De manera fulminante. Pedro Sánchez trata de cauterizar la crisis abierta por Francisco Salazar en el seno del PSOE y del Gobierno. Las actitudes de presunto acoso sexual sufridas por mujeres que trabajaron a sus órdenes en Moncloa se han cobrado este domingo otra salida, la de su mano derecha, Antonio Hernández. El, hasta ahora, director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de Presidencia del Gobierno fue señalado por las denunciantes como «cómplice» y «encubridor» de las conductas de Salazar contra mujeres de su equipo.Su cese se oficializará el próximo martes, día 9, en el Consejo de Ministros y el PSOE también confirma que abandonará la Ejecutiva del partido en Andalucía , donde estaba al frente de la Secretaría de Datos, Análisis y Prospectiva. Fuentes gubernamentales consultadas por ABC aseguran que se trata de «un cese acordado y compartido». Señalan que, desde que Hernández tuvo conocimiento de los hechos denunciados «entendió que no era sostenible» seguir en su puesto y «obviamente desde Moncloa, al conocer los hechos, se actúa con contundencia . Como siempre», sentencian las citadas fuentes. Desde el Ejecutivo, no obstante, se puntualiza que «él niega los hechos y se aparta para no perjudicar al Gobierno».Noticia Relacionada estandar Si El ‘caso Salazar’ trunca las candidaturas de Montero y Alegría Ainhoa Martínez La relación de complicidad con el asesor áulico de Sánchez trasciende la esfera de Presidencia del GobiernoEl cese, adelantado por ‘eldiario.es’ y confirmado por ABC, se desencadenó este mismo domingo y se hizo en coordinación con el jefe de Gabinete de Sánchez, Diego Rubio, y la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que, a nivel de partido, le tenía también integrado en su dirección en Andalucía. También sale de esta responsabilidad orgánica. La decisión se toma después de conocer que su nombre aparece en las denuncias de las víctimas de Salazar y se le atribuye un papel de encubridor de los abusos.Sánchez asume su «responsabilidad»Sánchez trata así de borrar todo rastro de Salazar en la cúpula de Moncloa, entorno en el que se produjeron los hechos objeto de investigación interna, para proyectar un mensaje de contundencia a un partido en el que se ha abierto una profunda brecha por la gestión de este caso. El propio presidente, este sábado, durante la celebración del Día de la Constitución en el Congreso de los Diputados hizo propósito de enmienda y asumió «en primera persona» la responsabilidad por la deficiente gestión que se ha hecho. No obstante, Sánchez quiso negar cualquier «connivencia» y atribuyó el fallo a «un pequeño error en la velocidad de tramitación» de los expedientes. «Yo asumo el error en primera persona», insistió, para aclarar que se trata de un «error no buscado» por lo incipiente de la comisión antiacoso -que se creó el pasado mes de mayo- y reivindicando que, cuando la crisis saltó en julio, «se le retiraron todas las responsabilidades». ¿Cómo vamos a dudar [de las víctimas] si se le apartó de todos sus cargos orgánicos? Tomamos decisiones y no hemos sido conniventes, sino contundentes», defendió.Salazar pedía a las víctimas que le «enseñaran el escote» y les decía «qué buen culo te hace ese pantalón»En sus denuncias, las víctimas describen un ambiente de trabajo «irrespirable», afirmando que el comportamiento de Salazar «destilaba misoginia y babosea en cada comentario disfrazado de broma». «Su lenguaje era hipersexualizado hasta para dar los buenos días. Salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara», relata una de las denunciantes. Estas mujeres desvelan frases de Salazar en las que les pedía que «enseñaran el escote» y en las que había expresiones como «qué buen culo te hacía ese pantalón».El ambiente en el PSOE es de «profunda desolación» por la falta de contundencia en una primera respuesta. El malestar recorre los núcleos del feminismo, pero también se extiende a las federaciones en las que se aprecia ya el potencial perjuicio electoral que esta crisis tendrá, dado que el voto de las mujeres es un nicho fundamental para el partido. «Se ha gestionado muy mal», reconocen fuentes gubernamentales. En el entorno de la vicepresidenta primera se explica que estos temas que tienen que ver con lo «jurídico» acaban muy vinculados a los plazos, pero asumen que «no hemos acompañado correctamente a las víctimas y no se puede tardar todo este tiempo». «Hace falta más celeridad», resuelven.«No hemos estado encima», reconocen en el Gobierno . «Ha habido deficiencias claras», asume otro alto cargo. «No hemos sido diligentes», expresa una ministra. Este carrusel de declaraciones viene a demostrar un claro cambio de actitud y cómo ya se ha tomado conciencia, la que no se tuvo en un primer momento, del efecto corrosivo que esta crisis puede generar para un partido que se define por sus valores feministas.
Fuente ABC

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