Buenos Aires, 1 de Diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA-El Gobierno avanzará en una reforma de alto impacto político y judicial: los delitos de corrupción serán declarados imprescriptibles, una figura hasta ahora reservada para crímenes de lesa humanidad y atentados contra el orden democrático. La iniciativa será incorporada al nuevo Código Penal que el Poder Ejecutivo enviará al Congreso durante las sesiones extraordinarias de diciembre, confirmaron fuentes oficiales.
La medida aparece como uno de los ejes centrales del proyecto redactado por la comisión de juristas que encabezó el juez Mariano Borinsky, con participación directa del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, el viceministro Sebastián Amerio, y aportes finales del equipo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, donde se terminó de incorporar la imprescriptibilidad.
Aunque el Ministerio de Justicia sostiene que la iniciativa “está a estudio”, altas fuentes de Seguridad confirmaron a TNA que la cláusula será parte del texto definitivo.
Qué cambiará con la reforma
Hoy, los delitos prescriben cuando transcurre un plazo equivalente a su pena máxima sin una sentencia firme. Es un mecanismo vinculado al derecho a ser juzgado en un plazo razonable.
Pero el Gobierno considera que la corrupción —especialmente en el manejo de fondos públicos— debe recibir el mismo tratamiento jurídico que los crímenes más graves. Así, toda denuncia futura por actos de corrupción cometidos luego de la entrada en vigencia del nuevo Código será imprescriptible, sin posibilidad de extinguirse con el paso del tiempo. La reforma no regirá hacia atrás.
El proyecto, además, agrava de forma significativa las penas:
- Enriquecimiento ilícito: hasta 15 años de prisión (hoy 6).
- Coimas: hasta 10 años de cárcel.
Se suman reformas estructurales: cumplimiento efectivo de las penas, reducción de las excarcelaciones, límites más estrictos para la liberación anticipada y ampliación de penas mínimas que obliguen a prisión efectiva en la mayoría de los delitos.
Antecedentes judiciales y un debate sin cerrar
La discusión sobre la imprescriptibilidad de la corrupción no es nueva. Fallos relevantes la pusieron sobre la mesa:
- En 2016, la Cámara Federal de La Plata declaró imprescriptibles estos delitos, con Elisa Carrió como amicus curiae.
- En 2018, Casación reabrió la causa IBM-DGI revocando la prescripción.
- La Corte Suprema anuló luego ese fallo, no por rechazar la imprescriptibilidad, sino porque —según el máximo tribunal— los votos que la declararon no formaban una mayoría válida.
El nuevo Código busca terminar con ese gris.
Trámite legislativo acelerado
El Gobierno enviará el proyecto a través de una comisión bicameral, el mismo mecanismo utilizado para aprobar el Código Civil y Comercial. Esto permitiría un dictamen conjunto de diputados y senadores, acortando los tiempos parlamentarios.
El ministro del Interior, Diego Santilli, ya incluyó la reforma en su ronda de negociaciones con gobernadores, junto con el Presupuesto y la reforma laboral.
Desde Justicia admiten que habrá resistencia:
“El kirchnerismo va a rechazar los cambios en legítima defensa, rol policial y delitos con armas. Pero hay consenso general en que el Código Penal debe actualizarse”.
Un Código Penal del siglo XXI
La reforma incluye modificaciones profundas:
- Homicidio simple: de 10 a 30 años.
- Homicidio agravado: perpetua para casos que involucren autoridades, policías, docentes, niños o hechos en escuelas, canchas o cárceles.
- Pornografía infantil: hasta 12 años.
- Trata de personas: hasta 15 años.
- Nuevos delitos: stealthing, acoso sexual, pornovenganza.
- Robo “motochorro” o “viuda negra”: penas no excarcelables de hasta 10 años.
- Estafas piramidales: penalización explícita.
- Agresiones en manifestaciones: de 2 a 5 años; si es contra policías, 3 a 9 años.
Además, se amplía la participación de víctimas en el proceso penal y se agravan sanciones por denuncias falsas en conflictos familiares o de género.
Una reforma estratégica en clave política
Presentado por Milei y Bullrich en la cárcel de Ezeiza ante jueces y fiscales, el nuevo Código es un emblema del discurso de orden que impulsa el Gobierno. La imprescriptibilidad de la corrupción, en particular, apunta a enviar un mensaje hacia dentro y fuera del sistema político: ningún delito contra el Estado podrá quedar impune por el simple paso del tiempo.
La reforma, de aprobarse, marcará un quiebre histórico. El Código Penal vigente data de 1921 y ha sido parcheado más de mil veces. El Gobierno busca reemplazarlo por un texto integral, moderno y con penas mucho más severas.

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