Londres, 05 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA- El gobierno británico elevó al máximo nivel su acusación contra el Kremlin tras conocerse el informe final de la investigación pública sobre la muerte de Dawn Sturgess, la mujer de 44 años fallecida en 2018 por exposición al agente nervioso Novichok. El documento concluyó que el presidente ruso Vladimir Putin tuvo “responsabilidad moral” en el hecho, al haber autorizado la operación del GRU que precedió al envenenamiento. El informe, dirigido por el exjuez del Tribunal Supremo Lord Hughes de Ombersley, sostuvo que la muerte de Sturgess fue consecuencia directa de la misión ejecutada por los agentes rusos Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, quienes utilizaron Novichok en un atentado contra el exespía Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury.
El caso se remonta a marzo de 2018, cuando los Skripal fueron encontrados inconscientes en la vía pública tras haber sido expuestos a un compuesto de uso militar desarrollado por la Unión Soviética. Ambos sobrevivieron luego de semanas de tratamiento intensivo. Sin embargo, meses más tarde, un frasco de perfume contaminado con la misma sustancia quedó abandonado en la zona, acción que la investigación calificó como “asombrosamente imprudente”. Fue ese envase, desechado por los autores del ataque, el que terminó en manos de Sturgess, que falleció poco después de aplicarse su contenido en la piel.
El informe señaló que la operación “debió haber sido autorizada al más alto nivel por el presidente Putin”, que los agentes actuaron siguiendo órdenes precisas y que el descarte del frasco contaminado multiplicó el riesgo de víctimas colaterales. Hughes afirmó que “ellos y solo ellos tienen la responsabilidad moral de la muerte de Dawn”, en referencia a los dos operativos del GRU, sus superiores y las autoridades que avalaron la misión. La investigación concluyó también que el ataque contra Skripal no solo perseguía un objetivo de represalia, sino que pretendía constituir una demostración pública del poder ruso, tanto hacia la comunidad internacional como hacia la opinión interna.
Las conclusiones provocaron una inmediata reacción del gobierno británico. El primer ministro Keir Starmer afirmó que “los hallazgos de hoy son un grave recordatorio del desprecio del Kremlin por las vidas inocentes” y anunció sanciones contra la agencia de inteligencia militar rusa GRU, incluidos nuevos bloqueos financieros y restricciones operativas. Además, el embajador ruso en Londres fue convocado para recibir una protesta formal. El Ministerio de Asuntos Exteriores advirtió que Rusia representa “una amenaza activa” para la seguridad del Reino Unido y de Europa, en un contexto internacional marcado por la guerra en Ucrania y la creciente tensión entre Moscú y las potencias occidentales.
El caso vuelve a tensar la relación diplomática entre Londres y Moscú, ya afectada por la guerra, las sanciones económicas y los incidentes de espionaje denunciados en los últimos años. La publicación del informe también reaviva el debate sobre el uso de agentes químicos en territorio europeo y la capacidad del Kremlin para ejecutar operaciones de inteligencia de alto impacto más allá de sus fronteras. Mientras tanto, la familia de Dawn Sturgess y las autoridades británicas consideran que el esclarecimiento formal de responsabilidades constituye un paso necesario en la búsqueda de justicia, aun cuando la posibilidad de un procesamiento penal de los implicados sigue siendo remota.
Fuentes consultadas: informes públicos del Reino Unido sobre el caso Novichok; declaraciones oficiales del primer ministro Keir Starmer; reportes internacionales sobre sanciones al GRU.

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