Buenos Aires, 11 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA-La Confederación General del Trabajo (CGT) confirmó este miércoles una movilización masiva para el próximo jueves en Plaza de Mayo, en rechazo al proyecto de reforma laboral enviado por el Gobierno al Congreso de la Nación, en el marco de una creciente tensión entre el Ejecutivo y el movimiento obrero organizado. Los principales dirigentes sindicales ratificaron su oposición a los ejes centrales de la iniciativa oficialista, que consideran una amenaza a los derechos laborales y al rol de los sindicatos en la estructura sociolaboral argentina, y anunciaron que la protesta reunirá a diversas organizaciones gremiales en una demostración de fuerza antes del debate parlamentario definitivo.
El triunvirato que conduce la central obrera —integrado por Cristian Jerónimo, Jorge Sola y Octavio Argüello— decidió avanzar con la marcha pese a no contemplar aún un paro general, en lo que representa un gesto explícito de ruptura con la lógica de diálogo instaurada en otros ámbitos de negociación social. La decisión fue adoptada en reuniones internas en respuesta a lo que calificaron como un texto de reforma laboral “regresivo”, que según los sindicalistas ataca derechos colectivos e individuales y propone cambios estructurales que podrían debilitar la acción sindical y la negociación colectiva.
La reforma laboral oficial, impulsada por el presidente Javier Milei y su equipo, propone modificaciones amplias en el régimen de contratación, despidos, indemnizaciones y organización del tiempo de trabajo, con el objetivo de otorgar mayor flexibilidad al mercado laboral. El proyecto, respaldado por el bloque mayoritario de La Libertad Avanza tras el recambio electoral que fortaleció la posición oficialista en el Congreso, prevé además una serie de límites al ejercicio del derecho de huelga y nuevas reglas para la ultraactividad de los convenios colectivos, lo que ha sido señalado por la CGT como un intento de fragmentar el poder negociador de los trabajadores.
Entre los puntos que más preocupan a la central sindical se encuentran la eliminación de la ultraactividad de los convenios colectivos —que actualmente permite que sus efectos continúen vigentes hasta la firma de un nuevo acuerdo—, la prelación de convenios por empresa sobre los de rama, la introducción de exigencias de cobertura de servicios esenciales durante medidas de fuerza y la reducción de mecanismos de financiamiento sindical como la eliminación de la denominada cuota solidaria, que financia parte de la actividad gremial. Los dirigentes de la CGT advierten que estos cambios podrían erosionar gravemente la capacidad de los sindicatos para representar a sus afiliados y mantener condiciones laborales negociadas colectivamente.
La convocatoria a Plaza de Mayo se suma a un historial de enfrentamientos entre el movimiento obrero y la administración de Milei, que desde su asunción en diciembre de 2023 ha sido escenario de múltiples medidas de fuerza y protestas. En 2024 la CGT organizó varias huelgas generales e importantes movilizaciones nacionales en rechazo a otras políticas económicas del Gobierno, incluyendo ajustes y reformas que, según los sindicatos, afectaron el poder adquisitivo de los trabajadores y la protección social. Estas acciones de protesta generaron impacto en servicios públicos, transporte y diversos sectores productivos del país, consolidando un clima de confrontación sostenida entre las centrales obreras y el Ejecutivo.
Desde la mesa de conducción cegetista han manifestado que la marcha del jueves no solo será un acto de rechazo, sino también una plataforma para presentar alternativas y forzar una reconsideración del texto legal antes de que se someta a votación. Según fuentes sindicales, se analizan además mecanismos complementarios de resistencia, que podrían incluir tanto acciones judiciales por presunta inconstitucionalidad de ciertas disposiciones como un eventual paro general si no se logran modificaciones sustanciales que contemplen las demandas de los trabajadores.
La tensión también se observa en el plano político, ya que algunos sectores del oficialismo han intentado moderar ciertos puntos de la reforma en respuesta a las inquietudes expresadas por representantes de trabajadores y legisladores opositores. No obstante, la central obrera sostiene que los cambios deben ser sustanciales y garantistas de derechos adquiridos, y ha rechazado categóricamente avances que, a su juicio, traducen una lógica ideológica que prioriza la flexibilización por sobre la protección social.
En un comunicado público, voceros del secretariado de la CGT resaltaron que la convocatoria a Plaza de Mayo será una muestra de unidad sindical para defender “la dignidad del trabajo argentino” y rechazar lo que definieron como una reforma que podría empobrecer las condiciones laborales y precarizar aún más la relación entre empleadores y trabajadores. También se espera que acompañen otros espacios gremiales y sociales que comparten la crítica a la iniciativa oficialista, dando así mayor volumen a una movilización que promete ser una de las más importantes del año en la capital argentina.
La protesta se llevará a cabo mientras el Congreso se prepara para discutir en sesiones extraordinarias la reforma laboral, en un contexto político polarizado donde las negociaciones entre los bloques legislativos y las fuerzas sindicales serán clave para definir el rumbo de la legislación. La mirada está puesta ahora en las acciones callejeras, los pronunciamientos públicos y la presión parlamentaria que se desplegarán en las próximas jornadas.

Argentina
España
USA
Israel










