Asociamos Cantabria a una exuberante vegetación y a sus paisajes naturales llenos de vida. Lo cierto es que no nos equivocamos. Sus montañas, valles verdes y extensos bosques convierten a esta región en un destino perfecto para quienes buscan conectar con la naturaleza. Ese característico tono verde que la distingue de otras regiones de nuestro país se explica, también, por el clima atlántico que posee, que favorece la abundancia de vegetación. Cantabria es ideal para planes en familia, un destino acogedor que combina naturaleza, cultura y ocio. Los turistas pueden disfrutar de actividades al aire libre, como rutas de senderismo, paseos a caballo o visitas a parques naturales, así como explorar lugares emblemáticos como las Cuevas de Altamira o las playas de Santander. Una región, en cualquier caso, con muchos rincones por explorar, tanto para niños como para adultos, siempre rodeados de un entorno natural incomparable. Entre esos pueblos a apuntar para visitar se encuentra uno de origen medieval.
Cuál es el pueblo medieval cántabro
En el interior de la región cántabra emergen tres villas pasiegas: Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera. Lugares todos ellos rodeados por montañas y enclavados entre los ríos Pas, Pisueña y Miera. Sobre la que nos centramos en esta ocasión es Vega de Pas, cuyos orígenes se remontan a la época medieval. En el siglo XVI comenzaron a levantarse las primeras iglesias y ermitas, alrededor de las cuales se asentaron las primeras comunidades. Así, Vega de Pas se constituyó oficialmente como villa en la época medieval y fue ganando entidad con el paso del tiempo. Este municipio, que no alcanza los 800 habitantes según los últimos registros del INE, está, además, separado de la provincia de Burgos por la sierra del Castro Valnera; limita al oeste con San Pedro del Romeral, al este con San Roque de Riomiera, y al norte con Selaya y Villacarriedo.
Basta ver algunas de las imágenes del pueblo, disponibles en la página web del ayuntamiento, para percibir su encanto rural. Rodeado de valles y prados, sobresale la arquitectura tradicional de las cabañas pasiegas. Un pueblo que tiene una tradición ligada a la ganadería. Es una de sus señas de identidas hasta el punto de que la vaca pasiega es una raza autóctona de los Valles Pasiegos, de ahí que conserve su nombre.
Su gastronomía típica
España se proyecta al exterior como un país con una gastronomía que atrae al turismo. El norte no es ajeno a ello y tampoco Vega de Pas. Los platos típicos de esta localidad del interior de Cantabria están muy ligados a los ingredientes de la zona. No tanto a la región en general, sino a la propia comarca en particular. El cocido pasiego es una variante local del cocido montañés. También sobresalen otros productos lácteos derivados de la vaca pasiega, además de sus dos postres más característicos: la quesada pasiega y los famosos sobaos pasiegos. No vamos a descubrir ahora el sobao, ese esponjoso bizcocho que incluye ingredientes como la mantequilla, huevos, azúcar, miel, harina de repostería, levadura química o una pizca de sal. En la comida, como muchas cosas en la vida, lo mejor siempre queda para el final.
Fuente ABC

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