Por A. S.
Al conocer el plan para asesinar al líder ejecutivo de Rheinmetall, Armin Papperger, Estados Unidos se puso en contacto con la inteligencia alemana, quien procedieron a protegerlo
Estados Unidos y Alemania habrían desarticulado un complot del Kremlin para asesinar a Armin Papperger, director ejecutivo Rheinmetall, la mayor empresa de armas de Alemania. Este gigante industrial germano, con una capitalización bursátil de más de 22.000 millones de euros (similar a la de Telefónica, Aena o Ferrovial), es uno de los principales fabricantes europeos de proyectiles de artillería y vehículos militares, y ha estado asistiendo a Ucrania de forma directa e indirecta. Esto la convirtió “objetivo claro” para Moscú, según han revelado a la cadena estadounidense CNN cinco fuentes de inteligencia estadounidenses y europeas.
Tras conocerse los planes para asesinar al ejecutivo alemán, Estados Unidos se puso en contacto con los servicios de inteligencia alemanes, que desactivaron el complot y reforzaron la protección de Papperger, aseguró una fuente alemana. El asesinato del alto ejecutivo formaría parte de una serie de campañas de sabotaje en toda Europa con el objetivo de interferir en el envío de armas a Ucrania y reducir el apoyo público a Kiev. La estrategia incluiría desde provocar incendios en almacenes relacionados con el envío de armas para Ucrania hasta “pequeños actos de vandalismo” que dificulten la logística de entregas militares.
Pero el plan del Kremlin para asesinar a civiles, como es el caso de Papperger, demuestra hasta donde está dispuesto a llegar Moscú para crear una guerra “en la sombra” contra Occidente. “Estamos viendo sabotajes, planes de asesinato, incendios provocados. Estamos viendo cosas que tienen un coste en vidas humanas”, aseguró un alto cargo de la OTAN a la CNN. “Creo firmemente que estamos viendo una campaña de actividades encubiertas de sabotaje por parte de Rusia que tienen consecuencias estratégicas”, advirtió.
Las relaciones entre Kiev y Rheinmetall se han ido estrechando a raíz de la invasión a gran escala de Ucrania (febrero de 2022), hasta tal punto que planean abrir, en las próximas semanas, una planta conjunta para producir o ensamblar vehículos blindados en territorio ucraniano. Un movimiento que, de acuerdo con una fuente de inteligencia, “preocupa profundamente a Rusia”. La compañía alemana tiene, además, varias filiales repartidas por toda Europa, incluyendo España, donde compró el fabricante de municiones y explosivos Expal Systems en 2023. Ni la empresa ni el Gobierno alemán se han pronunciado al respecto.
Estas estrategias rusas de guerra híbrida, avisan las fuentes de seguridad, corren el riesgo de traspasar los límites y abrir las puertas hacia un conflicto armado con Europa. A pesar de que el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos declinó hacer comentarios sobre la “trama rusa”, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, firmó en un comunicado que “la intensificación de la campaña de subversión de Rusia es algo que nos estamos tomando muy en serio y en lo que nos hemos centrado intensamente en los últimos meses”.
“Estados Unidos ha estado discutiendo este asunto con nuestros Aliados de la OTAN. Estamos trabajando activamente juntos para exponer e interrumpir estas actividades”, afirmó. “También hemos dejado claro que las acciones de Rusia no disuadirán a los aliados de seguir apoyando a Ucrania”.