Washington, 17 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA-La administración de Donald Trump dio un paso decisivo en la escalada de presión contra el régimen de Nicolás Maduro al anunciar un bloqueo marítimo sobre los buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, una medida que profundiza el aislamiento internacional del chavismo y golpea directamente su principal fuente de ingresos. El presidente estadounidense afirmó que el gobierno venezolano fue designado como “organización terrorista extranjera” y advirtió que el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe “seguirá creciendo” hasta que Caracas responda por lo que calificó como el robo de activos, actividades terroristas, narcotráfico y trata de personas.

El anuncio fue realizado por Trump a través de su red Truth Social, donde sostuvo que el bloqueo apunta específicamente a los buques sancionados por el Departamento del Tesoro y que la operación será sostenida por la mayor concentración de fuerzas navales estadounidenses desplegada en la región en décadas. Aunque la Casa Blanca no detalló aún el mecanismo operativo del bloqueo, fuentes de defensa indicaron que la Guardia Costera y unidades de la Marina podrían ser utilizadas para interceptar embarcaciones vinculadas al transporte ilegal de crudo venezolano.
La medida se produce pocos días después de que fuerzas estadounidenses incautaran un buque cisterna frente a la costa venezolana, cargado con petróleo, que según Washington formaba parte de una red ilícita destinada a financiar organizaciones terroristas extranjeras. La Casa Blanca aseguró que esa red opera mediante una flota de “buques fantasma” que comercializan crudo venezolano a precios muy por debajo del mercado internacional para eludir sanciones y generar liquidez para el régimen.
En paralelo al bloqueo, el Departamento del Tesoro anunció nuevas sanciones contra al menos seis empresas dedicadas al transporte de crudo y seis buques cisterna, ampliando una lista que ya incluye a más de 200 compañías vinculadas al negocio petrolero venezolano, entre ellas la estatal PDVSA y firmas extranjeras acusadas de facilitar la evasión de sanciones. Washington sostiene que estas estructuras permiten a Maduro sostenerse políticamente mientras la población enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe refuerza el mensaje político. Actualmente, Estados Unidos mantiene en la zona cuatro escuadrones de aviones de combate, un escuadrón de aeronaves de alerta temprana, helicópteros antisubmarinos y antibuque, además del submarino USS Newport News y el destructor lanzamisiles USS Thomas Hudner. Fuentes militares subrayan que este dispositivo no solo busca controlar el tráfico petrolero, sino también interceptar rutas de narcotráfico y contrabando que operan desde territorio venezolano.

Desde Caracas, el régimen reaccionó con dureza. En un comunicado oficial, el gobierno de Maduro calificó el anuncio como una “grotesca amenaza” y acusó a Estados Unidos de violar el derecho internacional, el libre comercio y la libre navegación de los océanos. Maduro, en un acto público previo a la publicación del mensaje de Trump, denunció un supuesto intento de “colonización” y aseguró que Venezuela defenderá su soberanía frente a lo que describió como una agresión imperialista. Sin embargo, la retórica oficial contrasta con la creciente fragilidad económica del país, cada vez más dependiente de operaciones clandestinas para exportar crudo.

El impacto de estas medidas ya se refleja en el mercado petrolero regional. Analistas energéticos advierten que el cerco marítimo incrementa los costos logísticos y reduce drásticamente la capacidad de Venezuela para colocar su petróleo en Asia y otros destinos, profundizando la caída de ingresos fiscales. Aunque algunas compañías, como la estadounidense Chevron, continúan operando bajo licencias específicas otorgadas por Washington, la mayor parte de la exportación venezolana se encuentra bajo severas restricciones.
La ofensiva estadounidense se inscribe en una estrategia más amplia contra redes criminales transnacionales en América Latina. En las últimas horas, Washington también anunció la designación como organización terrorista del Clan del Golfo, el mayor cartel del narcotráfico en Colombia, reforzando el enfoque de seguridad regional de la administración Trump. Funcionarios estadounidenses señalaron que Venezuela opera como un nodo central de estas redes, brindando protección y logística a organizaciones criminales.
Con el bloqueo marítimo, las sanciones financieras y el refuerzo militar, Estados Unidos busca asfixiar al régimen de Maduro y forzar un quiebre interno que abra paso a una transición política. Mientras tanto, Venezuela queda cada vez más aislada, atrapada entre la presión internacional y una crisis económica y social que no muestra señales de alivio.

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