Miami/Nueva York, 7 noviembre 2025 – Total News Agency-TNA-El presidente de la República Argentina, Javier Milei, protagonizó este jueves un gesto poco convencional para un mandatario latinoamericano al participar en la gala del foro conservador Conservative Political Action Conference (CPAC) —celebrada en la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago— donde ingresó entre aplausos, gritos y saltos, y cerró su discurso bailando al ritmo de “YMCA”, del grupo Village People. A continuación aterrizó en Nueva York para mantener reuniones con empresarios y formalizar su visita a la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, conocido como “el Rebe de Lubavitch”.
El episodio marca un giro en la estrategia internacional del mandatario argentino, que combina discurso de libre mercado, afinidad con la derecha estadounidense y espectáculo mediático. Durante su intervención en el foro empresarial American Business Forum en Miami, Milei instó a no dejarse “intimidar por algunos resultados locales” y defendió el capitalismo como “el modelo más moral de todos los existentes”. Posteriormente, en el CPAC, agradeció a Estados Unidos —y por implicación a Trump— por su “apoyo invaluable” frente a lo que calificó como “embates desestabilizadores” que debió afrontar Argentina durante su gobierno.
La coreografía con “YMCA” es un claro guiño al estilo de Donald Trump y simboliza la nueva vocación de Milei por posicionarse como líder global de una ola conservadora-libertaria. El momento viral, tomado por redes sociales y medios de comunicación de Buenos Aires y Washington, potencia su figura internacional y su mensaje de cambio de época: “Nos dedicamos a evitar que la Argentina cayera por el precipicio”, afirmó ante el auditorio. En su país, el giro actúa como elemento de movilización interna mientras se prepara una segunda fase de reformas estructurales que implican una mayor apertura al capital externo y redefinición de alianzas.
La agenda del mandatario continuó esta madrugada en Nueva York, donde llegó en horario nocturno acompañado por el canciller Pablo Quirno, la secretaria general de Presidencia Karina Milei y el ministro de Economía Luis Caputo. Allí disertará ante empresarios globales invitados al Council of the Americas y visitará el reconocido centro religioso judío en Queens para reafirmar vínculos simbólicos con actores internacionales e inversores. La escala exprés incluye luego un traslado a La Paz en Bolivia para asistir a la asunción presidencial de Rodrigo Paz Pereira.
En clave política interna, el espectáculo conseguido en Mar-a-Lago ofrece a Milei y a su partido La Libertad Avanza una narrativa de “Argentina en el mundo”, diferente del relato tradicional de liderazgo regional. La combinación de show político, danza y discurso económico refuerza la característica performática de su gestión, al mismo tiempo que apunta a seducir al capital extranjero en momentos en que la economía argentina exige señales de estabilidad y certeza. No obstante, los analistas advierten que la teatralización también implica riesgos: la espectacularidad puede competir con los resultados concretos en materia de empleo, inflación e inversión.
Por el momento, desde la Casa Rosada valorizan el impacto del viaje y la visibilidad internacional lograda. Sin embargo, detrás del gesto se despliegan ambiciones más profundas: la búsqueda de un nuevo patrocinio conservador global, la creación de una red de inversores vinculados al ultra-liberalismo, y la definición de Argentina como laboratorio continental del libre mercado y líderes emergentes de la derecha internacional. Si el presidente consigue que esta estrategia se traduzca en capital concreto y reformas soportadas por la ciudadanía, la jugada podrá considerarse un éxito; de lo contrario, podría quedar como un acto simbólico de brillo momentáneo.

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