Buenos Aires, 21 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA–Durante la tercera audiencia del macrojuicio conocido como la Causa de los Cuadernos, se dio lectura extensiva a los testimonios de imputados arrepentidos que detallaron el funcionamiento, durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, de un presunto sistema de recaudación ilegal de sobornos en obra pública. Entre los relatos más contundentes sobresalió el del exchofer Óscar Centeno, autor de los cuadernos originales, quien afirmó que incluso durante la presidencia de Cristina Kirchner “también llevábamos bolsos con dinero”.
El tribunal a cargo de la causa, el Tribunal Oral Federal 7, viene avanzando la fase donde se leen los requerimientos de elevación a juicio, un tramo en que se detallan los aportes de quienes accedieron al régimen del imputado colaborador. En esta audiencia se combinaron las confesiones de Centeno, del exsecretario de Obras Públicas José López y del exfuncionario vial Claudio Uberti, entre otros.
Centeno relató que antes de la muerte de Néstor Kirchner los traslados de fondos ilegales eran hasta tres veces por semana, que se realizaban en vehículos con bolsos cargados de dólares o euros, y que luego del fallecimiento del expresidente la frecuencia bajó a “una vez por semana”. Agregó que los destinos habían sido reducidos, pasando de la quinta de Olivos al departamento de la calle Uruguay, y describió que el exfuncionario Baratta salía “con dos valijas”.

Por su parte, Uberti hizo énfasis en la logística de la operación: declaró que en un episodio contabilizó “alrededor de 20 valijas” de distinto tamaño en el palier de un departamento y que las mismas tenían por destino final Santa Cruz, enviadas a bordo del Tango 01. Afirmó además que la señora Kirchner no estaba al margen del proceso: “Esta cuestión no era ajena a la señora de Kirchner, presenciaba los transportes”.
López, en su contundente testimonio, aseguró que fue convocado por la expresidenta a su despacho en Olivos en enero de 2011 tras la muerte del expresidente, donde ella lo desafió: “Podés ser parte del problema o de la solución”, y le mostró los cuadernos que Néstor Kirchner utilizaba para anotar sus reuniones. El exsecretario reconoció que había informado a la entonces mandataria que existía un sistema de recaudación vinculado a las obras viales y que el esquema se reactivó para la campaña 2011 bajo supervisión de Baratta.
La fiscalía sostiene que el conjunto de estas confesiones y análisis periciales permiten avanzar con la acusación contra Cristina Kirchner como jefa de una asociación ilícita que operó entre 2003 y 2015, dedicada a la recaudación de fondos ilegales a través de empresas contratistas de obra pública.
El proceso, considerado el mayor juicio por corrupción en la historia del país, reúne a 87 imputados y prevé más de 400 testigos, con audiencias que inicialmente se desarrollan de manera virtual. Las defensas ya comenzaron a cuestionar la autenticidad de los cuadernos y la coerción en los arrepentidos.
La lectura del requerimiento de elevación a juicio continuará durante semanas, con vistas a que en diciembre se pueda pasar a la fase de indagatorias de los acusados. Según fuentes judiciales, cada testimonio de los arrepentidos juega un papel clave no solo por su contenido, sino porque condiciona la estrategia defensiva de los acusados que se sientan en el banquillo.
En concreto, la primera parte de la lectura se extiende hasta el 18 de diciembre, lo que significa más de un mes de sesiones que exponen al público las maniobras ocultas que la fiscalía atribuye al kirchnerismo.
Este jueves, la sala virtual puso en evidencia la amplitud y sofisticación del mecanismo que los arrepentidos describieron: desde la entrega de bolsos, las anotaciones de Centeno, el traslado de dinero a Olivos y Santa Cruz, hasta la intervención directa de Cristina Kirchner y la continuidad del circuito tras la muerte de su esposo. Para el tribunal y la fiscalía se trata de la confirmación de una estructura criminal sistemática, mientras las defensas se apresuran en deslegitimar la prueba y reducir responsabilidades.
El desarrollo de este juicio será seguido de cerca no solo por el impacto judicial, sino porque marca un precedente en la forma de investigar la corrupción de alto nivel en Argentina.

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