Por el Dr. Adalberto C. Agozino
Ante la pérdida de influencia política y económica de Argelia, el Frente Polisario se esta convirtiendo en un instrumento al servicio de los intereses globales de Irán a través de sus vínculos con la organización terrorista Hezbollah.
Pocos ponen en duda de que la República Islámica de Irán constituye un factor de desestabilización a nivel global. En ocasiones, desarrollando un belicoso programa de armas nucleares, en otros casos suministrado sus drones de combate a Rusia para que los emplee en su invasión a Ucrania y a los rebeldes hutíes para que los utilicen en la guerra civil de Yemen. Y, por último, manejando a través del grupo terrorista libanes Hezbollah una extensa red global de lavado de dinero.
La agencia antidrogas de los Estados Unidos, “Drug Enforcement Administration” -DEA- considera que Hezbollah cuenta con extensas redes en América del Sur dedicadas al tráfico de drogas, lavado de dinero, tráfico de armas, contrabando y otros negocios ilícitos para financiar parte de las actividades terroristas del grupo.
Al parecer, nada de esto es suficiente para Teherán. Ahora pretende convertirse en un actor más en el Conflicto del Sáhara apoyando a los terroristas separatistas de Frente Polisario.
Los vínculos entre el Frente Polisario y Hezbollah se remontan a 2017. Ese año, las autoridades marroquíes arrestaron en el aeropuerto de Casablanca a Kessem Mohamed Tajeddine debido a la existencia de una orden de arresto internacional emitida por Estados Unidos.
Sobre Tajeddine pesaban acusaciones de lavado de dinero y terrorismo y era uno de los principales dirigentes financieros de Hezbollah en África.
En represalia, Hezbollah reforzó sus vínculos con los terroristas separatistas del Frente Polisario proporcionando armamentos y entrenamiento militar.
En respuesta, el 1º de mayo de 2018, el canciller marroquí Nasser Burita denunció que Irán llevaba dos años proporcionando entrenamiento militar al Frente Polisario y que también había armado a los separatistas con misiles de fabricación soviética SAM-9, SAM-11 y 9K 34 “Strela 3”.
Esto llevó a una nueva ruptura de relaciones entre ambos países. La anterior se produjo en 2009 por el rechazo marroquí a los intentos iraníes de reclutar ciudadanos marroquíes para incorporarlos a sus redes terroristas.
En septiembre de 2022, se desató una nueva crisis generada por las declaraciones realizadas por el supuesto ministro del Interior de la inexistente República Árabe Saharaui Democrática y miembro del Politburó del Frente Polisario, Omar Mansour, durante una visita a Nuakchot, Mauritania, declaró ante un grupo de miembros de su tribu, Oulad Dleim, que “el ejército saharaui pronto utilizará drones armados en la guerra de desgaste del Sáhara Occidental.”
Recordemos que el Frente Polisario declaró roto el alto al fuego controlado por las fuerzas de la MINURSO, desde 1991, debido a que las Fuerzas Armadas Reales (FAR) expulsó a sus milicias del paso de El Guerguerat y de la zona de amortiguación en la frontera entre Marruecos y Argelia, en noviembre de 2020.
La frustración de los separatistas y de sus socios argelinos creció exponencialmente cuando un mes más tarde los Estados Unidos reconocieron la soberanía marroquí sobre su Sáhara y más tarde cuando España se sumó a este reconocimiento.
Para disimular su impotencia los dirigentes del Polisario no tuvieron mejor idea que inventarse una guerra. Desde entonces los despachos de la agencia oficial de prensa argelina (APS) describen inexistentes “ataques mortales y destructivos contra las FAR.”
Por lo tanto, es muy probable que los drones en manos de los separatistas polisario sean tan imaginarios como sus ataques contra las FAR, porque hasta el momento no sean registrado operaciones de drones polisarios.
Especialmente, porque el anuncio lo realizó el “ministro del Interior” y no el secretario General del Frente Polisario, Brahim Ghali, ni su ministro de Defensa Mohamed Lamine Bouhali o su ministro de Relaciones Exteriores Mohamed Salem Ould Saleck.
No obstante, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes en el Exterior, Nasser Bourita, se tomó con seriedad la adquisición de drones militares por parte del Polisario. El lunes 3 de octubre, durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo yemení en Rabat, advirtió: “contra la adquisición de drones armados por parte de grupos terroristas y separatistas”, apuntando a la injerencia de la República de Irán en varios países árabes. “El régimen iraní es el patrocinador oficial del separatismo y los grupos terroristas en varios países árabes”, señaló Nasser Bourita, y agregó que el apoyo de Teherán “a los actores armados no estatales representa una amenaza para la paz regional e internacional”.
El anuncio de Omar Mansour no fue negado ni confirmado por el Frente Polisario ni específicamente por Irán.
La respuesta del régimen chií, se redujo a una declaración emitida por el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanaani, quien tras rechazar las acusaciones de Bourita, comentó en tono irónico: “En lugar de jugar a culpar y lanzar acusaciones infundadas contra la República Islámica de Irán, sería mejor que se preocupará y se responsabilizara de la inseguridad que amenaza a los países y naciones de la región debido a la normalización con el régimen sionista del apartheid”, remarcó en referencia a las fluidas relaciones de Marruecos con Israel, con quién firmó un sustancioso acuerdo de cooperación militar.
Ahora, aparecen nuevas pruebas de que el Frente Polisario es un instrumento al servicio de las necesidades de Hezbollah y de Irán. Una investigación llevada a cabo por el canal israelí i24 News pone de manifiesto los lazos fuertes vínculos el Frente Polisario y Hezbollah. De acuerdo con el medio de comunicación, la organización libanesa está involucrada en una extensa red financiera del Polisario. A través del hawala, un método informal para transferir dinero muy difundido en el mundo árabe.
El sistema hawala es un canal informal de transferencia de fondos de un lugar a otro a través de proveedores de servicios conocidos como hawaladars. Por lo general la mayor parte de las transacciones son realizadas por trabajadores inmigrantes irregulares que viven en países desarrollados, el sistema puede utilizarse también para remitir fondos desde un país en desarrollo, aunque la finalidad de la transferencia sea diferente.
El atractivo del hawala reside en la informalidad, la ausencia de controles impositivos, los menores costos de operación, rapidez, poca documentación, más seguridad, y el hecho de que es menos burocrático que el sistema financiero formal. Por otra parte, las comisiones cobradas por los hawaladars (avalistas) son inferiores a los del sistema formal, muchas veces extraídas de los diferenciales producidos por el tipo de cambio. La agilidad del sistema viene impulsada por un mecanismo operativo sencillo: se dan instrucciones por teléfono, fax o correo electrónico a los corresponsales y los fondos son recibidos a domicilio en un plazo de 24 horas. Estas características hacen muy atractivo este método para los grupos criminales, terroristas y políticos corruptos
La trama financiera del Polisario se ha expandido desde Tinduf hasta Europa, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudíy, por supuesto, Líbano a través de Hezbollah. Dentro de los países europeos, el diario alemán Die Welt menciona a Bélgica, Francia, Reino Unido y Alemania.
La investigación destaca la participación de un empresario libanés del brazo financiero del grupo chií, al-Qard al-Hasan (Prestamos Benevolentes. Su base es el de préstamos gratuitos otorgados a personas necesitadas, sin interés ni garantía). Por otro lado, informes de agencias de inteligencia occidentales señalan como líder de la red a Ahmed Abderrahman, quien se habría reunido con el empresario libanés en un país europeo y habría declarado su lealtad a Hezbollah. “Demostraron su fuerza en la guerra de 2006 contra Israel. Cumplen su palabra”, señaló, según recogen los informes.
La incursión de Hezbollah y de Irán en el norte de África no solo desestabiliza la región, sino que también representa una amenaza para Europa. “Si los europeos no se dan cuenta de este problema hoy, mañana ya será demasiado tarde”, aseguró un exagente de inteligencia del continente al canal israelí.
Pero, los vínculos del Frente Polisario con Hezbollah deben ser también un fuerte llamado de atención para los países latinoamericanos, en especial, para la Argentina.
El grupo terrorista libanes es un antiguo conocido de los argentinos. Según la justicia argentina, Hezbollah, en complicidad con funcionarios del aparato de inteligencia y del servicio diplomático de Irán, llevaron a cabo los sangrientos atentados de la Embajada de Israel en Buenos Aires (17 de marzo de 1992) y de la Asociación Mutual Israelita en Argentina -AMIA- (18 de julio de 1994). Ambos ataques explosivos provocaron al menos 114 muertos y 542 heridos en total.
Estos atentados terroristas en Argentina fueron los únicos hechos de violencia islamista que se produjeron en América Latina hasta el momento.
Recientemente, las actividades clandestinas de Irán en Argentina cobraron nueva actualidad por el arribo, el 6 de junio de 2022, de un avión Boing 747, con matrícula venezolana YV3531, perteneciente a la empresa venezolana Emtrasur, tripulado por 14 militares venezolanos y cinco militares iraníes perteneciente a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, según sus siglas en inglés). Esta organización paramilitar ha conformado una suerte de Estado paralelo dentro de Irán actuando como nexo entre la cúpula del poder persa y los diversos grupos terroristas dependientes de Teherán a quienes entrena y suministra armamento.
La aeronave, que originariamente había pertenecido a empresa iraní Mahan Air (y antes de ello a Qeshm Fars Air), fue empleada para trasladar armamentos a diversos grupos terroristas. Debido a ello los Estados Unidos aplicaron sanciones a Mahan Air y solicitaron el embargo del avión al gobierno argentino.
Finalmente, la justicia argentina retuvo por un tiempo al avión, a cuatro tripulantes iraníes y a tres venezolanos por sospechas de estar vinculados a actividades ilícitas. Entre los iraníes retenido se encontraba el piloto Gholamreza Ghasemi. Sobre este individuo pesan las mayores sospechas de su participación en actividades terroristas y a quien se le secuestró un celular donde figurarían conversaciones amenazando con cometer un “genocidio” en Argentina.
En medios de inteligencia argentinos existe la firme sospecha de que la presencia del avión en la región estaría vinculada a actividades iraníes relacionadas con el terrorismo o el narcotráfico, especialmente en la zona sin ley de la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay), donde reside una gran comunidad chií.
Recordemos que, en una entrevista a la revista DEF, en 2019, Emanuele Ottolenghi, experto en financiación del terrorismo. Un especialista italiano residente en Washington, quien no dudó en afirmar que “Hezbollah está incrementando significativamente el flujo de fondos provenientes del lavado de dinero en América Latina, particularmente en la Triple Frontera, al tiempo que la contribución iraní se vuelve menos fiable debido al impacto de las sanciones de EE. UU.”
El experto italo – estadounidense destacaba también la importancia de las “redes ilícitas” del grupo libanés y advertía que el sistema financiero estadounidense está siendo utilizado como conducto para el blanqueo de esos capitales que tienen su origen en actividades criminales. Destaca, asimismo, que Hezbollah brinda “servicios” para el blanqueo de dinero de los Cárteles de la droga de la región. “Funciona como una suerte de DHL o Western Union para los Cárteles narcos sudamericanos”, ilustró.
Con relación a la Triple Frontera, el experto señaló: “La Triple Frontera es uno de sus centros financieros más importante por el volumen de comercio que pasa por allí, que es de gran tamaño. Es un lugar en el que hay mucho tráfico ilícito y contrabando. La zona se está convirtiendo, cada vez con mayor evidencia, en un punto de pasaje del tráfico de droga internacional. Por eso, las actividades comerciales de Ciudad del Este ofrecen un lugar natural donde blanquear ese dinero. Hezbollah tiene una presencia muy importante allí desde hace cuatro décadas y, si bien no es el único, este lugar se ha transformado en un centro muy importante dentro de su red”.
Con respecto a la operatoria que sigue Hezbollah para banquear activos, dice Emanuele Ottolenghi: “Hezbollah trafica globalmente, pero blanquea localmente. El esquema gigantesco que tiene a nivel global se funda en la cooperación de comunidades con vínculos ideológicos y religiosos con Hezbollah, radicadas en cada zona. Hezbollah tiene agentes que viajan, dan órdenes, gestionan y organizan el tráfico en todo el mundo, pero cuenta también con una red que se queda en el lugar de manera permanente, ya sea la Triple Frontera, el África Occidental u otras zonas. Estas comunidades, que ofrecen su trabajo y lealtad al movimiento, cuentan con instituciones e infraestructura social a nivel local, lo que justifica su presencia.”
Después de conocer estos hechos resulta evidente que los gobierno de Sudamérica, y en especial de la Argentina” deben realizar un estrecho seguimiento de los elementos del Frente Polisario que circulan por la región debido a que los mismos pueden estar llevando a cabo operaciones de lavado de dinero al servicio de Hezbollah y de Irán.
Porque detrás de cada falso “diplomático” del Frente Polisario se oculta un potencial elemento terrorista o un miembro del crimen organizado transnacional.