Buenos Aires, 26 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA-La Justicia federal avanzó con dureza contra una de las organizaciones narcocriminales más poderosas del conurbano bonaerense al procesar con prisión preventiva a siete sospechosos vinculados al denominado clan Villalba, una estructura que operaba en distintos asentamientos del partido de San Martín y que intentó justificar su contabilidad y movimiento de dinero bajo la fachada de una supuesta franquicia de “quioscos 24 horas”. La resolución fue dictada por la jueza federal de San Martín Alicia Vence, quien consideró acreditada la existencia de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes y al manejo sistemático de grandes volúmenes de dinero ilícito.
Según surge del expediente judicial, uno de los principales imputados, identificado como Daniel C., sostuvo durante su indagatoria que había sido contratado para administrar la recaudación de una cadena de quioscos de atención permanente, trabajo que —según afirmó— le fue ofrecido por su exabogado. Alegó que, ante el fracaso de un emprendimiento previo, aceptó la propuesta y luego convocó a su pareja y al cuñado de su madre para colaborar con la supuesta contabilidad del negocio.
La magistrada descartó de plano esa versión. En la resolución, sostuvo que Daniel C. se encuentra directamente vinculado con las actividades de la empresa criminal conocida como el clan Villalba y que, junto con sus colaboradores más cercanos, cumplía el rol de administrar el dinero y rendir cuentas producto de la comercialización de drogas en los asentamientos El 18, Curita y Puerta 8, todos ubicados en el partido de San Martín.
La jueza procesó a Daniel C., a su pareja, al cuñado de su madre y a otros cuatro sospechosos por los delitos de tráfico de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas organizadas, además de tenencia de armas y municiones de guerra y de uso civil. La decisión incluye la prisión preventiva de todos los imputados.
Al referirse al clan Villalba, la investigación apunta a la organización históricamente liderada por Miguel Ángel Villalba, alias “Mameluco”, uno de los capos narcos más conocidos del oeste del conurbano bonaerense, quien incluso llegó a intentar incursionar en la política como candidato a intendente de San Martín. Villalba cumple actualmente una condena de 27 años de prisión y desde septiembre enfrenta un nuevo juicio por la comercialización de cocaína adulterada con carfentanilo, causa en la que se le atribuyen 24 muertes y más de 80 internaciones. Uno de los puntos de venta de esa droga, conocida como “la droga fea”, fue el asentamiento Puerta 8, donde también operaban varios de los ahora procesados.
En su fallo, la jueza Vence afirmó que los descargos de los imputados resultan mendaces y que el cuadro probatorio reunido “echa por tierra cualquier intento defensivo”. Señaló además que Daniel C. no pudo aportar ningún dato concreto que respaldara la existencia real de la supuesta cadena de quioscos ni identificar contactos comerciales o directivas propias de una actividad lícita. La resolución lleva también la firma del secretario penal Hernán Roncaglia.
Los sospechosos fueron detenidos a mediados de noviembre durante una serie de allanamientos realizados por la Dirección General de Operaciones Antidrogas Hidrovía del Paraná, dependiente de la Superintendencia de Investigaciones contra el Narcotráfico de la Policía Federal Argentina. Durante los procedimientos, los efectivos secuestraron nueve kilos de cocaína, diez kilos de marihuana, 100 dosis de tusi —droga sintética conocida como cocaína rosa—, 490.000 dólares, más de 14,6 millones de pesos, chalecos antibalas, un chaleco táctico policial, cinco pistolas, tres revólveres y abundante munición.
La investigación determinó que el negocio del narcomenudeo funcionaba en turnos de 12 horas, con una recaudación estimada de 10 millones de pesos por turno. El dinero y los estupefacientes eran ocultados en falsos desagües pluviales, un método diseñado para eludir controles y allanamientos.
El origen de la causa se remonta a abril pasado, cuando se detectó una transferencia de dinero a un agente del Servicio Penitenciario Federal que cumplía funciones en la Unidad 6 de Rawson, donde se encontraba alojado Mameluco Villalba. Según fuentes judiciales, el pago estaba destinado a facilitar el ingreso ilegal de teléfonos celulares, chips, bebidas alcohólicas, medicamentos y cigarrillos al penal.
A partir de esa maniobra se reconstruyó el circuito financiero de la organización, que culminó con la interceptación de vehículos en San Martín mientras intercambiaban bolsas con dinero en efectivo. Los paquetes estaban rotulados con inscripciones como “fina”, “jama”, “tusi” y “Curita”, términos que los investigadores identificaron como referencias internas a la cocaína, la marihuana, la droga sintética y uno de los asentamientos controlados por la banda.
Para la jueza Vence, quedó plenamente acreditado que los imputados actuaban bajo una única estructura jerárquica y coordinada, con roles definidos en la adquisición, fraccionamiento, transporte y comercialización de drogas, así como en el movimiento del dinero recaudado. La causa continúa en etapa de instrucción y no se descartan nuevas imputaciones vinculadas al entramado financiero del clan.
Fuentes consultadas: Juzgado Federal de San Martín; resolución judicial; Policía Federal Argentina; fuentes judiciales; La Nación.

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