Miami, 25 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-La tensión creciente entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro sumó un nuevo capítulo este martes con la llegada a Trinidad y Tobago del jefe del Estado Mayor estadounidense, Dan Caine, para una visita oficial que el Gobierno norteamericano considera estratégica en el tablero geopolítico del Caribe. El viaje, anunciado por la Embajada de Estados Unidos en Puerto España, ocurre menos de una semana después de ejercicios militares conjuntos entre marines estadounidenses y fuerzas locales, y en un momento de marcada inestabilidad regional.
Según el comunicado difundido por la representación diplomática, la agenda de Caine incluye un encuentro directo con la primera ministra Kamla Persad-Bissessar. Washington destaca que la visita apunta a “fortalecer la estabilidad regional, profundizar la cooperación bilateral y consolidar la unidad en la lucha contra el tráfico ilícito y el crimen transnacional”, una formulación que refleja la creciente prioridad que el Departamento de Defensa asigna a las rutas delictivas que operan en el Caribe, muchas de ellas vinculadas a redes asociadas al régimen venezolano.
La escala de Trinidad y Tobago forma parte de una gira más amplia por América Latina que llevó a Caine, en las últimas horas, a realizar actividades oficiales en Puerto Rico. Su llegada se produce, además, apenas un día después de que entrara en vigor la designación del denominado Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, decisión tomada por Estados Unidos tras años de denuncias sobre presuntos vínculos directos entre esa estructura criminal y altos mandos civiles y militares del chavismo.
En la visión estadounidense, esa designación no solo establece un marco jurídico más agresivo contra las redes criminales que operan desde Venezuela, sino que habilita un abanico de acciones directas en el Caribe y más allá. En los últimos tres años, Washington atribuyó al combate contra estas organizaciones al menos 21 operaciones con un saldo de 83 fallecidos, principalmente en zonas donde se detectaron embarcaciones asociadas al tráfico de drogas y armas. La ampliación de estas operaciones hacia el Pacífico oriental mostró que la estrategia estadounidense se ha expandido más allá de las rutas tradicionales.
En este contexto, distintas áreas de seguridad e inteligencia de la Administración de Donald Trump señalan a Maduro y a figuras clave del aparato chavista como responsables de dirigir —o al menos proteger— estas redes criminales. La presión política y militar se intensificó al punto de que el gobierno estadounidense habilitó operaciones de la CIA dentro del territorio venezolano, sin descartar opciones militares si las circunstancias escalan aún más. Esa presión llevó al propio Maduro a reforzar su seguridad personal y restringir significativamente sus apariciones públicas, según fuentes de su entorno político.
La primera ministra Persad-Bissessar buscó disipar rumores sobre un eventual uso del territorio trinitense como plataforma de ataques hacia Venezuela. No obstante, reconoció que Trinidad y Tobago se beneficia “enormemente” de su alianza estratégica con Washington en la lucha contra el tráfico de armas, drogas y personas, una declaración que refleja el creciente alineamiento de Puerto España con la postura de seguridad norteamericana en el Caribe.
La reacción de Caracas no se hizo esperar. Este lunes, el régimen venezolano calificó como una “ridícula patraña” la designación del Cártel de los Soles, insistiendo en que la estructura criminal es “inexistente” y denunciando que se trata de un pretexto para justificar una eventual “intervención ilegítima”. El discurso oficial chavista vuelve a recurrir a la narrativa de agresión extranjera, mientras lidia con un escenario internacional cada vez más adverso.
A este clima de tensión se sumó, en los últimos días, la cancelación de múltiples vuelos hacia Venezuela por parte de compañías europeas como Iberia y Air Europa. La decisión siguió a una alerta de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que instó a extremar la precaución por posibles interferencias y riesgos para las aeronaves que sobrevuelen territorio venezolano. La advertencia aceleró la retirada de vuelos y profundizó el aislamiento aéreo del país.
La presencia de Caine en Trinidad y Tobago, en este marco, es interpretada en la región como una señal inequívoca de que Washington no solo busca reforzar alianzas, sino también posicionarse militarmente ante la crisis creciente de seguridad vinculada al régimen chavista. La visita podría marcar un punto de inflexión en la coordinación operativa del Caribe occidental, un corredor estratégico que se ha vuelto central en la disputa de influencia entre Estados Unidos y Venezuela.

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