Por Adalberto Agozino
Afectado por el cambio climático que reduce las lluvias y aumenta las temperaturas Marruecos, al igual que el Norte de África, debe adoptar medidas para asegurar el suministro de agua potable a la población y mantener vivos los sembradíos, en esta tarea se ha involucrado decididamente su majestad, el Rey Mohammed VI
La sed del mundo
La vasta superficie de la Tierra contiene alrededor de 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua. Esta cifra nos ayuda a comprender por qué nuestro planeta es un 70% agua. Esta cantidad se ha mantenido estable durante más de dos mil millones de años: ni ha aumentado, ni disminuido. De estos 1.386 millones de km3 de agua, un 96,5% es agua salada. Si bien es cierto que, gracias a la tecnología apropiada, este agua puede ser apta para el consumo humano, tiene un costo significativamente superior a la disponible en superficie.
Se calcula, por tanto, que la cantidad de agua dulce que hay en la Tierra representa tan solo el 3,5% del total. Si pusiéramos toda en agua que existe en el planeta dentro de un valde, el agua dulce que puede ser utilizada por los seres vivos equivaldría a lo que cabe en una cuchara pequeña.
Por otro lado, si nos paramos a pensar en el hecho de que el 90% de estos recursos se encuentran en la Antártida, la sensación de abundancia de este recurso disminuye. En ese sentido, solo el 0.5% de agua dulce se encuentra en acuíferos subterráneos y el 0.01% en ríos y lagos.
De esta manera, el agua dulce se distribuye en un 70% en agua congelada en glaciares y un 30% en la humedad del suelo o acuíferos. Respecto al resto, un 1% se encuentra en cuencas hidrográficas y… tan solo un 0,025% es potable.
Por lo tanto, conocer la cantidad exacta de agua dulce que hay en la Tierra lleva a reflexionar sobre la verdadera escasez de este recurso. De su protección y preservación depende el futuro de la vida en nuestro planeta.
Pero, como la distribución de este vital elemento para la vida humana se encuentra irregularmente distribuido en el planeta, nos encontramos con que en el mundo:
2.100 millones de personas no tienen acceso a agua limpia y segura para beber.
3,4 millones de personas mueren cada año debido al consumo de agua contaminada.
Millones de mujeres y niños dedican entre 3 y 6 horas diarias para acarrear agua potable para sus familias de fuentes distantes. Es el tiempo que les toma recorrer unos cuatro kilómetros. Es también tiempo que le restan a sus otras labores y a la concurrencia a la escuela.
África un conteniente sediento.
Se pronostica que la escasez de agua en Áfricaalcanzará niveles peligrosamente altos para 2025. Se estima que alrededor de dos tercios de la población mundial podría sufrir escasez de agua potable para 2030.
Las principales causas de la falta de agua en África son la escasez física y económica, el rápido incremento demográfico y el cambio climático. La insuficiencia de agua es la falta de volumenes de agua potable para satisfacer la demanda estándar de agua.
Aunque el África subsahariana tiene un suministro abundante de agua de lluvia, es estacional y se distribuye de manera desigual, lo que provoca ciclos de sequía seguido de inundaciones frecuentes. Además, los problemas predominantes de desarrollo económico y pobreza, combinados con el rápido crecimiento de la población y la migración rural-urbana, han convertido al África subsahariana en la región más pobre y menos desarrollada del mundo.
África del Norte tiene una cobertura de agua potable del 92% y está progresando hacia el Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre el agua, pero no todo son buenas noticias.
Según un nuevo análisis de UNICEF, 190 millones de niños de diez países de África se encuentran en una situación de alto riesgo debido a la combinación de tres amenazas relacionadas con el agua: servicios inadecuados de WASH (acrónimo de agua, saneamiento e higiene), enfermedades relacionadas con la precariedad de estos servicios y riesgos climáticos.
De acuerdo con el análisis, esta triple amenaza es más grave en Benín, Burkina Faso, Camerún, Chad, Côte d’Ivoire, Guinea, Malí, Níger, Nigeria y Somalia, lo que convierte a África Occidental y Central en una de las regiones del mundo más inseguras desde el punto de vista del agua y más afectadas por los efectos del cambio climático. Muchos de los países más gravemente afectados, en particular los del Sahel, hacen frente además a la inestabilidad política y a los conflictos armados, lo que empeora aún más el acceso de los niños al agua potable y al saneamiento.
“África se enfrenta a una catástrofe hídrica. En un momento en que las perturbaciones relacionadas con el clima y el agua se están intensificando a nivel mundial, no existe ningún otro lugar del mundo en el que los riesgos sean tan altos para la infancia”, ha afirmado el director de Programas de UNICEF, Sanjay Wijesekera. “Estamos viendo ya cómo las tormentas devastadoras, las inundaciones y las sequías históricas están destruyendo infraestructuras y hogares, contaminando los recursos hídricos, provocando crisis alimentarias y propagando enfermedades. Aunque las condiciones actuales son ya de por sí difíciles, sin una acción urgente, el futuro podría ser mucho más desolador”.
El análisis mundial —en el que se examinó el acceso de los hogares a los servicios de WASH, la carga de las muertes de los menores de cinco años relacionadas con la deficiencia de estos servicios y la exposición a las amenazas climáticas y medioambientales— revela en qué lugares los riesgos son mayores para la infancia y dónde se necesita desesperadamente invertir en soluciones para evitar muertes innecesarias.
En los diez países mencionados, donde la situación es crítica, casi una tercera parte de los niños no tienen acceso a, como mínimo, servicios básicos de agua en su hogar y dos terceras partes no disponen de servicios de saneamiento básico. Por añadidura, una cuarta parte de los niños no tiene más opción que defecar al aire libre. La higiene de manos también es escasa, pues tres cuartas partes de los niños no disponen de agua ni jabón en casa para lavárselas.
Como consecuencia, estos países registran también el mayor número de muertes infantiles por enfermedades causadas por el agua insalubre y el saneamiento y la higiene deficientes, tales como las enfermedades diarreicas. De hecho, en 6 de los 10 países citados se registraron brotes de cólera durante el año pasado. En todo el mundo, más de 1.000 niños menores de cinco años mueren cada día por enfermedades relacionadas con servicios inadecuados de WASH. Por su parte, los diez países más afectados registran alrededor de 2 de cada 5 muertes por estas causas.
Estos países en situación crítica también representan el 25% de los 163 países más expuestos a los riesgos climáticos y medioambientales. En algunas zonas de África Occidental y Central, las altas temperaturas, que aceleran la reproducción de organismos patógenos, están aumentando 1,5 veces más rápido que la media mundial. Los niveles freáticos también han descendido y esto está obligando a algunas comunidades a perforar pozos al doble de profundidad que hace una década. Por su parte, las lluvias se han vuelto más irregulares e intensas y en ocasiones provocan inundaciones que contaminan las ya escasas reservas de agua.
La situación en Marruecos
En Marruecos la situación hídrica, que para el periodo comprendido entre septiembre y mediados de enero de 2024 muestra un déficit pluviométrico del 70% con respecto a la media, y una tasa de llenado de las presas del 23,2% frente al 31,5% del mismo periodo del año pasado.
El Rey de Marruecos, Mohammed VI ha mostrado siempre una especial preocupación por atender todo lo relacionado con el abastecimiento seguro de agua para la población y el sostenimiento de las actividades económicas, por lo cual ha impartido Altas Orientaciones Reales, especialmente en el marco del Programa Nacional de Abastecimiento de Agua Potable y de Regadío 2020-2027, gracias a lo cual varias provincias y regiones han podido obtener un suministro adecuado de agua potable en los últimos años. Es el caso, en particular, de la interconexión de las cuencas de Sebu y Buregreg y de la puesta en servicio de las desaladoras de Agadir y Safi/Jorf Lasfar.
Ahora, siguiendo estas Orientaciones los responsables del área presentaron esta semana ante Su Majestad el Rey el plan de acción de urgencia elaborado por los departamentos competentes para hacer frente a la situación actual y garantizar el suministro de agua potable, en particular en las ciudades, centros y localidades que sufren o pueden sufrir escasez.
Este plan de acción de emergencia presentado ante el Soberano y aplicado a los distintos sistemas hídricos del Reino, prevé una serie de medidas que incluyen, a corto plazo, la movilización óptima de los recursos de las presas, pozos y desalinizadoras existentes, la construcción de instalaciones urgentes de abastecimiento de agua y, cuando la situación lo requiera, posibles medidas de restricción del agua de riego o de los caudales de distribución.
Paralelamente, y conforme a las Altas Orientaciones Reales, se acelerarán los proyectos programados con impacto a medio plazo, en particular las presas en construcción, la interconexión entre las cuencas del Sebu, Buregreg y Um Rabia, el programa nacional de plantas desalinizadoras de agua de mar, el programa de reutilización de aguas residuales tratadas y el programa de ahorro de agua en las redes de abastecimiento y distribución de agua potable y de riego, destinados a evitar que el Reino padezca estrés hídrico.
Nuevamente, las previsiones a largo plazo y la vigilancia del accionar de los funcionarios involucrados por parte de su majestad, el Rey Mohammed VI ha permitido a Marruecos anticiparse y superar los afectos adversos del cambio climático, esta vez sobre el vital abastecimiento de agua potable para el Reino.
La permanente preocupación del rey Mohammed VI por la preservación del medio ambiente se ha convertido en una ventaja adicional para el Reino de Marruecos en su persecución de un desarrollo sostenible y continuado.