Por Joaquín Múgica Díaz
En el Frente de Todos advierten que es difícil que haya anuncios relevantes como el del líder del PRO, pero creen que es necesario que se acelere la organización electoral del espacio político
La decisión de Mauricio Macri de no ser candidato a presidente, le dio pie a la dirigencia del peronismo para hacer una nueva evaluación sobre el escenario electoral donde están parados sus potenciales candidatos. Con su autoexclusión, el líder del PRO descomprimió la tensión en Juntos por el Cambio y habilitó un ordenamiento más rápido. En el peronismo está lejos de suceder lo mismo.
En las arterias del Frente de Todos hay dos manifestaciones claras sobre la pareja presidencial, pero una sola lectura más sincera que atraviesa la voluntad de cada sector. En kirchnerismo espera que Alberto Fernández se baje cuanto antes de su plan de reelección. En la Casa Rosada advierten que Cristina Kirchner debería dejar en claro que no será candidata, luego de fomentar el operativo clamor.
Por encima de esas dos visiones hay una percepción uniforme: ni el Presidente ni CFK van bajarse de sus potenciales candidaturas. No van a concretar ningún movimiento que descomprima, tal como lo hizo Macri en su espacio político, la compleja convivencia interna que existe en la coalición oficialista. Al menos no lo harán en el corto plazo.
“Alberto y Cristina van a ser candidatos hasta el final. Es una guerra fría que llegará hasta el último día. Ambas candidaturas van a generar una fricción interna hasta el momento de las decisiones claves. Alberto está muy firme y Máximo (que representa la voz de la Vicepresidenta) también”, analizó un influyente ministro del gabinete nacional, donde hay poco optimismo con la posibilidad de que haya definiciones del peso que tuvo la de Macri.
El kirchnerismo mantiene vivo el operativo clamor y la Vicepresidenta deja abierta la posibilidad de ser candidata (REUTERS/Matias Baglietto)
En el círculo presidencial están convencidos que CFK debe correrse del armado electoral y que su liderazgo político ya cumplió un ciclo. Consideran que hay muchos dirigentes que no se sienten conducidos por la Vicepresidenta, por lo que su legitimidad está acotada al kirchnerismo. Es momento de una renovación. “¿Si Cristina va a ser candidata? En diciembre ya dijo que no va a ser candidata a nada”, indicaron cerca de Fernández.
La definición está cargada de sarcasmo. Si bien es verdad que la Vicepresidenta dijo, después de ser condenada en la causa Vialidad, que no será “candidata a nada”, el operativo clamor para que sea candidata, que es alimentado por ella misma, mantiene la expectativa en el Frente de Todos sobre su rol en las elecciones. En el oficialismo hoy prevalece la idea de que será candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.
En la Casa Rosada asimilaron que con la decisión de Macri, sumado al anuncio de Cristina Kirchner, hay una caída de los “liderazgos duros”, por lo que que queda diagramado un escenario menos polarizado. Creen también que es necesario que en el peronismo se pueda discutir un rumbo nuevo y los pasos a seguir para generar opciones que le den futuro a la coalición.
En esa línea, refuerzan la idea de la “unidad peronista” pese a que la coalición está completamente quebrada, y resaltan la necesidad de unas PASO para dirimir liderazgos. En definitiva, las elecciones primarias parecen ser la fecha clave para que se produzca el ordenamiento final del peronismo.
“El operativo clamor es para mantener poder de negociación e inmovilizar la discusión electoral. Por fuera del kirchnerismo duro y La Cámpora, no hay entusiasmo por una candidatura de CFK. El peronismo no está movilizado por eso”, resumió un intendente del conurbano, que acepta que el kirchnerismo, en términos electorales, ya no pesa lo que pesaba antes.
En el Frente de Todos hay un sector que cree que la determinación de Macri de alejarse del centro de poder de Juntos por el Cambio genera un perjuicio para La Cámpora, debido a que la agrupación que conduce Máximo Kirchner no tendrá al fantasma del ex presidente para confrontar. Se quedaron sin el enemigo principal. Sensaciones que atraviesan al oficialismo en las horas posteriores al anuncio del líder del PRO.
La mirada política del kirchnerismo duro y del camporismo es completamente diferente. Siguen presionando para que Fernández se baje de su reelección y para que lo haga cuanto antes. “Estamos esperando que Alberto entre en razón pero se ve que no lo hace. Insiste con algo que no va a pasar”, sostienen en la agrupación, dejando entrever que el clima interno se va a poner cada vez más bélico.
“Trabajamos para que CFK sea primero candidata y luego presidenta. La mejor forma de ser competitivos es con ella como candidata a la presidencia”, advirtió un importante funcionario del kirchnerismo, donde creen que la Vicepresidenta está en condiciones de pelear un balotaje en el caso de que la elección tenga ese destino. Esa mirada no tiene respaldo en la mayor parte de la alianza oficialista.
La definición de Mauricio Macri impactó de lleno en el escenario electoral de la Argentina (Foto AP/Natacha Pisarenko, archivo)
Ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner van a bajar sus potenciales candidaturas en el corto plazo. Juegan a las escondidas. Acumulan el poder que pueden para condicionarse mutuamente en el momento del armado de listas. Lo más probable es que ninguno de los dos compita por la presidencia. Al menos, así lo creen en las distintas terminales del Frente de Todos.
Nadie espera un renunciamiento como el de Mauricio Macri que permita ordenar al peronismo, pero advierten que es necesario que haya más definiciones en la carrera electoral del espacio. Más certidumbre para acomodar la estructura política.
En el final de marzo Fernández y los Kirchner lograron un solo acuerdo que es dirimir las diferencias en unas PASO. No es poca cosa, pero no alcanza para bajar el nivel de tensión permanente que se vive en el gobierno nacional. La unidad peronista es parte del recuerdo. Quedó sepultada el 2019.
Fuente Infobae