De una mega cárcel a lo Bukele a trabajos forzados: la «mano dura» de Alvise Pérez>

Con la corrupción, la delincuencia y la inmigración ilegal como ejes de una campaña un tanto atípica y centrada en las redes sociales, donde el analista político -como él mismo se define- se ha hecho fuerte y ha reclutado a su legión de ‘ardillas’, la agrupación de electores de Alvise Pérez ha canalizado el descontento de parte la ciudadanía con el jefe del Ejecutivo y la llegada de inmigrantes a las costas españolas. Precisamente, las provincias costeras fueron las que en mayor grado respaldaron la lista de Alvise. En Málaga y Almería el apoyo a SALF superó el 7% de los votos (7,44% y 7,02%, respectivamente) y en Las Palmas, Cádiz, Granada y Murcia, entre otras, se situó por encima del 6%.

En clave estrictamente nacional, pero con propuestas radicales que recuerdan a las de otros ‘outsiders’ del otro lado del Atlántico, Alvise Pérez ha construido una retórica incendiaria contra la «partitocracia», a su juicio corrupta, y la delincuencia y el crimen organizado. «Meter a Sánchez en la cárcel» es solo un ejemplo de esa «mano dura» que pretende imponer el líder de SALF. Otra muestra es la construcción de una mega cárcel a las afueras de Madrid, la «mayor de Europa», donde encerrar a los políticos corruptos, a los delincuentes e, incluso, a aquellos que «tengan el tatuaje de una banda», al más puro estilo Nayib Bukele. También a los familiares conocedores de estas actividades. «Si tenemos que meter a 40.000 personas a la cárcel, las metemos», dijo en una entrevista.

En su cruzada contra los criminales, Alvise Pérez mencionó explícitamente a los narcotraficantes y pederastas, para los que prevé «un sistema de Justicia más severo». Tanto es así que propone una modificación constitucional para implementar los trabajos forzados. Para los llegados irregularmente al país, a los que también tacha de «criminales», Alvise contempla su «deportación inmediata» y masiva, con el objetivo de «controlar las fronteras y mantener la seguridad». Además, a imagen de algunos de los partidos más derechistas de Europa, abiertamente euroescépticos, SALF espera impulsar un referéndum para que España decida su permanencia en la Unión Europea.

Otras medidas, que son más una declaración de intenciones que prácticas, son las relacionadas con renovación política y la austeridad. «Yo no voy a cobrar ni un solo euro público de absolutamente nada en toda mi vida», anunció en una entrevista. Así, prometió que el 100% de su sueldo de europarlamentario, de 10.075,18 euros brutos mensuales (7.853,89 euros netos), más una asignación de 4.950 euros mensuales para cubrir gastos, sería sorteado entre los miembros de su comunidad. «Gestionaré la página web para que, en el momento en que llegue el día 1 de mes, poder sortear este sueldo», garantizó.