Carlos Ruckauf, ex vicepresidente de Carlos Menem, consideró que es difícil saber quién va a imponerse en el balotaje, porque el apoyo de Macri y Bullrich fortalece a Milei. “Me da la impresión de que el voto radical no obedece a sus líderes que el voto peronista, que está siempre como en un River-Boca”, analizó en Modo Fontevecchia.
Nuria Am: Cuéntenos su primera impresión sobre la semana política.
Me parece loco que se esté discutiendo tanto el tema político mientras la gente sigue teniendo problemas económicos graves que se van a complicar, y el mundo está incendiado.
El que vaya a asumir el 10 de diciembre la presidencia de la República se va a encontrar, otra vez, con una crisis en materia de combustibles, porque a la guerra de Ucrania hay que sumarle las consecuencias de este horroroso ataque de Hamas a objetivos civiles en Israel, con niños asesinados, mujeres violadas y publicados videos en la red.
Todo eso va a tener consecuencias gravísimas y nos va a afectar.
NA: ¿Le sorprendió la decisión de Patricia Bullrich de unirse con Milei?
No, era esperable. Sobre todo porque, el día anterior, la mano derecha de Morales, Storani, había dicho que ella votaba por Massa. Entonces, era de prever una reacción del sector liberal de Juntos por el Cambio.
Juntos por el Cambio fue creado para ganarle al kirchnerismo, y siempre los socialdemócratas y liberales fueron como el agua y el aceite. Ahora irán cada uno por su lado.
Massa ha logrado unificar el peronismo como nunca se logró desde Néstor Kirchner, será el nuevo Kirchner.
Alejandro Gomel: ¿Ve a Massa como un nuevo Kirchner?
Absolutamente. Ahora empieza el massismo, termina el kirchnerismo, Massa no va a ser un títere.
AG: ¿Que termine el kirchnerismo significa que termine también Juntos por el Cambio?
No, son dos cosas distintas. Creo que la derrota de Juntos por el Cambio tiene mucho condimento interno. Ellos deberán encontrar un psicólogo que se los explique.
Todos sabemos del corte de boleta que sufrió Patricia Bullrich respecto a candidatos radicales, todo eso es muy conocido internamente. También es conocida la antigua relación de Sergio Massa con Gerardo Morales. Yo decía en broma que si Massa inaugura esta nueva etapa, que es el massismo, ganando las elecciones, no me extrañaría ver, en tres años, una propaganda que dijera: “Malena, Morales y vos”.
NA: Usted dice que el kirchnerismo se terminó, ¿aún con el resultado que obtuvo Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires?
Si Massa es presidente, Cristina va a lograr protección pero no liderazgo, Massa no va a ceder ni un milímetro. Massa va a hacer con el kirchnerismo lo que Néstor hizo con Duhalde, lo va a suplantar absolutamente, esa es la personalidad de Massa.
Eso es, además, lo que hace atractivo a Massa para un sector de la CGT y los gobernadores, que se vienen tragando a La Cámpora hace mucho tiempo, y ahora vieron que, en el día del triunfo de esta primera vuelta, La Cámpora no pudo entrar ni las banderas al acto de Massa, ni subirse al escenario. La victoria fue de él solo.
Ahora, por el lado de los liberales, habrá que ver cómo ese nuevo trío que se está conformando entre Milei, Macri y Patricia Bullrich, encuentra un punto de convergencia, si es que Javier Milei gana las elecciones.
Es muy difícil saber quién va a ganar el 19 de noviembre para los que somos observadores objetivos y no acompañamos con pasión a un sector u otro. Macri tiene un punto de referencia fuerte dentro del electorado de Juntos por el Cambio, Patricia ha logrado otros.
A mí me da la impresión de que el voto radical no obedece a sus líderes, que es mucho más libre que el voto peronista, que está siempre como en un River-Boca.
Ya ocurrió con Kirchner, el radicalismo suele ser convergente con el peronismo. Lo fue con Kirchner y lo va a ser con Massa.
AG: ¿Cómo ve el derrotero político de Patricia Bullrich, que comenzó en la extrema izquierda, luego se fue para la derecha, y ahora da otro pasito más hacia la extrema derecha, con su alianza con Milei?
Es que los protagonistas son así. Piense en Massa: viene del liberalismo de la UCeDe, armó partido, el Frente Renovador, para echar a los ñoquis de La Cámpora, fue jefe de Gabinete de Cristina, ahora va a enterrar al kirchnerismo…
Me parece que los protagonistas centrales de la política, salvo Milei, que es nuevo, tienen cada uno su historia, y será la gente la que juzgue.
Yo no creo que nosotros, desde afuera, tengamos que explicar los derroteros, porque nunca son sencillos. Recuerdo cuando Patricia Bullrich era la niña mimada de Elisa Carrió, que hoy está tan enojada con ella.
Claudio Mardones: ¿Cuánto de kirchnerismo cree que va a tener Massa en el futuro y cuánto de menemismo? ¿Este Massa que emerge como la mayor figura de un panperonismo en crisis pero que no ha perdido competitividad tendrá algo de menemismo?
Pensar que Massa abreva en otros es no entender a Massa. Él es de esos jefes natos que esperan su momento, y ahora lo logró. A tal punto que, si gana Massa, en Washington festejan, nada que ver con el kirchnerismo, ¿no? Cuando el kirchnerismo ganaba festejaban en Irán.
Me parece que Massa tiene dos dificultades: la primera es retener todo su voto, y la segunda, tratar de crecer con el voto radical.
Desde el punto de vista de la gestión, le queda un mes turbulento, porque la crisis económica no va a parar, y como le decía antes, los bombardeos de hace un rato de Estados Unidos sobre Siria, todo eso, plantea un mundo muy complicado para el que le toque gobernar.
Piense que hace 50 años en la guerra de Yom Kipur, que es el antecedente más cercano al drama que estamos viviendo después de las atrocidades de Hamás en Israel, el precio del petróleo se triplicó.
Eso podría volver a ocurrir, pasando el barril de 90 dólares a 270 el barril, si se cumpliera el vaticinio de que esta guerra se va a ampliar a Irán.
Entonces, quien gobierne la argentina, debería tener las previsiones que no tuvo el “no presidente” Alberto Fernández, que unas semanas antes de la invasión de Rusia a Ucrania, viajó a ofrecerle a Putin a entrar a América Latina por Argentina, en lugar de haberse traído una buena provisión de gas.
CM: ¿Qué cree que va a pasar con Juan Schiaretti? Algunos consideran que hay guiños a Milei, otros que tiene acercamiento con Massa…
Al “Gringo” lo conozco desde hace 40 años. Estoy seguro que lo que está haciendo es balconear. Va a ver qué se plantean sus votantes. Él va a estudiar eso, no se va a manejar fuera de su estructura de votantes.
Tengan en cuenta que, si Massa gana es un escenario. Si Massa pierde, la fractura se produce en el panperonismo. Schiaretti tiene muchos heridos internos como para plantearse que puede tener una ambulancia que recoja esos heridos.
Pero no nos adelantemos. Hoy hay un escenario parejo entre Massa y Milei. Javier Milei representando claramente un centro-derecha bastante a la derecha, y Massa un panperonismo con posibilidad de llevarse a muchos dirigentes radicales.
Está claro que las ideologías son bien distintas. Cuando usted votaba a Juntos por el Cambio, no sabía si votaba liberales o socialdemócratas. Ahora quedaron los campos muy claros. No solamente desaparece Juntos por el Cambio. Empieza otra vez a atravesar el desierto la Unión Cívica Radical, que tiene gobernadores, pero no tiene líder nacional. Como pasó cuando Leopoldo Moreau, mucamo de Cristina Kirchner, sacó el 3% como candidato a presidente de la UCR.
AG: ¿Realmente considera que Massa va a enterrar al kirchnerismo?
Es que Massa es Massa. Sin Sergio Massa no hubiera ganado Alberto Fernández, aunque fue una tragedia. Massa fue una pieza fundamental como presidente en la Cámara de Diputados en momentos clave. Cuando hubo que votar el acuerdo con el Fondo, y Máximo Kirchner salió corriendo y dejó la presidencia del bloque, Massa se puso el proyecto a sus espaldas.
Sergio Massa, si gana, va a conducir un nuevo proyecto político, como condujo en su momento Néstor Kirchner. Si pierde es otra película, porque ahí ya el peronismo vuelve a sus andadas.
Si usted quiere analizar qué va a pasar, tenga en cuenta esta frase de Carlos Ruckauf: el peronismo corre presuroso en ayuda del ganador.
FM JL