Por Daniel Romero | Nicolás J. Portino González
Todavía no está cerrado, pero el aire huele a cambio. Los primeros datos, las mesas testigo, los rumores de búnker y la intuición del país profundo coinciden en una hipótesis que ya nadie se anima a desmentir: La Libertad Avanza (LLA) habría ganado las legislativas 2025, segun un análisis de datos duros.
No por goleada, sino por una diferencia estimada entre cinco y siete puntos sobre Fuerza Patria (FP), suficiente para reconfigurar el tablero político y dejar al peronismo en estado de revisión existencial. En el tercer escalón, Provincias Unidas (PU) —el emergente Partido de los Gobernadores— consolida su papel de árbitro, esa tercera pata que todos negaban hasta que empezó a ordenar la mesa. De darse esta tendencia, el gobierno debería mantener la calma y avanzar en el diálogo desde una posición ganadora. La gente habria dado una nueva oprtunidad donde la soberbia no tiene lugar.
Total News Agency presenta los posibles resultados, aún no confirmados oficialmente pero considerados verosímiles según el recuento preliminar realizado en base a fuentes oficiales, hasta esta hora, informes recogidos por nuestro sistema federal y análisis y proyecciones estratégicas:
La Libertad Avanza (LLA): 37,8 %
Fuerza Patria (FP): 32,1 %
Provincias Unidas (PU): 21,0 %
Otros espacios: 9,1 %
El mapa, si se confirma, mostraría a LLA imponiéndose en el corredor productivo del centro del país, en Cuyo, en el sur y en buena parte del litoral, desplazando a las estructuras tradicionales. FP conservaría su bastión bonaerense —aunque con una diferencia más angosta— y las provincias del norte. PU, mientras tanto, se expandiría con disciplina quirúrgica desde Entre Ríos y el interior, transformándose en una fuerza de gobernadores profesionales, pragmáticos y autónomos. Estaría naciondo una tercera fuerza.
El Congreso que surja de esta elección, según los mismos cómputos tentativos, sería un espejo del país: sin mayorías absolutas, sin hegemonías, sin dueño único del poder. LLA quedaría como primera minoría, FP como bloque opositor consolidado, y PU como tercer vértice del triángulo, clave para cada ley, cada presupuesto, cada negociación. El Ejecutivo, por su parte, ya ensaya un discurso de “fin de año con equilibrio legislativo”, celebrando lo que interpreta como un mandato ciudadano de moderación, estabilidad y continuidad del rumbo económico.
Y en medio de la euforia y la cautela, emerge la verdadera ganadora de esta elección: la Boleta Única de Papel (BUP).
La BUP fue la bala de plata del sistema electoral argentino. Limpió el comicio, desarmó los aparatos, redujo la trampa y devolvió el control al votante. Por primera vez en décadas, el ciudadano eligió sin intermediarios, marcando su opción sin sobre múltiple, sin arrastre y sin padrino. Los analistas la califican como “la clave letal” del proceso, la herramienta que niveló el terreno de juego y abrió el camino a un sistema más transparente, competitivo y representativo.
El fin de la grieta no llegó por reconciliación sino por saturación.
La sociedad decidió clausurar la novela eterna de dos bandos enfrentados y reemplazarla por un reparto de tres actores que se necesitan para gobernar. LLA, con la iniciativa política; FP, con la estructura histórica; y PU, con el poder territorial. Tres tercios, tres lógicas, tres liderazgos distintos en un mismo escenario. Un país dividido, sí, pero ahora en equilibrio dinámico.
Si los números se confirman, La Libertad Avanza habrá conseguido algo más que una victoria electoral: habrá alterado el sistema de poder argentino. FP mantendrá su influencia, PU se convertirá en árbitro y el Congreso funcionará, por primera vez en mucho tiempo, como lo que siempre debió ser: una mesa de negociación permanente.
Los resultados todavía no son oficiales, pero la tendencia es clara.
Argentina entra en su nuevo ciclo político de tres tercios, con una ciudadanía que aprendió a votar sin miedo y un país que, por fin, empieza a parecerse a sí mismo.
Método
Metodología de estimación y proyección basada en una matriz híbrida de información, que integra análisis automatizado con criterio experto humano. Su estructura combina tres fuentes de datos ponderadas:
1. Base Predictiva Validada: utilización de resultados y proyecciones de redes y consultoras con antecedentes comprobados de alta precisión en elecciones previas.
2. Datos en Tiempo Real: incorporación continua de información proveniente de medios y redes sociales verificadas, procesada mediante inteligencia artificial para identificar tendencias emergentes y anomalías.
3. Información de Campo Interna: integración de reportes y observaciones obtenidas directamente desde los búnkeres partidarios (PJ y LLA), contrastadas con los flujos de datos públicos y privados.
La combinación de estos tres niveles permite a la planilla I.A. generar una proyección dinámica, ajustable y autocorregible, sustentada tanto en evidencia estadística histórica como en inteligencia situacional en tiempo real.

Argentina
España
USA
Israel












