Por Daniel Romero
BUENOS AIRES, 31 de octubre de 2025-Total News Agency-TNA-Los movimientos de Estados Unidos en el Caribe —portaaviones en zona, destructores de misiles guiados y aeronaves de quinta generación con capacidad de ataque de precisión— no son una exhibición rutinaria: configuran el umbral operativo de una campaña que, de activarse, desmontará nodos críticos del aparato militar y logístico del chavismo vinculado al narcotráfico. La fase marítima contra lanchas rápidas ya mostró su alcance; el salto a objetivos en tierra, cuando ocurra, apuntará a centros de mando, depósitos, pistas clandestinas y comunicaciones. En ese escenario, el control territorial del régimen podria erosionar en horas, o tal vez dias, no en semanas.
La cúpula chavista entiende el mensaje: con la mira puesta en el “Cartel de los Soles” y recompensas millonarias sobre figuras clave, el margen de maniobra se reduce a dos opciones: someterse o huir. La salida desordenada de jerarcas —militares y civiles— es un desenlace probable ante la perspectiva de golpes selectivos y la pérdida de protección internacional. Ese éxodo, que ya se baraja en reservados diplomáticos, abriría grietas en la cadena de mandos y precipitaría deserciones donde más duelen: logística, inteligencia y finanzas.
La ventana de transición: el factor Edmundo González
Si la presión internacional acelera la implosión del régimen y se confirma la huida de sus cuadros más comprometidos, se habilita una ventana política para que el gobierno electo de Edmundo González asuma la Presidencia con legitimidad y respaldo externo. La oportunidad es inédita: un poder de facto en repliegue, una oposición con mandato popular y un andamiaje regional dispuesto a reconocer el traspaso. El timing será decisivo: cada día que pase sin autoridad efectiva agrava el vacío institucional y el riesgo de violencia fragmentaria.
Riesgos inmediatos que no deben subestimarse
No hay finales limpios. Aun con éxitos militares iniciales, la transición enfrentará tres amenazas:
- Seguridad interna: células armadas y bandas paraestatales podrían pivotear hacia economías criminales puras, desestabilizando ciudades y fronteras.
- Crisis humanitaria: nuevos flujos de desplazados exigirán corredores seguros y asistencia coordinada.
- Captura institucional: sin depuración judicial y controles sobre fuerzas de seguridad, los viejos reflejos autoritarios pueden reciclarse bajo otros sellos.
Qué podría ocurrir en las próximas 72 horas
— Señal política clara del liderazgo opositor: gabinete de emergencia, plan de 100 días y garantías de no venganza selectiva, sí de justicia con debido proceso.
— Acuerdo hemisférico para un “paquete de estabilización” (ayuda humanitaria, combustible, salud y electricidad) atado a hitos verificables de transición.
— Seguridad multinivel: protección de infraestructuras críticas, puertos y aeropuertos; y protocolos para desarme y reinserción de cuadros medios sin delitos de sangre.
— Blindaje monetario: asistencia técnica para anclar expectativas y evitar hiperinflación de salida por ruptura de cadenas de pago del Estado.
El reloj corre en contra del régimen
Todo indica que las horas del narco-régimen venezolano llegarían a su fin. La combinación de presión militar focalizada, incentivos judiciales internacionales y deserciones internas empuja al chavismo residual hacia la fuga. Si la oposición encarna una transición con autoridad, programa y garantías, el desembarco de González en Miraflores dejará de ser hipótesis para convertirse en hecho político. La historia rara vez ofrece ventanas tan estrechas y decisivas: aprovecharla o perderla marcará a una generación. Luego, Trump seguira avanzando sobre el narcotrafico en la región.
 
                                 
                                 
			
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