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BUENOS AIRES, 3 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA-La Cámara de Diputados realizó este miércoles la sesión preparatoria en la que prestaron juramento los legisladores electos en los comicios del 26 de octubre, en una jornada que combinó ceremonia institucional, gestos políticos y una activa presencia del presidente Javier Milei, quien siguió toda la sesión desde los palcos del recinto acompañado por parte de su Gabinete. La jura se convirtió en un punto de inflexión para el oficialismo: La Libertad Avanza (LLA) logró finalmente consolidarse como primera minoría parlamentaria, hecho que la Casa Rosada había trabajado intensamente durante las últimas semanas.
La presencia del Presidente no pasó inadvertida. Milei ingresó al Congreso en medio de un amplio operativo de seguridad y se ubicó en la barra junto a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y otros funcionarios nacionales. Su aparición fue interpretada como un respaldo explícito al armado legislativo oficialista y como una señal hacia los nuevos diputados sobre la centralidad que la Casa Rosada espera que el Parlamento tenga en el próximo tramo de gestión. Con una composición fragmentada en la oposición y un oficialismo todavía sin mayorías propias, Milei busca exhibir que el eje de su poder político se reacomoda en el Congreso.
Uno de los momentos centrales de la jornada fue la ratificación de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados. La decisión, que no tomó por sorpresa a ningún bloque, revalidó la apuesta de Milei por mantener al dirigente riojano al frente del cuerpo como pieza clave para la coordinación política con la Casa Rosada. Menem, que había logrado sostener una relación prudente con distintos espacios a lo largo del año legislativo, queda ahora en posición de administrar una Cámara más fragmentada, pero con un oficialismo numéricamente fortalecido.
La Libertad Avanza logró convertirse en primera minoría gracias a una combinación de factores: la incorporación de diputados electos por otros espacios que migraron hacia el bloque oficialista, la fractura de los sectores kirchneristas tradicionales y la disgregación del peronismo en al menos tres bancadas. Este reacomodamiento altera de manera significativa la dinámica parlamentaria que venía experimentando el Congreso desde el inicio del gobierno libertario, y abre una nueva etapa para la agenda legislativa. Desde la Casa Rosada reconocen que, aunque siguen lejos de la mayoría absoluta, el nuevo tamaño del bloque les permite encarar negociaciones desde una posición más favorable.
La jura también dejó una serie de señales políticas entre los bloques opositores. Los sectores del peronismo tradicional evitaron gestos de confrontación directa y optaron por una postura institucional, mientras que los espacios vinculados al kirchnerismo duro exhibieron mayor distancia y críticas a la presencia del Presidente en el recinto. En Juntos por el Cambio, ahora reducido y tensionado por disputas internas, la jura evidenció una falta de alineamiento estratégico, con legisladores que apoyan puntualmente algunas iniciativas del Ejecutivo y otros que mantienen una posición abiertamente confrontativa.
En paralelo, fuentes legislativas confirmaron que el oficialismo retomará en los próximos días conversaciones para avanzar con proyectos clave para el Ejecutivo en materia fiscal, seguridad, reforma del Estado y nuevas delegaciones legislativas. Con una Cámara Baja reconfigurada, el Gobierno considera que tiene margen para negociar por temas, formar mayorías circunstanciales y acelerar la aprobación de iniciativas trabadas durante el año.
Desde el palco, Milei siguió atentamente cada tramo de la ceremonia y saludó a varios legisladores oficialistas una vez finalizada la sesión. En la Casa Rosada definieron el día como “una señal política muy importante” y afirmaron que el nuevo escenario parlamentario será determinante para el plan de reformas del Ejecutivo en 2026.
La jura de los nuevos diputados marca así el inicio de una nueva etapa legislativa, con mayor protagonismo del oficialismo y un Congreso que deberá redefinir sus equilibrios en un clima político cada vez más dinámico y exigente.
