Buenos Aires, 1 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA- Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), reveló en su declaración jurada patrimonial que percibe más de $818 millones anuales en ingresos netos provenientes de dos de los tres trabajos que asegura desempeñar: la vicepresidencia segunda de la Conmebol y la presidencia de la Ceamse. A pesar de declarar un patrimonio inmobiliario millonario, sostuvo que no posee ahorros, inversiones, dinero en cuentas bancarias ni activos financieros propios o del grupo familiar.
El documento, presentado en julio ante la Ceamse —empresa pública de gestión de residuos que administran en conjunto el Gobierno porteño y el bonaerense— detalla que Tapia recibe alrededor de $68 millones mensuales “de bolsillo”. De ese total, unos $8 millones provienen de la Ceamse, donde afirma trabajar 15 horas semanales. El resto corresponde a la Conmebol, que le abona cerca de $60 millones por mes, aun cuando el dirigente asegura que dedica apenas dos horas semanales a su rol en el organismo sudamericano. De acuerdo con esos números, Tapia percibiría unos $7.500.000 por hora trabajada.
La declaración también expone inconsistencias llamativas. Aunque Tapia formalmente reporta tres empleos —AFA, Conmebol y Ceamse—, en registros de Anses figura además una relación laboral con Solbayres, empresa privada de recolección de residuos y limpieza urbana. La compañía opera en numerosos barrios de la Ciudad de Buenos Aires y forma parte del conglomerado vinculado al grupo Impsa, privatizado durante la administración de Javier Milei. La doble vinculación —pública y privada— en el mismo sector generó controversias por un posible conflicto de intereses.
El presidente de la AFA tampoco declara ingresos por su rol en Barracas Central, club del que es titular y donde, según bases públicas, firma cheques. Sin embargo, ese vínculo no aparece en su declaración formal, donde asegura no percibir sueldo alguno.
A los ingresos principales se suman partidas extraordinarias por más de $200 millones durante el último año. Entre ellas figuran $44 millones por la venta de un vehículo de alta gama —sin especificar modelo—, más de $30 millones en viáticos pagados por AFA y $130 millones por “intereses financieros y diferencias de tipo de cambio”, pese a que el propio Tapia afirma en su declaración no poseer plazos fijos, títulos, inversiones ni cuentas bancarias.
La contradicción es aún mayor porque el documento sostiene que ni él ni su familia poseen efectivo o activos financieros, lo que deja sin explicación cómo se generaron los intereses mencionados.
En materia de bienes, la declaración patrimonial muestra la magnitud real del patrimonio del dirigente. Tapia posee siete propiedades a su nombre en un 100%. La más valiosa es una casa en Beccar, valuada en más de US$15,7 millones, seguida por una vivienda en Río Luján, dos inmuebles adicionales en la misma zona, una casa en Cañada y dos propiedades en San Juan, además de un departamento en la Ciudad de Buenos Aires. A ello se suman dos automotores gananciales valuados en $22 millones y $5 millones, respectivamente.
El dirigente sostiene que todos los datos declarados son ciertos y que conoce las obligaciones legales vinculadas al enriquecimiento ilícito. Sin embargo, la combinación de ingresos extraordinarios, ausencia de ahorros declarados, multiplicidad de empleos vinculados al negocio de la basura y un patrimonio inmobiliario de gran magnitud vuelve a colocar a Tapia en el centro de cuestionamientos públicos y políticos, en un contexto marcado por investigaciones judiciales y denuncias por presunto lavado de activos en el entorno dirigencial del fútbol argentino.

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