La ley de contraespionaje de China podría obstaculizar la actividad empresarial y alimentar la ira contra Occidente
Qué sucedió: los analistas de la ley china en NPC Observer publicaron el 2 de enero una revisión detallada del último borrador de la Ley de contraespionaje de China publicado el 26 de diciembre por el Comité Permanente de la APN de China. El último borrador haría a los gobiernos locales responsables del contraespionaje, incluida la educación del público sobre las amenazas de espionaje.
Los medios de comunicación, las cadenas de televisión y los servicios de información de Internet también tendrían que educar a la sociedad sobre el trabajo contra el espionaje. Las empresas de operaciones postales, de entrega y logísticas tendrían que brindar soporte técnico a los esfuerzos estatales de contraespionaje, y serían penalmente responsables si no brindan asistencia o no brindan pistas sobre el espionaje a las autoridades. Los órganos de seguridad del Estado tendrían autoridad para acceder a documentos, datos o materiales relevantes para el contraespionaje, y los órganos de seguridad nacional podrían inspeccionar personas, objetos o lugares para realizar investigaciones.
Por qué es importante: el enfoque de la ley en la implementación local y la educación social podría profundizar el sentimiento antiestadounidense (y en menor medida antioccidental) en China a medida que los mensajes sobre las fuerzas antichinas se propagan en las redes sociales y la televisión. Se podría exigir a las empresas de logística que informen a las autoridades estatales sobre las actividades de sus clientes, y los órganos de seguridad del estado podrían poner en riesgo los secretos corporativos con sus poderes de investigación ampliados. Esta es la segunda ronda de deliberaciones sobre las actualizaciones de la Ley contra el espionaje, por lo que la ley podría aprobarse tal como está, pero es probable que pase por una tercera ronda de deliberaciones en los próximos meses. Si bien Beijing podría alterar aspectos de la ley si surge una reacción negativa significativa de las empresas, en asuntos de seguridad nacional, Beijing tiende a estar menos dispuesto a negociar.