Por Maia Jastreblansky
La vicepresidenta pidió organizar encuentros de militantes similares al del sábado pasado en Avellaneda en distintas regiones del país; se evalúa una movilización de protesta contra la Corte Suprema
ún cuando muchos actores del peronismo dan por sentado que Cristina Kirchner no será candidata a presidenta, la dirigencia ultrakirchnerista está decidida a seguir militando la consigna “Cristina 2023″ en todo el país para intentar subirla a la boleta y generar acumulación política detrás de su figura. Tras el acto en Avellaneda del pasado sábado -que reunió a más de 15.000 militantes bajo una térmica infernal- la vicepresidenta les hizo llegar un mensaje a los referentes que protagonizaron el encuentro: transmitió que el evento le gustó y pidió organizar eventos similares en el interior del país.
De eso se habló en la reunión del miércoles en Ensenada, que congregó durante cuatro horas a 30 dirigentes leales a la vicepresidenta. La definición que salió de esa mesa fue que llevarán el clamor por Cristina a distintas provincias del país (NEA, NOA, centro, Patagonia y a nivel seccional en Buenos Aires) mediante la organización de plenarios militantes semejantes a los de Avellaneda. Según pudo saber LA NACION, se baraja la posibilidad de hacer un acto en Chaco junto al gobernador Jorge Capitanich y otro en La Rioja, junto al gobernador Ricardo Quintela. No hay fechas confirmadas.
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Muchos de los dirigentes que se dieron cita en Ensenada son los que se sentaron al frente de las 15 comisiones que se organizaron en el plenario de Avellaneda para arengar a la militancia y debatir la situación actual del kirchnerismo. “Nosotros no damos por hecho que Cristina no va a ser la candidata este año. Después de lo del sábado ella quedó contenta e ilusionada. Nosotros no la descartamos”, dijo a LA NACION uno de los participantes de la reunión del miércoles.
En distintas terminales del oficialismo -entre otras, la Casa Rosada- consideran que la vice no dará marcha atrás y descartan que ella se presente como candidata a presidenta. No rechazan de plano, sin embargo, la chance de que se postule como candidata a senadora, para sumarle anabólicos a la boleta de la provincia de Buenos Aires. Esa variante, además, le aportaría fueros.
Diseñadora de la estrategia
La jornada del pasado sábado en Avellaneda, que se desarrolló bajo temperaturas infernales, reunió a más de 15.000 personas y ofició como espacio de catarsis y de revitalización de la militancia K, que venía alicaída y dispersa. Más allá de la consigna, el objetivo de fondo del operativo clamor que lanzó el ultrakirchnerismo es garantizar la centralidad de su jefa política y ratificarla como principal armadora de la oferta electoral. Máximo Kirchner lo explicitó así al cerrar el acto en Avellaneda: “Construir ese lugar que le permita a quien diseñó la estrategia en 2019 que vuelva a diseñarla”.
“Cristina 2023 es un programa electoral en sí mismo: no sólo es la mejor candidata sino que también es la que mayor certidumbre genera para la clase trabajadora y el electorado peronista. Es una consigna que genera mística”, fue una de las conclusiones a la que arribó la mesa de Ensenada.
Los encuentros en la comarca de Mario Secco se vienen dando de forma periódica incluso desde antes de la condena a Cristina en la causa Vialidad. Fue en ese ámbito donde, a fines de 2022, la vicepresidenta le pidió a sus fieles que “tomaran el bastón de mariscal”, algo que luego diría en público.
De la reunión del miércoles participaron, entre otros, Axel Kicillof, Larroque, Secco, el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi y el de Berisso, Fabián Cagliardi. También los sindicalistas Paco Manrique (Smata), Sergio Palazzo (Bancaria), Roberto Baradel (CTA), Sonia Alesso (Ctera), y Hugo Yasky (CTA); el titular de AFIP, Carlos Castagneto, y la ministra de gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez. El plantel se completó con legisladores y referentes históricos del kirchnerismo como Teresa García, Florencia Saintout, Vanesa Siley, Leopoldo Moreau, Diana Conti, Edgardo Depetri y Martín Sabbatella.
Otra de las resoluciones de la mesa fue que el 24 de marzo no se marchará al palacio de Tribunales como propuso un grupo de militantes en el encuentro de Avellaneda. “La marcha va a ser de la ESMA a la Plaza de Mayo”, aseguró un referente K, aunque admitió que es probable que una columna se termine desviando para protestar frente a la Corte.
Hay, en torno al tema, cierta tensión. En Avellaneda se vieron carteles impresos sobre un fondo negro que rezaban “El 24 de la plaza a la Corte”. La cúpula K había desactivado una movilización en defensa de Cristina Kirchner el Día de la Memoria, luego de que la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, reclamara públicamente que no se mezclara la histórica convocatoria de los organismos de Derechos Humanos con el pedido contra la “proscripción” de la vice. Hubo, incluso, una foto en la sede de Abuelas, en la que participó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, para ahuyentar cualquier rumor de rispidez entre el kirchnerismo y los organismos.
Con una parte de la militancia que quiere adosar la “lucha contra la proscripción” a las consignas del Día de la Memoria, en la mesa de Ensenada generó mayor adhesión la idea que llevó Manrique para organizar una marcha a la Corte el 13 de abril.
Mientras el ultrakirchnerismo -con Andrés “Cuervo” Larroque como principal articulador- busca recrear un clima político para que la vice se vuelva a subir a la pelea electoral, en simultáneo, De Pedro se alista para ser el candidato del espacio, siempre y cuando Cristina finalmente opte ir con un puro y le dé su bendición. El funcionario, de plena confianza de la vice, desde hace tiempo que intenta construir un perfil de presidenciable. Ahora que se ingresó en etapa de definiciones, lejos de aminorar la marcha, aceleró, con un equipo de colaboradores cada vez más nutrido.
No falta tanto para conocer el desenlace: en la mesa de Ensenada calcularon que faltan 13 semanas para la presentación de las listas y consideraron que, en la situación política actual, es muy poco tiempo.
Fuente La Nación