Por Carlos Ruckauf
“Lo mas fácil es romper y destruir.Los héroes son los que firman la paz y construyen” (Nelson Mandela)
La intolerancia al que piensa distinto,aun dentro de un mismo espacio político, está corroyendo las bases de la democracia representativa y republicana , el único sistema conocido, que más allá de sus defectos, nos permite vivir y crecer en libertad.
Acontecimientos recientes sirven para describir el fenómeno y alertar sobre nuestro propio futuro.
El más cercano y explosivo ha sido el de Brasil , donde miles de personas llegaron a tomar los tres sitios emblemáticos del Poder: el Palacio de Planalto,sede del Ejecutivo ,el Palacio del Congreso y la sede del Superior Tribunal de Justicia.
En Perú, Pedro Castillo,el presidente marxista, intentó usar las FFAA y de Seguridad para cerrar el Congreso,detener a la conducción de la Corte Suprema y a la Fiscal que lo investigaba por corrupción. Fue legítimamente removido por el Congreso, asumió su vicepresidenta, Dina Boluarte, también marxista, quien está reprimiendo con dureza a quienes eran sus partidarios.
En ambos países la crisis sigue abierta.
En EE.UU., el Partido Republicano,dividido entre moderados y trumpistas, tardó varias sesiones en consolidar la conducción de la Sala de Representantes, porque aún debaten sobre la elección presidencial de hace dos años , el intento de toma del Capitolio y la continuidad de las investigaciones al respecto.
Esta realidad debe ponernos sobre alerta.
Cuando el adversario se convierte en enemigo, la democracia tambalea y la violencia irracional reemplaza a la discusión ideológica.
En nuestro país, el reciente desacato a una medida cautelar de la Corte Suprema y el intento de juicio político al máximo Tribunal del País, constituyen signos alarmantes de intolerancia y violación de las reglas de juego.
¿Qué se busca con un espectáculo mediático sin posibilidad de éxito parlamentario?
Resulta especialmente desopilante, que una de las principales espadas del oficialismo en este tema sea un ex prominente dirigente radical devenido en “ultra K”.
En efecto, Leopoldo Moreau (ex candidato presidencial de la UCR) acusa a excelsos juristas, con larga y prestigiosa historia en el peronismo, de ser instrumentos de la derecha.
Está claro que no existe posibilidad alguna de que el Frente de Todos logre las mayorías especiales para condenar a los cuatro jueces a los que se pretende imputar, como no las tuvo para cubrir la actual vacante en ese Tribunal , para prestar acuerdo al Procurador del Tesoro, etc.
¿Es el comienzo de una negativa a aceptar los resultados electorales de los comicios de octubre? a obstruir la toma de posesión, a enfrentar con intolerancia a quien asuma en diciembre?
Todo indica que una alternativa opositora al kirchnerismo, ganará las presidenciales de 2023. Ningún oficialismo gana elecciones, si la inmensa mayoría de los habitantes sufre la destrucción de los ingresos fijos, por una inflación galopante.
Sergio Massa está usando,con mucha colaboración de los formadores de precios, todo el arsenal de instrumentos en su poder para tratar de detener la estampida y al propio tiempo construir una base para la inversión y el ingreso de divisas.El esfuerzo es gigantesco y el resultado es limitado.
Ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner, creen en el camino que transita Massa, sólo lo toleran y eso dinamita toda posibilidad de éxito y en consecuencia de candidatura presidencial exitosa, del líder del Frente Renovador.
Millones, como ocurrió en las elecciones de Brasil, van a votar más “en contra de” que “a favor de” .
En la Argentina aparece,además el “factor Milei” y esto producirá en la primera vuelta una dispersión del voto parlamentario.
Quien asuma en diciembre la presidencia de la República,se trate de un candidato de JxC o el líder libertario, puede llegar a tener ambas Cámaras del Congreso en contra.
Resulta imprescindible la construcción de un Pacto Democrático, que más allá de las diferencias ideológicas y aun del rencor, preserve un sistema de convivencia.
La aceptación de la alternancia en la conducción del Estado no constituye un drama ,más allá de la pérdida siempre momentánea, de unos respecto a los otros, sino el logro de una estabilidad que evite la confrontación en las calles y que aleje las soluciones para nuestro Pueblo.
Saltar de la grieta al abismo, es una alternativa tenebrosa que debemos evitar.
Carlos Ruckauf es ex vicepresidente de la Nación
Fuente Clarin