Kiev, 2 de noviembre de 2025-Total News Agency-TNA—Un ataque masivo ruso con misiles y drones contra diversas regiones de Ucrania dejó al menos seis civiles muertos —entre ellos dos menores de edad— y cuantiosos daños en zonas residenciales, en una nueva incursión que volvió a golpear de manera directa a la población. De acuerdo con la Fuerza Aérea ucraniana, la ofensiva incluyó el lanzamiento de dos misiles balísticos Iskander-M y 79 drones de ataque; las defensas lograron neutralizar 67 aparatos, pero múltiples impactos y la caída de fragmentos en áreas urbanas provocaron víctimas y destrucción.
Las autoridades precisaron que las muertes se concentraron principalmente en Dnipropetrovsk y Odesa. En la localidad de Pishchanski, en Dnipropetrovsk, un misil y un dron impactaron contra infraestructura civil durante la madrugada del sábado: siete edificios de viviendas resultaron dañados y un comercio fue destruido. Equipos del Servicio Estatal de Emergencias trabajaron durante horas para sofocar incendios y asistir a heridos, mientras continuaba el relevamiento de daños en barrios residenciales.
El parte militar indicó que los drones —entre ellos unos 50 kamikaze Shahed y unidades no tripuladas tipo Gerbera— despegaron desde Kursk, Milérovo, Oriol y Primorsko-Ajtarsk, en territorio ruso, y fueron interceptados en corredores del norte, sur y este de Ucrania. Aun así, se registró el impacto de un misil balístico y de 12 drones en seis emplazamientos, además de la caída de restos de proyectiles derribados en otros dos puntos, lo que contribuyó a ampliar el radio de destrucción en áreas pobladas.
En paralelo, el frente sur volvió a estar bajo fuerte presión. Autoridades regionales reportaron 753 ataques rusos sobre 18 localidades del óblast de Zaporizhzhia, con 496 embates de drones de distintos tipos —principalmente FPV—, siete bombardeos con lanzacohetes múltiples (MLRS) y 242 ataques de artillería. En total, se documentaron al menos 37 episodios de daño sobre viviendas, infraestructura y vehículos civiles, en una jornada marcada por sirenas y cortes de energía intermitentes.
Rusia, por su parte, denunció un contraataque ucraniano con drones contra el puerto de Tuapse, en la región de Krasnodar, que provocó incendios y afectó instalaciones petroleras y un buque cisterna. Según un comunicado de la administración regional, uno de los aparatos impactó directamente la infraestructura portuaria, lo que derivó en la evacuación de la tripulación alcanzada por fragmentos y en roturas de cristales en edificios cercanos, incluida la estación ferroviaria.
En el plano estratégico, la inteligencia militar ucraniana (GUR) reivindicó una operación especial que habría dejado fuera de servicio el oleoducto circular que rodea la región de Moscú y abastece de gasolina, diésel y combustible de aviación a las fuerzas rusas. De acuerdo con la GUR, la acción inutilizó “tres hilos” de una “instalación militar importante” en el distrito de Ramenskoye, pese a la red antidrones y a la presencia de guardias privados, en un golpe orientado a degradar la logística de la campaña rusa.
El saldo humano de la ofensiva de las últimas horas volvió a poner en primer plano el impacto directo de la guerra sobre la población civil. Los servicios de emergencia informaron de familias evacuadas, viviendas incendiadas y comercios destruidos en distintos barrios, con equipos de rescate trabajando entre escombros en busca de posibles atrapados. La reiteración de ataques nocturnos con vectores combinados —misiles balísticos y enjambres de drones— mantuvo durante toda la noche bajo alerta a buena parte del territorio ucraniano.

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