Cocaína oculta en maíz. Reuniones en un country, fuera de la vista de los clanes narco y jefes fantasmas, las claves del mayor contrabando
Por Germán de los Santos
Condenaron a penas de 11 y 12 años de prisión a los dos organizadores locales de una organización transnacional
Era un “tesoro de cocaína” valuado en US$65.000.000 que estaba listo para salir por el puerto de Rosario. La droga, camuflada en pellets de soja, había sido acopiada en un galpón del barrio Empalme Graneros de Rosario, una de las zonas más violentas de la ciudad, donde inexplicablemente nadie atinó a tocar -por desconocimiento- ese cargamento que podría haberle cambiado la vida a cualquier mafioso local. Los gerentes extranjeros que se ocupaban de mover esa carga, los colombianos Gabriel Jaime Lodoño Rojas y Álvaro Antonio Ramírez Duque, ambos detenidos en Emiratos Árabes Unidos y Leganés, en España, respectivamente entre mayo y noviembre del año pasado, no habían usado ningún engranaje del ambiente narco rosarino, porque era imposible confiar en ellos. Los colombianos habían hecho contactos con narcos de la provincia de Buenos Aires que tenían experiencia en el rubro, como Gabriel Nicolau y José “Tano” Sofía. Ambos fueron condenados ahora por el Tribunal Oral Federal N3 a 12 y a 11 años de prisión, respectivamente.
Para el fiscal Federico Reynares Solari, que ejerció la acusación junto con Matías Scilabra de la Procuraduría de Narcocriminalidad, Nicolau y Sofía fueron los encargados de la pata local de un negocio multimillonario que no llegó a concretarse: La droga debía partir rumbo a Dubai y España, pero nunca salió de la ciudad. La Policía Federal secuestró el cargamento en un rústico galpón de Empalme Graneros.
Los narcos extranjeros que fueron detenidos en Dubai y España están bajo proceso de extradición y deberán ser juzgados en los tribunales federales de Rosario.. Newson Cheung Sabogal, socio de Londoño Rojas y conexión con los Países Bajos ya que tiene doble nacionalidad, aún está prófugo. Los tres están señalados como “líderes de la empresa criminal en el ámbito internacional”.
Entre el 21 de junio y el 31 de agosto de 2022 estuvieron escondidos en Rosario 3092 kilos de cocaína, un cargamento que cambiaba su lugar de escondite, a la espera de una salida a Europa desde el puerto de Rosario. Ese cargamento fantasma, que muy pocos sabían que se embarcaría por Terminal Puerto Rosario tenía dueño: los colombianos Londoño Rojas y Ramírez Duque, quienes están acusados de ser engranajes claves de un cartel trasnacional que había puesto el ojo en este punto de la hidrovía para sacar la droga hacia el viejo continente.
En la Argentina, Londoño Rojas y Ramírez Duque eran dos fantasmas, pero se sospecha que estuvieron en la provincia de Santa Fe para generar la operación de tráfico de droga más grande de la historia. La Procunar y la Aduana tienen fuertes sospechas de otros dos embarques que suman 1434 kg y que salieron de TPR rumbo a Rotterdam en junio -fueron incautados en Santos, Brasil, y los Países Bajos-, eran de los mismos dueños.
La droga estaba embalada de una manera particular, en bolsos plásticos con cinta y nylon negro y los panes de cocaína tenían un logo o etiqueta que se repetía en las dos cargas: Louis Vuitton, la marca que productos de moda que se fundó en 1854 en París.
El 22 de junio del año pasado se hizo la primera reunión cumbre entre los narcos que pretendían “exportar” 1658 kg de cocaína desde el puerto de Rosario. Al selecto encuentro no concurrieron ninguno de los protagonistas de las crónicas de la mafia rosarina, tan proclive a llamar la atención con balas y sangre. Este fue un cónclave de gerentes internacionales y sus delegados en la provincia de Buenos Aires de una empresa narco que movía más de 100 millones de dólares.
El encuentro entre varios miembros del cartel se hizo en el country Aguadas, en la localidad de Funes, un lugar selecto en el que viven funcionarios políticos, judiciales y empresarios importantes de la ciudad, que nada sabían de que sus vecinos estaban preparando uno de los contrabandos de cocaína más grandes de la historia.
En Aguadas había alquilado de forma temporaria una casa en el lote 183, según la causa judicial que está en el juzgado federal de Campana, Marco Páez, un bonaerense que había convocado Nicolau.
Esa mañana del 22 de junio de 2022 en la reunión en Aguadas estaba el representante del cartel internacional Antonio Ramírez Duque, otro colombiano, que seguía de cerca la operación y controlaba a los argentinos. Duque había llegado a Buenos Aires dos días antes y quien lo llevó hasta Rosario en su camioneta VW Amarok fue Nicolau. La reunión, según las tareas de inteligencia que constan en la causa, duró una hora. Las cuestiones importantes se definen sin demasiada charla.
Duque regresó a Buenos Aires y se fue a España, pero un mes después volvió a la Argentina, y viajó a otra reunión en Funes. Esta vez el encuentro no se hizo en el country Aguadas, sino en una casaquinta con pileta en calle Tandil al 2400, otra propiedad que habían alquilado de forma temporaria. Una característica que aflora en esta organización es el bajo perfil que pretendían imponer a las gestiones los representantes de este cartel. Por ejemplo, no se alojaban en hoteles, sino que preferían alquilar inmuebles de manera temporaria fuera de Rosario, donde los registros son menos rigurosos. Nicolau dormía en un complejo de cabañas en Victoria, Entre Ríos.
Al otro día, el 25 de julio, Duque y Nicolau fueron en la camioneta hasta un galpón en Juan B. Justo al 2800, una zona modesta de barrio Empalme Graneros. Allí vivía el herrero Ramón V. que habría preparado los dos lugares donde se acopió la cocaína, uno muy cerca de su casa, en Génova al 2400 y otro en la zona sur, a pocas cuadras del puerto, en Cerrito 17.
La hidrovía Paraná-Paraguay se transformó en medio de la pandemia en un punto de salida de la cocaína que consume Europa y Asia. Si la droga llega a destino se multiplica entre cinco y diez veces su valor. Desde las terminales de Paraguay salieron durante los últimos dos años unas 40 toneladas de cocaína, que se secuestraron en Rotterdam y Amberes, Bélgica.
En su momento, Nicolau, Sofía y otros seis integrantes de la banda fueron procesados por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, magistrado a cargo del expediente.
Londoño Rojas y Ramírez Duque aparecen como los enlaces de la organización. El paradero de estos colombianos era un misterio hasta que Londoño Rojas fue detenido en diciembre del año pasado en Abu Dhabi. En Rosario atraparon a los eslabones locales de escaso poder dentro de la estructura, como tres camioneros y un supervisor de la empresa. Están acusados de ser los responsables de introducir la droga dentro del puerto. En el otro cargamento secuestrado de 1658 kg fueron detenidos miembros de la pata argentina de la banda, entre los que figuran los mencionados Sofía y Nicolau.
Fuente La Nación