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La planificación de la jubilación y la búsqueda del mejor producto de inversión para el largo plazo se han convertido en una de las grandes preocupaciones financieras de muchas familias. Entre comisiones, fiscalidad y promesas de rentabilidad, no siempre es sencillo saber qué vehículo de ahorro es realmente eficiente y cuál puede estar erosionando poco a poco el dinero destinado al retiro.
La inversora y divulgadora financiera Andrea Redondo, una de las voces más influyentes en educación financiera en España, lanza una advertencia clara desde su canal de YouTube El club de la inversión: “¿Sabías que hay un producto de inversión financiera que parece perfecto para tu jubilación, pero que en realidad puede estar devorando tu dinero poco a poco y de manera silenciosa? Hablo de los PIAS”.
Según detalla Redondo, los PIAS (planes individuales de ahorro sistemático) se presentan como un producto financiero híbrido, a medio camino entre un seguro de vida y un plan de ahorro a largo plazo. El mecanismo es sencillo en apariencia: el cliente realiza aportaciones periódicas durante años para construir un capital que, llegado el momento de la jubilación, puede transformarse en una renta vitalicia que complemente la pensión de la Seguridad Social.
Ventajas fiscales y límites de aportación
Uno de los grandes argumentos a favor de los PIAS es su fiscalidad favorable. Tal y como explica Redondo, la normativa española permite que la rentabilidad generada al constituir la renta vitalicia esté exenta de IRPF, siempre que se cumplan todos los requisitos legales. A partir de ahí, la renta que se cobra tributa como rendimiento del capital mobiliario aplicando porcentajes reductores en función de la edad en el momento de su constitución.
La experta ilustra esta ventaja con un ejemplo: un beneficiario de 68 años que hubiese acumulado 80.000 euros y cobrase una renta vitalicia de 1.100 euros al mes (13.200 euros al año) solo tributaría por una parte de esa cantidad, lo que, según sus cálculos, podría traducirse en apenas algo más de 100 euros de IRPF. En cambio, si esa misma cifra se percibiese en forma de dividendos, la tributación sería muy superior. Para Redondo, este diferencial pone de manifiesto la eficiencia fiscal del PIAS en determinados casos. No obstante, la normativa establece límites claros a las aportaciones. El máximo anual es de 8.000 euros por contribuyente y el total acumulado no puede superar 240.000 euros.
Comisiones altas, penalizaciones y letra pequeña
El punto más crítico del diagnóstico de Andrea Redondo tiene que ver con las comisiones y la falta de transparencia. La experta señala que las aseguradoras pueden aplicar gastos por constitución, gestión, rescate o rendimiento, a lo que se suman las comisiones propias de los activos subyacentes. “De hecho, en algunos pías los gastos pueden llegar a rondar el 4% incluso más, lo cual es absurdo”, afirma en su vídeo.
A ello se añaden las penalizaciones por rescate anticipado, que suelen ser más elevadas cuanto menos tiempo ha pasado desde la contratación. Además, si se recupera el capital antes de cinco años o en forma de pago único, se pierden las ventajas fiscales y las ganancias tributan como rendimiento del capital mobiliario o ganancia patrimonial sin reducciones. Para la experta, esto hace que el producto sea poco recomendable para quien no tiene claro que pueda mantener la inversión a largo plazo.

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M. M. V.
En su opinión, muchas de las supuestas ventajas de los PIAS —ahorro automático, flexibilidad en las aportaciones, seguro de vida asociado o ciertas exenciones fiscales— también pueden encontrarse en otros productos como planes de pensiones, fondos de inversión o seguros de vida contratados por separado, a menudo con mejores condiciones de rentabilidad y costes. “Con todo esto, no pretendo afirmar que todos los pies sean horribles ni que debas descartarlos siempre, pero sí que quiero que tengas toda la información necesaria para tomar una decisión consciente que podría suponer la diferencia entre un futuro lleno de limitaciones y uno donde puedas disfrutar de tu tiempo y tu dinero sin preocupaciones, viviendo una vida a todo color”, subraya.
Para quienes ya tienen un PIAS contratado, su consejo es el siguiente: “No te preocupes, puedes mantenerlo hasta que te permitan rescatarlo sin penalización y, por supuesto, aprovechando todas las ventajas fiscales. Eso sí, yo limitaría las aportaciones realizadas a estos planes y aprovecharía el resto de mi ahorro para invertir en activos mucho más rentables y con meros comisiones”.
Fuente El Confidencial

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