Argentina
España
USA
Israel
Buenos Aires, 05 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA- El último sondeo nacional de Atlas Intel, la consultora que anticipó con precisión el ascenso libertario en la antesala de la elección presidencial, volvió a sacudir el mapa político argentino al exponer un clima de desconfianza generalizada hacia los principales líderes del oficialismo y de la oposición. Ninguno de los 14 dirigentes evaluados logró un saldo positivo de imagen y, aunque el presidente Javier Milei encabeza el ranking, incluso él queda atrapado en una valorización pública que combina apoyos relevantes con resistencias persistentes.
El estudio, realizado entre el 22 y el 27 de noviembre sobre 3.111 casos y con un margen de error de +/- 2%, revela una tendencia clara: la sociedad sigue mirando con escepticismo a toda la dirigencia, incluso a quienes hoy administran el poder. Pero el informe también arroja matices que permiten comprender mejor las dinámicas internas en el oficialismo, en particular alrededor de las figuras más controvertidas del gobierno libertario.
En el primer puesto aparece Milei, con una imagen positiva del 43% y una negativa del 53%, lo que resulta en un saldo de –10 puntos. Para el Presidente, sin embargo, el dato cobra relieve porque implica la interrupción de una racha descendente que se había extendido entre agosto y octubre, en paralelo con la incertidumbre económica. La estabilización en las expectativas y los repuntes en ciertos indicadores de humor social parecen haber dado oxígeno a su figura.
En contraste, la mayoría de los dirigentes opositores retrocedieron en noviembre. Axel Kicillof y Cristina Kirchner, que aun así completan el podio detrás del Presidente, muestran caídas en su desempeño respecto del mes previo. El gobernador bonaerense alcanza +34% de positiva y –59% de negativa, mientras que la expresidenta acumula +39% y –53%. Mauricio Macri también sufre un deterioro y queda relegado al sexto lugar, con +25% y –63%.
Pero uno de los recortes más sugestivos del estudio es el que ordena a las figuras más polémicas del Gobierno en un ranking propio. Allí destacan la vicepresidenta Victoria Villarruel, el asesor estratégico Santiago Caputo y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Los tres muestran niveles de conocimiento altos, pero acompañados por valoraciones ampliamente negativas.
Villarruel aparece como la mejor posicionada del trío, con +26% de imagen positiva y –56% de negativa. Su presencia pública intermitente y su desplazamiento del centro de decisiones del oficialismo no han impedido que conserve un núcleo de apoyo firme, aunque minoritario. Detrás se ubica Martín Menem —que también registra +26% de positiva y –58% de negativa— revitalizado tras el recambio legislativo y la expectativa de una nueva dinámica en la Cámara de Diputados.
El siguiente escalón lo ocupa Santiago Caputo, figura clave en el diseño político del mileísmo y uno de los actores que más recelos despierta en la discusión pública. Sus números confirman esa dualidad: +24% de positiva y –57% de negativa. Por último aparece Karina Milei, cabeza orgánica del armado libertario y considerada por muchos la persona más influyente del Presidente. Sin embargo, sus resultados son los más adversos entre los referentes del oficialismo: +21% y –64%, un saldo que refleja tanto su creciente notoriedad como la resistencia que genera su rol decisivo detrás de escena.
En el resto del tablero, el panorama es igual de desafiante. Sergio Massa registra +25% y –62%; Jorge Macri, +20% y –59%; Juan Schiaretti, +18% y –53%; Martín Lousteau, +17% y –62%; Horacio Rodríguez Larreta, +14% y –67%; y, en el último lugar, Alberto Fernández, cuyo desplome continúa sin freno: apenas 9% de positiva contra un abrumador 82% de negativa.
El relevamiento confirma que la polarización política argentina convive con un profundo desgaste de todas las figuras de la escena nacional. Incluso quienes lideran el ranking lo hacen con más rechazos que apoyos, un dato que atraviesa a oficialistas y opositores por igual y que expone el desafío de gobernabilidad y representatividad que enfrenta el país.
