Los distintos sectores del peronismo se debaten por estos días entre la asimilación del resultado electoral, que los dejó en estado de shock; el llamado a una autocrítica colectiva que hiciera el presidente Alberto Fernández; y la necesidad de trazar una nueva estrategia de reagrupamiento en los distritos donde retuvo el poder, especialmente en la provincia de Buenos Aires.
Aún sin certezas sobre los próximos pasos que dará en política Sergio Massa tras el revés en el balotaje, las distintas corrientes del peronismo -entre las que se cuentan intendentes del conurbano, gobernadores, sindicatos y movimientos sociales- dieron inicio a un reordenamiento destinado a definir nuevos liderazgos para un ciclo político que, presumen, será complejo y delicado.
Afincado en las provincias de Buenos Aires, La Pampa, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Formosa, más las aliadas Tierra del Fuego, Misiones y Santiago del Estero, los sectores que integraron el Frente de Todos (FdT), primero, y Unión por la Patria (UxP), después, se preparan para ejercer el rol de oposición al Gobierno del libertario Javier Milei.
Ese reagrupamiento reviste especial interés en territorio bonaerense, donde el gobernador Axel Kicillof logró la reelección con el 44,8% de los votos, un resultado que lo posiciona como uno de los posibles referentes de una hipotética reorganización peronista en la próxima etapa.
El propio Kicillof, no obstante, había pedido a la militancia entonar “canciones nuevas” durante la campaña, para conectar con las nuevas demandas sociales y luego interpelarlas en las urnas, en lo que fue un llamado a actualizar las consignas, las propuestas y la liturgia; en definitiva, una renovación.
Y, a la luz del resultado del balotaje, ese diagnóstico encontró eco y una mayor disposición para la escucha. A esa búsqueda de nuevas referencias se suma además el llamado a hacer una autocrítica de todos los sectores que realizó esta semana el propio Alberto Fernández, quien propuso iniciar una fase de “reflexión” y “replantarse cosas” porque el Gobierno del FdT, dijo, “no pudo sintetizar con mucha gente del pueblo“.
Como uno de los primeros voceros de esta nueva etapa, el intendente del partido bonaerense de Ensenada, Mario Secco, le puso palabras a la proyección de Kicillof: “No tengo dudas que Axel puede liderar la oposición. Es una gran alternativa“, evaluó el jefe comunal y dirigente del Frente Grande, y estimó que el peronismo “se va a reorganizar detrás de la única propuesta fuerte que quedó en la provincia de Buenos Aires“.
Reelecto en su pago chico, Secco señaló que si le preguntaran cómo seguir, su apuesta sería “bancando al gobernador (de la provincia de Buenos Aires, que supone el 37% del padrón nacional) y poniéndonos al servicio de su gestión” porque, insistió, “la reconstrucción pasa por Axel“.
Respecto del pedido de autocrítica, Secco avaló su necesidad al advertir que “todos (los espacios del peronismo) fuimos responsables y nos comimos una patada en el traste de parte del pueblo argentino“.
“No llenamos el vaso y dejamos la heladera vacía porque los compañeros no llegaban a fin de mes”, reconoció, y vaticinó que a Milei “le va a pasar lo mismo (perder elecciones) si no logra mejorarle la vida a la gente“.
Con el foco puesto en el carácter inédito de la próxima gestión, los gobernadores peronistas y de espacios aliados ya convocaron a una reunión el martes próximo en la ciudad de Buenos Aires para definir una posición común ante el Gobierno de Milei.
La convocatoria reuniría no sólo a los mandatarios peronistas sino también a aquellos que fueron electos por espacios aliados, como el rionegrino Alberto Weretilneck, de Juntos Somos Río Negro (JSRN), y el misionero Hugo Passalacqua, del Frente Renovador de la Concordia.
“La reconstrucción pasa por Axel”
Tras haber perdido este año las gobernaciones de San Juan, Entre Ríos, San Luis, Santa Fe, Santa Cruz y Chaco a manos de Juntos por el Cambio (JxC), el PJ y sus aliados quedaron al mando de nueve provincias: Tierra del Fuego (Gustavo Melella); La Pampa (Sergio Ziliotto); Buenos Aires (Axel Kicillof); Fomosa (Gildo Insfrán); Salta (Gustavo Sáenz); Catamarca (Raúl Jalil); La Rioja (Ricardo Quintela); Tucumán (Osvaldo Jaldo) y Santiago del Estero (Gerardo Zamora).
De ellos, el salteño Saénz fue quien puso primera y la semana última se reunió con dos representantes de la administración entrante, Guillermo Francos y Nicolás Posse -anunciados por Milei como sus futuros ministro del Interior y jefe de Gabinete, respectivamente-, ante quienes planteó las “inquietudes” de las provincias en materia de federalismo.
A los jefes provinciales les preocupa la decisión de Milei de recortar la coparticipación federal y dar por terminada la obra pública realizada desde el Estado nacional, anuncios que de concretarse afectarán la conectividad y producirán un deterioro en la calidad de vida de los distritos alejados de la región centro.
Sobre ese mismo punto también habían advertido los gobernadores de JxC, quienes reclamaron a la próxima administración “ser tomados en cuenta” a la hora de decisiones que afecten la “gobernabilidad” y advirtieron, además, que modificar la coparticipación sería imposible porque requeriría “unanimidad” de todos los distritos.
Por el lado del sindicalismo, la CGT hizo su propio “meeting” en la última semana y alertó sobre posibles “medidas” de fuerza en caso de que las primeras medidas de Milei afecten derechos de los trabajadores.
La posible parálisis de la obra pública afecta directamente al gremio de la Uocra, uno de los más numerosos del país y que es conducido por Gerardo Martínez, con quien Milei se había reunido durante la campaña interesado en el modelo de seguro de desempleo que rige en ese sindicato, y que consiste en un fondo que aporta mensualmente el empleador y del cual el trabajador no puede hacer uso hasta el cese de la relación laboral.
El encuentro cegetista se hizo incluso en la sede de la Uocra, donde estuvieron los triunviros Héctor Daer (Sanidad), Pablo Moyano (Camioneros) y Carlos Acuña (trabajadores de estaciones de servicio), además de Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y el propio Martínez.
Daer alertó sobre la pérdida de empleos en ese sector si, tal como anunciara Milei, se paraliza la obra pública. “No tengas dudas“, respondió ante la consulta de si podrían llevarse a cabo despidos en la construcción, al que identificó como “motor de desarrollo y de incorporación a la formalidad”.
El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, había señalado en los últimos días que ya se enviaron los primeros telegramas de despido en las empresas constructoras debido a los planes de Milei de paralizar la obra pública.
Fuente Mendoza Today