Damián Castaño, 32 años, salmantino, se atascó con la espada de descabellar en el quinto toro. Pinchó repetidas veces al saltillo acunado en tablas y, en una de esas, el cárdeno tiró un derrote que mandó el estoque directo como una flecha al tendido. El susto fue mayúsculo, así lo reflejaba la cara del pequeño de los hermanos Castaño, que sólo respiró cuando comprobó que los aficionados de Añover de Tajo estaban sanos y salvos; entre ellos, el torero Román. Menos mal porque se rozó la tragedia de la manera más tonta.
Francisco Montero, 31 años, de Chiclana de la Frontera, pasó las de Caín para matar al sexto, un animal que en octubre hubiera cumplido los seis años y ya no se habría podido lidiar. Se tiraba a matar sin convencimiento, el acero no entraba y Fabiolo huía, dando una vuelta completa al ruedo antes de agonizar. Cuando por fin se echó ya habían sonado dos avisos y entonces el puntillero dio un mitin que ni Pedro Sánchez. Una carnicería que el público reprochó con una merecida bronca. El toro no volvió al corral porque, básicamente, el presidente no quiso.
La corrida de Saltillo fue imponente, muy seria, astifina, de excelente presentación para una plaza de tercera y para cualquiera de superior categoría. Los bravos que cría José Joaquín Moreno Silva tenían un trapío que daba miedo, pero ofrecieron un juego con menos complicaciones de las que siempre se esperan en tan temido hierro. No eran hermanitas de la Caridad, que quede claro, pero hubo varios con opciones de triunfo.
El mejor fue el tercero, también a un paso de los seis años, que resultó un bendito. Ningún extraño le hizo a un Montero que perdió la oportunidad de salir del fondo del escalafón. Viruta pedía algo más de distancia y, sobre todo, firmeza, mando y las cosas por abajo. En el último es cierto que no era posible el lucimiento y, sin embargo, el despropósito con la espada tardará en olvidarse.
Castaño cortó la única oreja de la tarde al segundo, otro pavo de presencia que tumbó al caballo y con el que acertó al recetar series cortas de tres o cuatro muletazos. Se tiró a matar muy recto. Al quinto se le dio una lidia para correr a gorrazos a la cuadrilla.
Finalmente, Sánchez Vara demostró el oficio que dan 23 años de alternativa. Al primero le sacó algún natural estimable y el cuarto se arrancaba de lejos como un tren de mercancías, aunque luego parecía desentenderse. Quizá debieron darle un segundo puyazo. También mató horrible.
La ficha
Plaza de toros del Tío Venancio. Viernes, 25 de agosto de 2023. Primera de la feria de San Bartolomé de Añover de Tajo. Buena entrada, lleno en la sombra. Toros de Saltillo, muy serios, astifinos, de excelente presentación, con menos complicaciones de las que se suponían. El mejor fue el 3º.
– Sánchez Vara, de blanco y oro. Pinchazo hondo (vuelta al ruedo por su cuenta tras leve petición). En el cuarto, bajonazo (silencio).
– Damián Castaño, de marfil y oro con remates en negro. Estocada contraria y media (oreja). En el quinto, media, tres pinchazos y seis descabellos (silencio y un aviso).
– Francisco Montero, de nazareno y oro. Tres pinchazos y dos descabellos (silencio y un aviso). En el sexto, cinco pinchazos, casi entera, varios descabellos y mitin con la puntilla (pitos tras dos avisos).
Fuente ABC