Washington D.C., 28 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó uno de los mensajes más duros de su segundo mandato en materia migratoria al anunciar que planea “suspender permanentemente la migración de todos los países del tercer mundo”, en respuesta al ataque ocurrido a metros de la Casa Blanca, donde un ciudadano afgano abrió fuego contra dos integrantes de la Guardia Nacional, provocando la muerte de una de ellos. La declaración, realizada a través de un extenso mensaje en redes sociales, marcó un nuevo escalón en la estrategia de deportaciones masivas impulsada desde su regreso al poder.
El mandatario republicano sostuvo que el sistema migratorio estadounidense se encuentra “colapsado” y que únicamente una “migración inversa”, basada en expulsiones sistemáticas, podría revertir lo que describió como un “deterioro profundo” de la estructura social del país. Trump afirmó que tomará medidas inmediatas para revocar “millones” de visados aprobados durante el gobierno de Joe Biden, así como eliminar beneficios federales para todos los no ciudadanos. Aseguró además que expulsará a cualquier extranjero que “no sea un activo neto para Estados Unidos” o que resulte “incompatible con la civilización occidental”.
El mensaje presidencial se conoce horas después de la muerte de Sarah Beckstrom, una joven soldado de la Guardia Nacional de 20 años que fue baleada el miércoles por Rahmanullah Lakanwal, un afgano que ingresó en 2021 bajo un permiso humanitario otorgado durante la administración Biden. Otro oficial, Andrew Wolfe, de 24 años, continúa en estado crítico. El ataque generó conmoción en la capital estadounidense y alimentó la ofensiva política del trumpismo contra los programas de admisión de refugiados.
Trump aprovechó el feriado del Día de Acción de Gracias para liderar una ofensiva discursiva en la que cargó contra políticas migratorias de décadas, asegurando que Estados Unidos acumula “53 millones de extranjeros”, a los que vinculó con un aumento de la criminalidad, déficits fiscales y deterioro urbano. En ese marco, criticó en términos inusualmente agresivos al gobernador de Minnesota, Tim Walz, y a la congresista Ilhan Omar, a quienes acusó de tolerar lo que describió como “pandillas somalíes” en ese estado. Las declaraciones desataron un fuerte repudio de diversos sectores políticos, que consideraron sus expresiones como racistas y desestabilizadoras.
En paralelo, el gobierno federal confirmó que revisará todas las visas, asilos y permisos migratorios otorgados en los últimos cuatro años, en lo que representa el inicio de un proceso sin precedentes por su escala. Fuentes de Seguridad Nacional anticiparon que el Ejecutivo busca diseñar un mecanismo “acelerado” para deportaciones de extranjeros considerados de “riesgo potencial”, mientras que la Casa Blanca evalúa medidas para reducir al mínimo la entrada de nuevos solicitantes de refugio.
La retórica utilizada por Trump refleja la orientación de su segundo mandato, centrado casi exclusivamente en una política de presión contra la inmigración irregular, con un objetivo declarado: reducir drásticamente la población migrante, tanto documentada como indocumentada. Analistas en Washington advierten que la suspensión total de ingresos desde “países del tercer mundo” tendría impacto global y podría afectar relaciones diplomáticas con aliados estratégicos de Estados Unidos.
A pesar del tono extremo del mensaje, la Casa Blanca no brindó detalles sobre la aplicación específica de la medida, ni aclaró qué criterios utilizaría para catalogar a determinadas naciones dentro de esa categoría. En el ámbito internacional, diplomáticos consultados señalan que cualquier restricción generalizada basada en el origen nacional podría desencadenar recursos judiciales y tensiones multilaterales.
El mensaje presidencial cerró con un saludo por Acción de Gracias, teñido por advertencias destinadas a quienes —según sus palabras— “odian, destruyen o atacan todo lo que Estados Unidos representa”. La comunidad migrante y organizaciones civiles reaccionaron con preocupación, anticipando una etapa de conflictividad política y judicial mientras el Ejecutivo avanza hacia un nuevo marco restrictivo sin precedentes.

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