Por Darío Rosatti
La compra de dos aviones Embraer ERJ 140 recientemente incorporados a la Fuerza Aérea Argentina generó interrogantes tanto en el proceso licitatorio como en el dinero dispuesto para saldar la operación.
La incorporación de los aviones apuntó a recuperar la capacidad de transporte de personal y logística, también incrementar los vuelos de fomento de LADE a destinos no atendidos por empresas comerciales.
Así se presentaron en sociedad los dos aparatos tramitados durante el ejercicio de Agustín Rossi y Jorge Taiana en Defensa y finalmente sumados a la Fuerza Aérea en la actual gestión de Luis Petri.
El primero de estos aparatos matrícula T-95 nombrado “Vuelo del Pampero” llegó el 5 de febrero y el segundo, matrícula T-96 bautizado “Paloma Gaucha” se sumó a la dotación de la I Brigada Aérea “El Palomar” el 19 del mismo mes. Los aviones fueron adquiridos cuando el jefe de la Fuerza Aérea era el brigadier general Xavier Isaac y también intervino el brigadier mayor Fernando Mengo, entonces comandante de Adiestramiento y Alistamiento.
Hoy Isaac es titular del Estado Mayor Conjunto, sobrevivió a la paliza electoral que recibió el kirchnerismo y Mengo lo reemplazó en la jefatura de la fuerza.
Un enroque corto entre los protagonistas de una operación administrativamente dudosa.
El proceso arrancó a partir de la necesidad de recuperar la capacidad de transporte según el proyecto:
“Incorporación de seis (6) Aeronaves de Transporte Mediano de Mediano Alcance para incrementar la Capacidad de Transporte y Abastecimiento Aéreo en la I Brigada Aérea”.
El proyecto original sobre seis aparatos empezó con dos cuya invitación a cotizar en la licitación internacional se publicó el 29 de noviembre de 2023. Ver nota firmada por el brigadier Mengo que se reproduce.
El llamado a concursar lo difundió la agregaduría de Defensa en Washington a través del sitio comprex.faa.mil que muestra claramente el hito de publicación 29 de noviembre y fecha de apertura 6 de diciembre.
El lapso entre esas fechas no respetó el tiempo establecido en el régimen de contrataciones públicas (tanto el de la Fuerza Aérea como el del Estado, decreto N°1023/2001). Tal parece que había cierta urgencia en la operación como si se quisiera concretarla previo a un posible cambio de gobierno.
Aquí surge el primer interrogante: ¿Porque no se respetaron los plazos de publicación mínimos a una contratación de esta envergadura?
La empresa estadounidense Regional One Inc. ganó la licitación y se firmó el contrato por un monto de US$ 6.856.200 por la compra de dos aparatos Embraer ERJ, versión 140 y 145, fabricados en 2003.
Sin una explicación ya no están disponibles los datos de la licitación en el sitio oficial comprex faa, la fuerza dio de baja todos los procesos y antecedentes del caso Embraer ERJ. No se puede conocer el dictamen de evaluación que dio conformidad operativa a los aparatos en cuestión. Curioso.
Cualquier posible interesado en participar de una licitación para equipar a la Fuerza Aérea, revisaría el sitio Compra.ar.gob, pero este pedido se inscribió en la poco difundida comprex faa.
Quedan algunas dudas no menores, ¿cómo se fundamentó la exclusividad de la marca y modelo para la adquisición?
El modelo ERJ-140 LR que ya forma parte de la dotación de transporte pertenece a la familia Embraer, ERJ 135, ERJ 140, ERJ 145 y Legacy de aviones fabricados por el grupo brasileño para vuelos regionales.
Otros interrogantes opacan el trámite: ¿cómo se avanzó en el contrato si a la fecha no se conoce Decisión Administrativa alguna del jefe de gabinete de ministros con la aprobación de la partida necesaria de US$ 6.856.200?
El jefe de la Fuerza Aérea según el Régimen de Compras y Contrataciones Públicas no tiene competencia para disponer de tamaña cifra en una licitación. Duda inquietante que lleva otra más sospechosa; ¿con qué fondos se financió la operación?
Fuentes familiarizadas con prácticas anteriores sugieren que la fuerza dispone de una cuenta en el exterior (un canuto oficial) desde la que se fondean los anticipos para licitaciones y compras directas. Esta afirmación encuentra asidero en un documento interno fechado el 8 de febrero de 2024. Por otro lado, la relación Rossi-Isaac, siempre fue de alto vuelo.
En un memorando dirigido al subjefe del Estado Mayor Conjunto, contralmirante Marcelo Dalle Nogare. Se reclama que la Dirección General de Logística del Estado Mayor Conjunto intervenga y gestione (ante la Fuerza Aérea) la compensación e incorporación de un monto de más de 4 mil millones de pesos a la propuesta del Fondef relacionado con el pago del proyecto de adquisición de los aviones Embraer ERJ (BAPIN N°143.919).
La respuesta llega un día después y según el documento que se reproduce, esa diferencia en más entre el monto previsto por el BAPIN N°143.919 y el de la adjudicación será “absorbido (sic.) por fondos no presupuestarios que se mantienen en custodia en la Agregaduría Aeronáutica en los Estados Unidos”, que ocupo Isaac, anteriormente a ser designado como Jefe de la Fuerza Aérea.
El texto aclara que el origen de esos fondos se explica en la Resolución RESOL-2023-861-EMGFAA#FAA sin más aclaraciones.
En el discurso de recepción del ejemplar “Paloma Gaucha” Petri criticó la aplicación de la ley FONDEF promulgada en la gestión de Alberto Fernández, dijo: “si se establecen fondos específicos para equipar a las fuerzas armadas pero esos fondos no solamente son subejecutados sino que cuando uno revisa renglón por renglón y párrafo por párrafo muchas veces se encuentra que ése poder político direccionaba los fondos a otros fines, probablemente vinculados con la defensa, pero sin ninguna duda no tenían nada que ver con el destino y la finalidad de la ley que era equipar a nuestras fuerzas armadas”.
Las palabras de Petri darían una pista sobre el descontrol en el manejo del dinero público circunstancia que parece haber favorecido la discrecionalidad de la cúpula aeronáutica en cuentas del exterior.
…y el Boeing?