Buenos Aires, 15 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-El presidente Javier Milei salió a desactivar, con dureza, las versiones que daban por inminente la eliminación del monotributo y un cambio profundo en el impuesto a las Ganancias. En declaraciones públicas y en redes sociales, el mandatario calificó esas informaciones como “mentiras y operaciones de delincuentes que usan la patente de periodistas” y señaló directamente a la editorial tributaria Errepar como el origen de la polémica, al tiempo que insistió en que cualquier reforma se conocerá recién cuando el Gobierno termine de redactar sus proyectos de ley.
La controversia se disparó a partir de una nota técnica de Errepar titulada “¿Adiós al monotributo y nuevo esquema para los autónomos?”, publicada el 13 de noviembre. El informe sostenía que el Ejecutivo analizaba un paquete de cambios que incluiría la migración de unos tres millones de monotributistas al régimen general de autónomos, un nuevo esquema de deducciones de Ganancias, la unificación del mínimo no imponible y una reducción de ocho puntos en las contribuciones patronales, con el objetivo de formalizar la economía y rediseñar incentivos laborales y previsionales.
La Casa Rosada reaccionó acusando a la editorial de haber montado una “opereta” mediática, alimentada por portales y analistas económicos que amplificaron la hipótesis del fin del régimen simplificado. Milei remarcó que “no hay ningún proyecto cerrado” sobre monotributo y Ganancias, y reclamó “bajar la ansiedad” hasta que el paquete de reforma tributaria y de modernización laboral esté listo para ser enviado al Congreso. “Los proyectos van a estar cuando tengan que estar. Yo soy la principal fuente de información”, subrayó el Presidente, en un mensaje que apuntó tanto a medios como a estudios especializados.
En paralelo, el vocero y jefe de Gabinete, Manuel Adorni, intentó poner paños fríos a la alarma generada entre contribuyentes y profesionales. En conferencias de prensa, sostuvo que el Gobierno “no anunció ni oficializó” la eliminación del monotributo, reiteró que la reforma integral sigue en elaboración y pidió no dar por definitivos “borradores” o trascendidos de reuniones técnicas. Sin embargo, también confirmó que la administración trabaja en cambios estructurales al sistema impositivo y laboral, en línea con lo que Milei presenta como un “programa de shock” para simplificar tributos y estimular el empleo formal.
Las versiones sobre el posible fin del monotributo también se apoyaron en la señal que habría dado el ministro de Economía, Luis Caputo, en encuentros reservados con empresarios. Distintas crónicas coincidieron en que el titular del Palacio de Hacienda admitió que se evalúa eliminar el régimen simplificado y avanzar hacia “un sistema único” para trabajadores independientes, con un régimen de autónomos totalmente rediseñado, mayores deducciones, simplificación de trámites y cambios en el umbral de IVA y en el mínimo de Ganancias. Economía, sin embargo, desmintió que exista una decisión cerrada y habló de “escenarios de trabajo” aún en estudio.
Más allá de las desmentidas oficiales, la sola posibilidad de tocar el monotributo encendió alarmas entre cerca de tres millones de pequeños contribuyentes que dependen de ese esquema simplificado para facturar y mantenerse dentro de la formalidad. Cámaras de profesionales, contadores y tributaristas advirtieron que un traslado abrupto al régimen general podría multiplicar obligaciones, costos administrativos y carga fiscal para cuentapropistas, emprendedores y prestadores de servicios, si no va acompañado de un rediseño profundo de alícuotas, deducciones y umbrales de facturación.
El Gobierno, por su parte, sostiene que la estructura actual combina distorsiones y “zonas grises” que favorecen la evasión y la competencia desleal frente al trabajo en relación de dependencia. En la agenda oficial aparecen ideas como ampliar la posibilidad de deducir gastos documentados, incentivar la emisión de facturas, reducir contribuciones patronales para nuevas contrataciones y redefinir la frontera entre asalariados, autónomos y contribuyentes simplificados. Ninguna de estas iniciativas fue aún cristalizada en un texto de ley, pero la filtración de borradores y presentaciones privadas alimenta el ruido en los mercados y en el universo de monotributistas.
El cruce entre Milei y Errepar se inscribe en un clima de enfrentamiento creciente del Gobierno con sectores de la prensa y del establishment técnico que analizan sus reformas. El Presidente vincula las versiones sobre el fin del monotributo con “intereses afectados” por el recorte de la pauta oficial y anticipa que insistirá con un reordenamiento del sistema tributario, previsional y laboral. Del otro lado, especialistas y contribuyentes reclaman señales claras y textos oficiales para poder anticipar el impacto de los cambios, en un contexto de inflación alta, recesión y fuerte presión impositiva sobre la economía real.
Mientras la Casa Rosada intenta cerrar la polémica insistiendo en que “el monotributo no se elimina”, el debate dejó al descubierto cuán sensible es cualquier modificación en un régimen del que depende la subsistencia de millones de trabajadores independientes. Hasta que el Gobierno muestre su proyecto de reforma tributaria, la discusión seguirá librándose en el terreno de los trascendidos, los documentos técnicos y las desmentidas públicas, con los monotributistas en el centro de la escena y atentos a cada señal que salga de Economía y de la Presidencia.

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