Por Antonio D´Eramo
La exploración petrolera off shore frente a las costas de Mar del Plata que llevan adelante las petroleras Equinor, YPF y Shell provocó la aparición de un barco de Greenpeace que fue disuadido por la Prefectura tras ingresar al área económica exclusiva de la Argentina.
Un velero de Greenpeace, el Witness, navegó dentro de la zona económica exclusiva argentina, rumbo a aguas internacionales con el fin de documentar la biodiversidad del mar nacional. Según precisó la organización ecologista, “durante la navegación, el 20 de octubre, Prefectura le recordó a la tripulación que debía mantener distancia con el buque de prospección sísmica BGP Prospector. La tripulación del barco se mantuvo a la distancia permitida y en ningún momento transgredió la zona de exclusión delimitada para la operación del buque sísmico”.
Sin embargo, otras fuentes consultadas por el sitio especializado en temas de energía econojournal.com indicaron que el barco de Greenpeace debió retornar al puerto de Piriápolis, en Uruguay, desde donde había zarpado el 18 de octubre luego de ser repelido por las fuerzas de Prefectura Naval.
Desde la compañía petrolera YPF señalaron que “no hubo ningún incidente para reportar ni lamentar”, y continúan con los planes según el esquema previsto.
A pesar de estas confirmaciones y desmentidas producidas fuera de micrófono, no puede decirse que la organización ambientalista trasnacional Greenpeace no avisó que está siguiendo atentamente la exploración petrolera que comenzó en el mar argentino.
Si se tiene en cuenta un reciente manifiesto publicado en sus páginas firmado por Laura Colombo donde se acusa que “…Equinor cuenta sus miles de millones récord en ganancias y emite enormes toneladas anuales de CO₂, personas de todo el mundo cuentan los daños de las sequías, olas de calor e inundaciones sin precedentes que este gigante petrolero está alimentando. Y muchas personas más en Argentina decimos NO al avance de esta empresa en el Mar Argentino.”, la acción de un velero de Greenpeace que navegó cerca del buque sísmico que contrató la empresa noruega para realizar pruebas, el BGP Prospector, no debería llamar la atención de las autoridades.
La posible irrupción de una nave extranjera no autorizada en la zona económica exclusiva de la Nación Argentina está prohibida y justificada en el derecho según la Ley de Espacios Marítimos.
En su artículo 5º de la Ley Nª 23.968 se tipifica que la zona que se extiende, más allá del límite exterior del mar territorial, hasta una distancia de doscientas (200) millas marinas a partir de las líneas de base.
El texto de la ley sostiene: “En la Zona Económica Exclusiva la Nación Argentina ejerce derechos de soberanía para los fines de la exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos, de las aguas suprayacentes al lecho del mar, y con respecto a otras actividades, con miras a la exploración y explotación económicas de la zona, tal como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes y los vientos”.
La actividad del velero de Greenpeace en esta zona del mar nacional se produce luego que denunciara “el comienzo del bombardeo” del buque sísmico.
Según la ecologista de la organización, Meri Castro, se habla de bombardeo porque el buque Prospector, con bandera de Bahamas, de 100 metros de eslora y 66 tripulantes, está equipado con cañones de aire comprimido. Con ellos crean ruidos a través de explosiones, entre 240 y 260 decibeles, que provocan impactos en más de 300 mil kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la provincia de Buenos Aires.
En un artículo publicado en su página web, Castro señala que “…con este equipamiento realizarán los bombardeos acústicos en tres bloques marítimos, ubicados a unos 300 km de la costa de Mar del Plata. Esto ocurrirá a cientos de kilómetros donde los sonidos no son audibles” y parezca que el mar está en calma.
Lo cierto es que la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó, el jueves 2 de noviembre, la posición de Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas locales que intentaron frenar las actividades de exploración sísmica y explotación petrolera frente a las costas del partido de General Pueyrredón.
Se trata de un área denominada área offshore CAN 100 QUE abarca un área de 15.000 kilómetros cuadrados y es el bloque más grande de la Cuenca Norte del Mar Argentino. Es un área que posee YPF desde 2006 para operar y es el lugar donde se perforará el pozo Argerich 1, que ya tiene aprobados los estudios de impacto ambiental.
Equinor es el operador con 35% de participación, YPF cuenta con 35% y Shell 30%. Si la exploración avanza con buenos resultados, la perforación del pozo Argerich 1 podría concretarse a fin de año o en enero de 2024. La autorización para perforar otorgada por el Ministerio de Ambiente tiene la ventana temporal entre el 15 de diciembre y el 15 de junio de 2024.
El primer round entre Greenpeace y las petroleras ya se libró.
Fuente NA