BUENOS AIRES, 9 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA- El mayor operativo judicial sobre el fútbol argentino en años dejó al descubierto un entramado financiero cada vez más complejo y con derivaciones que alcanzan a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), a 17 clubes de distintas categorías y a la financiera Sur Finanzas, vinculada a Ariel Vallejo, un operador estrechamente asociado a Claudio “Chiqui” Tapia. La investigación por presunto lavado de dinero y operaciones de blanqueo mediante préstamos irregulares derivó en 33 allanamientos ordenados por el juez federal de Lomas de Zamora, Luis Armella, en una causa que ya se ha transformado en un escándalo de alto impacto institucional.
El operativo incluyó inspecciones simultáneas en la sede central de la AFA, el predio de Ezeiza, oficinas administrativas, domicilios particulares y dependencias de clubes involucrados. En los procedimientos se secuestró una amplia variedad de documentación: contratos, registros contables, computadoras, dispositivos electrónicos y documentación financiera potencialmente clave para avanzar sobre el presunto circuito ilícito. Los allanamientos se complementaron con un levantamiento del secreto fiscal y bancario, medida solicitada por la fiscal federal Cecilia Incardona para reconstruir los movimientos de dinero que habrían circulado entre Sur Finanzas y las instituciones deportivas.
La fiscalía sostiene que el mecanismo bajo sospecha habría funcionado mediante el otorgamiento de préstamos inflados a clubes con problemas económicos. Según esta hipótesis, entidades que necesitaban montos reducidos firmaban por cifras varias veces mayores, permitiendo que dinero de origen ilegal se incorporara al circuito formal como fondos declarados. La diferencia regresaría a la financiera de Vallejo para su redistribución entre actores políticos, municipales o societarios. La maniobra, según la investigación preliminar, podría haberse complementado con movimientos asociados a derechos de televisación, contratos de marketing y operaciones carentes de sustento fiscal.
Los 17 clubes incluidos en esta fase de la investigación abarcan instituciones de primera, segunda y categorías de ascenso: Independiente, Racing, San Lorenzo, Barracas Central, Acassusso, Almirante Brown, Banfield, Defensores de Belgrano, Deportivo Armenio, Dock Sud, Excursionistas, Los Andes, Morón, Platense, Estrella del Sur de San Vicente, Temperley y Victoriano Arenas. La amplitud de la nómina revela la magnitud del esquema investigado y la diversidad de estructuras afectadas.
La Justicia también avanza sobre otra pieza clave del expediente: un grupo de monotributistas calificados como “apócrifos” por la DGI, cuyos movimientos financieros no se corresponden con su capacidad económica real. Estos contribuyentes habrían operado decenas de miles de millones de pesos mediante billeteras digitales y cuentas asociadas a Sur Finanzas, actuando como presuntos intermediarios destinados a fragmentar flujos de dinero y dificultar su trazabilidad. Los analistas fiscales describieron movimientos inusuales de efectivo, giros virtuales de alto volumen y transferencias que conectan directamente con operaciones vinculadas a la financiera investigada.
Para los investigadores, el análisis de esta red paralela es crucial: permitiría comprender cómo se vehiculizaba dinero del juego clandestino y otras actividades informales hacia estructuras deportivas con necesidades financieras prolongadas. En esa misma línea, los embargos preventivos ordenados por la Justicia buscan evitar maniobras de vaciamiento o desvío de activos por parte de Vallejo y personas de su entorno directo, mientras organismos como el Banco Central, la UIF, la Comisión Nacional de Valores y registros provinciales colaboran con información patrimonial y societaria.
La causa Sur Finanzas toma especial relevancia en un escenario donde el fútbol argentino, sometido históricamente a tensiones económicas, aparece una vez más como terreno fértil para maniobras irregulares. La presencia de operadores externos, la debilidad de los controles internos y la necesidad financiera crónica de muchos clubes profundizan la vulnerabilidad del sistema y habilitan circuitos que, según la Justicia, podrían haber sido utilizados para lavar dinero en volúmenes millonarios.
Ariel Vallejo, señalado como figura central del entramado, se presentó la semana pasada ante la fiscalía para entregar su teléfono celular, luego de haberse negado inicialmente. Su rol, tanto por su cercanía a estructuras del fútbol como por su participación en la financiera investigada, será determinante en la reconstrucción del circuito económico bajo sospecha. La información extraída de sus dispositivos y de los documentos secuestrados será clave para establecer vínculos, montos y responsabilidades.
El avance de la causa abre un interrogante mayor sobre el funcionamiento administrativo del fútbol argentino y sobre la capacidad de los organismos de control para detectar a tiempo movimientos sospechosos. Con clubes atravesados por crisis económicas profundas, estructuras dirigenciales cuestionadas y un sistema financiero paralelo operando desde hace años, la pesquisa judicial promete revelar una trama que, según fuentes cercanas a la investigación, recién comienza a delinearse en toda su dimensión.

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