En la expedición del Real Madrid a Múnich, donde le espera todo un clásico del fútbol europeo ante el Bayern, quizás su mayor némesis en el continente, un jugador destacaba entre todas las estrellas blancas. Menudo, con cara aniñada y un vistoso cabello naranja, responde al nombre de Jeremy de León. Buscarlo en la lista de convocados de Carlo Ancelotti para el encuentro de ida de esta semifinal de Champions no sirve de nada, pues no consta en dicha relación de futbolistas, pero el chaval repite viaje después de que ya fuera protagonista en el desplazamiento a Mánchester en la eliminatoria de cuartos.
El puertorriqueño llegó al club en el mes de enero procedente del Castellón. La idea era incorporar su calidad y desparpajo para el Castilla de Raúl González Blanco, y ahí es donde defiende el escudo del club. Pero en las últimas semanas se ha convertido casi en uno más del primer equipo, y no solo porque en ocasiones comparta entrenamientos con los mayores.
En cuartos de final de la Champions League fue uno más en la expedición del primer equipo al Etihad Stadium, hogar del City de Pep Guardiola. Allí vivió desde dentro la gesta madridista de volver a colarse en las semifinales del torneo de clubes más prestigioso del mundo pese a jugársela con el gran favorito al título. Y esta semana repite con otro de los grandes escenarios futbolísticos de Europa, el Allianz Arena de Múnich. Una ciudad que en los últimos años ya no provoca pavor en los seguidores blancos, pero que durante mucho tiempo se coló entre sus mayores pesadillas.
Las redes sociales, siempre tan atentas a todo, se hicieron eco inmediatamente de la presencia del joven futbolista entre los gladiadores de Ancelotti. Su pelo naranja no le ayuda precisamente a pasar desapercibido. Y los comentarios se multiplican por momentos.
Insólitas teorías o superstición
En el anterior viaje, la broma era que Jeremy de León viajaba para probar el agua y la comida en Mánchester antes que sus compañeros para evitar cualquier intoxicación. Otros, aludiendo a la razón, aseguraban que el futbolista del Castilla había hecho las maletas para ayudar a sus compañeros en los entrenamientos, pues aunque no tuviera sitio en el primer equipo era muy del gusto del cuerpo técnico. Mientras que la versión más extendida y que se ha visto potenciada tras este nuevo viaje por el continente, es que el equipo ha colocado al puertorriqueño la etiqueta de talismán y no quiere prescindir de él ante el Bayern.
La presencia del joven futbolista en el Wembley, sede de la final de la Champions, en caso de una posible clasificación del Real Madrid, aclarará en buena medida todas estas dudas.
Fuente ABC