económica para la Argentina que combina respaldo financiero, préstamos de bancos privados y apoyo político interno, en un contexto de incertidumbre cambiaria y tensiones electorales. El plan, diseñado por el secretario del Tesoro Scott Bessent, busca sostener la estabilidad del peso argentino, reforzar las reservas internacionales y garantizar la continuidad del programa económico de Javier Milei, aunque no está exento de polémicas en Washington.
Un acuerdo en tres frentes
El proyecto contempla tres pilares principales: un rescate para los bonos soberanos, financiamiento por US$ 20.000 millones de bancos privados y la creación de un fondo de garantías con Derechos Especiales de Giro (DEG) del Tesoro de Estados Unidos. En paralelo, se negocia un entendimiento político con gobernadores argentinos para asegurar la implementación del programa fiscal y las reformas estructurales.
Durante la semana de la Asamblea Anual del FMI, representantes del equipo económico argentino —entre ellos Santiago Bausili y José Luis Daza— mantuvieron reuniones reservadas con ejecutivos de JP Morgan, Deutsche Bank, Goldman Sachs y Bank of America. Según fuentes financieras, los bancos evalúan un préstamo garantizado por activos argentinos y respaldado por los DEG estadounidenses. “Se trata de una solución privada para los próximos pagos de deuda de la Argentina”, explicó Bessent a la prensa.
Elogios, errores y tensiones políticas
El martes, Milei fue recibido por Donald Trump en la Casa Blanca. El encuentro fue descrito como “cordial y entusiasta”, aunque algunas declaraciones del exmandatario generaron controversia. Ante una pregunta sobre la continuidad del apoyo económico, Trump respondió: “Si Milei pierde, no seremos generosos”, frase que los mercados interpretaron como una advertencia política.
La Casa Blanca intentó matizar luego el impacto del comentario, aclarando que la asistencia no está condicionada a los resultados de las elecciones legislativas del próximo domingo. Sin embargo, el episodio reavivó la tensión en los mercados y llevó al Gobierno argentino a realizar múltiples aclaraciones públicas.
Resistencia demócrata y críticas internas en EE.UU.
En el Congreso norteamericano, el plan enfrenta una fuerte resistencia demócrata. La senadora Elizabeth Warren encabezó la iniciativa “No al rescate de Argentina”, criticando el uso de fondos públicos para sostener economías extranjeras mientras los estadounidenses “enfrentan altos costos de vida”. Otros legisladores, como Chris Van Hollen y Maxine Waters, exigieron mayor transparencia y supervisión del Tesoro.
También surgieron objeciones desde el sector agrícola. El presidente de la American Soybean Association, Caleb Ragland, denunció que “el Gobierno destina miles de millones al extranjero mientras los productores locales enfrentan pérdidas y falta de apoyo”.
Dudas del FMI y el desafío de las reservas
El Fondo Monetario Internacional reiteró que la Argentina debe fortalecer sus reservas internacionales y mantener la disciplina fiscal. Según cálculos privados, el país debería acumular US$ 7.000 millones adicionales antes de fin de año para cumplir con las metas acordadas. Analistas como Ricardo Hausmann, de la Universidad de Harvard, advirtieron que “el verdadero desafío no es el régimen cambiario, sino sostener el equilibrio fiscal en un entorno político fragmentado”.
Una apuesta riesgosa
A pesar del respaldo de Trump y la promesa de liquidez, el escepticismo de los bancos persiste. Ejecutivos consultados en Washington señalaron bajo reserva que “las bandas cambiarias argentinas carecen de credibilidad mientras exista riesgo político y volatilidad interna”. Analistas de Eurasia Group coincidieron en que el plan “se asemeja más a un salvataje que a una inversión”, y que el compromiso financiero de Washington podría ser “menor al anunciado si los resultados políticos no acompañan”.
El llamado “plan Trump” surge así como una estrategia integral de rescate financiero, pero también como una apuesta política que busca apuntalar a un aliado clave en América del Sur. Resta saber si la asistencia se traducirá en estabilidad o si se convertirá en una nueva fuente de tensiones entre la Casa Blanca, el Congreso y los mercados internacionales.
Fuentes consultadas: Clarín; The New York Times; Semafor; Bloomberg; Reuters; FMI WEO 2026 Report; Eurasia Group.