En lo que fue un momento impresionante de la historia, un fenómeno natural sacudió la Tierra en el año 1859 y proporcionó una lección inolvidable sobre el poder del cosmos y la fragilidad de la tecnología humana.
Se trató de una tormenta solar que hoy se conoce como el “Evento Carrington”, y que generó caídas masivas en las redes de telégrafo debido a la alta explosión de energía liberada por el Sol.
Si bien ya pasó más de un siglo y medio desde aquel fenómeno catastrófico, los expertos en el campo de la ciencia espacial no están para nada tranquilos. En un mundo donde la tecnología digital gobierna nuestras vidas, las advertencias sobre la posibilidad de que un fenómeno similar vuelva a ocurrir son cada vez más inquietantes. Así, se desataría lo que muchos hoy denominan como “el apocalipsis de Internet”.
Apocalipsis de Internet: qué implicaría
Lo cierto es que, con una dependencia global sin precedentes de la infraestructura tecnológica, desde redes de energía hasta sistemas de comunicación, un evento como el Carrington podría desencadenar el verdadero apocalipsis del Internet.
De hecho, la comunicación instantánea se vería interrumpida, lo que dificultaría la comunicación entre personas, empresas y gobiernos. Además, las actividades económicas que dependen de internet, como el comercio electrónico, las finanzas y la bolsa de valores, se verían seriamente afectadas.
La falta de conectividad a Internet incluso podría dificultar la aplicación de la ley y la seguridad pública, aumentando el riesgo de delitos. En resumen, un posible apagón del internet muy posiblemente derive a caos y disturbios sociales.
Aunque la idea de un “apocalipsis de Internet” emergió hace mucho tiempo, en los últimos años surgieron varias voces que pronostican dicho suceso para un futuro cercano, incluso para el 2025.
La directora del Laboratorio Nacional de Investigación Atmosférica de India, Vandana Singh, en 2023 mencionó la posibilidad de que una tormenta solar extrema “provoque un colapso total de internet”.
Por otra parte, el director del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA, David Baker, detalló en un artículo de 2023 para The Washington Post que “un evento de gran magnitud podría tener un impacto devastador en la infraestructura global”.
Fuente El Cronista