Por Marcos De Sousa
Resumen: El golpe de estado en Níger ha seguido consolidando las tendencias que se han venido produciendo en la región sahelo-sahariana desde 2011. No obstante, ha sido un punto de inflexión en un país clave para los intereses europeos y que había tenido una relativa estabilidad política hasta la fecha. Sobre este marco estratégico, el objetivo del report es analizar cómo está repercutiendo el conflicto en Níger en la situación de seguridad del Golfo de Guinea. Para ello, el autor investiga en este documento la expansión del terrorismo en la región, la fractura producida en la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, así como la evolución de la crisis humanitaria en la región.
Las ideas contenidas en este report son responsabilidad de su autor, sin que reflejen el pensamiento de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas o del Ministerio de Defensa.
Para citar como referencia: De Sousa, Marcos (2024), «Situación en Níger y seguridad en el Golfo de Guinea», Global Strategy Report, 10/2024.
Introducción
El golpe de estado en Níger, del pasado 26 de julio de 2023, marcó un punto de inflexión en el país, y por otra parte, un nuevo hito en las tendencias que azotan el Sahel desde el año 2011. No sólo es el séptimo golpe de estado o gobierno militar que se materializa en África septentrional en solo 4 años[1], sino que se produce en un escenario marcado por la presión yihadista, la débil gobernanza, y la falta de perspectivas para una población joven cada vez más numerosa.
Níger, un país ubicado estratégicamente en el corazón de la franja sahelo-sahariana, tiene un papel crucial en la seguridad y estabilidad regional, especialmente en la lucha contra el yihadismo y la migración irregular hacia Europa. La importancia de Níger trasciende sus fronteras, afectando a la geopolítica regional y a los intereses de potencias globales.
En este sentido, el objeto del presente report es investigar cómo repercute el actual conflicto en Níger en la situación de seguridad del Golfo de Guinea (GoG)[2]. Esta zona es una prioridad para Europa y para la protección de los intereses españoles («Estrategia de seguridad nacional», 2021), lo que justifica la relevancia del estudio. Cabe destacar que este report tiene su origen en un trabajo académico del autor efectuado en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas (FAS), dentro del XXV Curso de Estado Mayor de las FAS[3].
Para ello, se establece como tesis la siguiente afirmación: el golpe de Estado en Níger contribuye a empeorar la situación de seguridad del GoG. La investigación se abordará desde tres perspectivas o argumentos diferentes (expansión del terrorismo, fractura de ECOWAS, y crisis humanitaria y crecimiento demográfico), sobre las que se aportarán una serie de evidencias y de contraargumentos.
Expansión del terrorismo
Durante 2023 y en comparación con el año anterior, Níger ha sufrido un aumento del 9% en el número de eventos violentos y del 48% en las muertes[4] relacionadas con el extremismo islámico. El denominador común en la región es que prácticamente todas ellas han sido de civiles (Dreikhausen y Vircoulon, 2023). Aunque las cifras absolutas están lejos todavía de las que vive Burkina Faso[5], el aspecto relevante es que la mayor parte de las víctimas en Níger se produjeron tras el golpe de estado y a manos del Islamic State in the Greater Sahara (ISGS)(Deaths Linked to Militant Islamist Violence in Africa Continue to Spiral, 2024).
Si el análisis se circunscribe al periodo posterior al golpe de estado en Níger[6], se pueden deducir algunas tendencias relevantes. En primer lugar, Níger ha duplicado el número de víctimas por terrorismo islámico con respecto al mismo periodo del año anterior. En segundo lugar, Nigeria mantiene una tendencia estable en su número de eventos terroristas y de muertes en este periodo. En cambio, Camerún ha casi triplicado el número de víctimas por terrorismo tras el golpe de estado en Níger, y Benín lo ha aumentado un 50% (ACLED Dashboard, 2024).
Estos incrementos tan relevantes en las cifras de muertes por yihadismo en Níger, Benín, y Camerún, refuerzan la relación de causalidad entre el golpe de estado en Níger y el aumento de la inseguridad de la región. Asimismo, se aprecia una expansión geográfica hacia el sur de los ataques en la triple frontera Níger-Benín-Nigeria. Como apunta Kump (2024), la incapacidad de la junta militar de Níger para hacer frente al terrorismo está amenazando la desestabilización del Golfo de Guinea.
Por otra parte, la nueva junta militar ha tensado las relaciones diplomáticas con los países occidentales y ha roto diversos acuerdos de cooperación militar en materia anti-terrorista. Francia ha replegado de Níger sus 1.500 soldados (Reuters, 2023), y la UE ha tenido que dar por finalizada sus dos operaciones en el país[7] (Europa Press, 2023). Adicionalmente, Níger también ha abandonado la Fuerza Conjunta del G5 del Sahel, financiada por la UE, Naciones Unidas (NNUU) y la Unión Africana (Karr, 2023). Por su parte, EE. UU. ha anunciado la retirada de sus más de mil soldados desplegados en Níger, tras la decisión de la junta de romper unilateralmente el status of force agreement (SOFA) (Hawkins, 2024). Con este escenario, es improbable que la junta militar sea capaz por sí sola de frenar el avance del yihadismo en el país.
Por último, y en palabras de Mednick (2023) y Mora (2023), el golpe de estado ha puesto en peligro el programa de desarme, desmovilización y reintegración (DDR) de grupos terroristas en Níger. Desde que fuera instaurado en 2016[8], más de 1.000 yihadistas desertaron, se acogieron al programa, y se reintegraron en la sociedad. En consecuencia, si el programa termina por descarrilar con la junta militar, la situación puede dar todavía más alas a la expansión del yihadismo. Asimismo, y según Mora (2023, p. 121), la junta militar tampoco aborda «los factores socioeconómicos subyacentes que explican los apoyos de la población a los grupos terroristas».
Fractura de ECOWAS
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS)[9] reaccionó con enorme firmeza al golpe de estado en Níger del 26 de julio de 2023. No sólo suspendió sus relaciones diplomáticas, impuso sanciones económicas y cerró las fronteras, sino que estableció un ultimátum de 2 semanas para que los golpistas devolvieran el poder al presidente Bazoum (Mora, 2023). La intervención militar se preparó y las fuerzas militares estuvieron alistadas, con 9 países africanos aportando medios (Africanews, 2023), pero la operación nunca se llegó a lanzar.
Por tanto, el ultimátum demostró ser ineficaz y deterioró la credibilidad de ECOWAS. Asimismo, también pudo evidenciar una política de doble rasero, puesto que ECOWAS no se había atrevido a amenazar con una intervención militar a los golpistas que actuaron previamente en Mali, Burkina Faso o Guinea Conakry (Mora, 2023). En cualquier caso, los acontecimientos pusieron de manifiesto la imposibilidad de ECOWAS para hacer frente a los golpes de estado en África[11] (Kump, 2024). Por ello, la capacidad de ECOWAS de mantener la estabilidad y la paz en la región está actualmente en duda.
Por otra parte, el liderazgo regional de Nigeria se ha visto erosionado con el conflicto de Níger. Nigeria es la potencia económica y militar de la región y tiene una posición étnica preponderante en Níger[12], pero no ha sido capaz de liderar su resolución. La perspectiva del presidente de Nigeria, optando por la intervención militar para devolver el poder legítimo en Níger, sorprendió a todos (Mora, 2023). Pero el ultimátum encabezado por Nigeria se quedó en nada, y uno de los factores fue precisamente la negativa del parlamento de Nigeria a autorizar la participación de sus fuerzas armadas (Akinkuotu, 2023). El papel de Nigeria como proveedor de seguridad en la región está debilitado.
Por último, ECOWAS se ha terminado por fracturar con el anuncio de Mali, Burkina Faso y Níger de abandonar la organización (Eboh, 2024). Según Kump (2024), ha sido precisamente la amenaza de intervención militar de ECOWAS en Níger lo que ha unido fuertemente a las juntas militares de los tres países. Como han reconocido los Jefes de Estado y de Gobierno de la ECOWAS, la salida de estos tres países tendrá consecuencias de seguridad en la región[13], además de otras de índole político, socio-económico, financiero e institucional (Comunicado de sesión extraordinaria de Jefes de Estado y Gobierno ECOWAS, 2024).
Crisis humanitaria y crecimiento demográfico
Níger es uno de los países más pobres del mundo. Ocupa el puesto 189 de 191 en el Índice de Desarrollo Humano (Datosmacro.com, 2021), y el puesto 186 en el PIB corregido per capita (Datosmacro.com, 2022). Casi la mitad de su población (48.2%) vive por debajo del umbral de la pobreza, por lo que la desigualdad social es una de las principales fuentes de descontento en el país (Mora, 2023).
Como alerta NNUU, el número de nigerinos en riesgo humanitario ha aumentado tras el golpe de estado[14]. La degradación en la situación de seguridad, el impacto de las sanciones de ECOWAS y las malas cosechas han potenciado la crisis humanitaria (Global humanitarian report, 2024). La economía se ha contraído un 7.8%, los impagos de su deuda soberana se han multiplicado, y las ayudas internacionales se han reducido de un 11% a un 4% (Cosset, 2024). Sin duda alguna, el golpe de estado ha exacerbado la crisis humanitaria[15], aunque la población nigerina lo asume «como una calamidad más entre otras muchas» (Idrissa, 2023b, p. 1).
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las tendencias migratorias en Níger se han invertido con el golpe de estado. De ser un país tradicionalmente receptor de migrantes y refugiados[16], desde julio 2023 ha aumentado el balance de salidas de desplazados en la mayoría de los puntos de vigilancia. Los mayores incrementos se han producido hacia Nigeria, Costa de Marfil, Benín y Burkina Faso[17] (Matriz de seguimiento de desplazados, 2023). Todo ello permite afirmar que la situación de inseguridad que vive el país está generando importantes desplazamientos de población.
Níger tiene 25 millones de habitantes y una tasa de crecimiento del 3.7% («Niger country summary», 2024). Asimismo, su tasa de fecundidad está entre las más altas del mundo, por lo que dobla su población cada 20 años. La previsión es que alcance los 120 millones de personas en 2070 (Mora, 2023). Por otra parte, dos terceras partes de su población son menores de 25 años, lo que unido a la falta de posibilidades económicas (Kump, 2024), convierte al país en un caldo de cultivo para el yihadismo y la inestabilidad sistémica. Este conjunto de factores convierte al crecimiento demográfico en un potenciador de la inseguridad.
Golpe de estado en Níger, ¿riesgo u oportunidad?
Según Tschörner (2023), los opositores criticaban al presidente legítimo Bazoum su política de diálogo y mediación con los yihadistas, la cual incluía actividades de reinserción en la sociedad. Estas iniciativas eran percibidas como síntomas de debilidad e ineficacia del Gobierno, e incluso, como pactos de no-agresión con los terroristas para disminuir las cifras de víctimas de cara a las elecciones. Según los opositores, Bazoum también se había alejado de la cooperación con Mali y Burkina en materia contra-terrorismo. Por estos motivos se podría argumentar que el golpe de estado ha constituido una oportunidad para revigorizar la lucha contra el terrorismo en la región, pero las cifras expuestas anteriormente sobre la evolución en el número de víctimas indican lo contrario.
Por otra parte, un artículo de Issoufu y Ochieng (2023) recoge las declaraciones de algunos nigerinos que se muestran interesados en la ayuda que Rusia le pueda prestar a su país. Consideran que Rusia contribuirá a mejorar la situación de seguridad de la región y les apoyará con tecnología para aumentar la productividad de la agricultura. Según el afrobarómetro de junio 2022, sólo un 6% de la población en Níger consideraba necesaria la ayuda que la UE y Francia prestaban al país (Tschörner, 2023). Pero como se ha demostrado a lo largo del presente report, el golpe de estado y el alejamiento de la esfera occidental han aumentado la inseguridad y la crisis humanitaria en la región.
Por último, Bazoum representaba para muchos la continuación del régimen corrupto basado en élites políticas de Issoufu[18]. Aunque se prometía democracia, se impuso un sistema cuasi monopartidista que politizó la administración pública y la justicia (Tschörner, 2023). En palabras de Idrissa, un golpe de estado en Níger no es una sorpresa, sino una probabilidad estadística (Mora, 2023). La junta militar nigerina podría ser un puente hacia unas instituciones más fuertes, pero el retroceso económico del país y la crisis humanitaria apuntan en la dirección contraria.
Conclusiones
A partir del golpe de estado, las actividades terroristas en Níger han aumentado, y han consolidado su tendencia expansiva hacia el GoG. Se aprecia un contagio hacia Benín y un aumento en el norte de Camerún. La pérdida de apoyos contra-terrorismo de los países occidentales, tras la rotura de relaciones con la junta militar, han acelerado estas tendencias. Asimismo, el abandono de los programas DDR, tan criticados por la oposición a Bazoum, está teniendo también efectos negativos. Por tanto, la expansión del yihadismo es una amenaza que está empezando a afectar directamente a la seguridad del GoG.
ECOWAS no sólo ha demostrado su incapacidad para mantener la estabilidad y la paz en la región, sino que su credibilidad ha quedado seriamente dañada. Y el reciente abandono en bloque de Mali, Burkina y Níger de la organización ha empeorado la situación. En paralelo, el rol de Nigeria como proveedor de seguridad en la región también se ha visto debilitado. El golpe de estado en Níger ha terminado por fracturar ECOWAS, por lo que desaparece un importante muro de contención de la inseguridad desde el Sahel hacia el GoG.
Por último, el golpe de estado también ha agravado la crisis humanitaria y está provocando desplazamientos de población hacia el GoG. El crecimiento demográfico tan elevado que sufre Níger, unido a los desafíos estructurales de su población, son un potenciador de la inseguridad de la región. Y una de sus principales vías de proyección es precisamente el GoG.
Por todo lo anterior, se puede afirmar que el golpe de Estado en Níger está contribuyendo a empeorar la situación de seguridad del GoG.
[1] Mali en 2020 y 2021, Chad en 2021, Burkina Faso en 2022 en dos ocasiones, Guinea Conakry en 2021, y Níger en 2023, así como un intento en este país en 2021.
[2] A efectos de este report, el GoG es la región que comprende Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón y Santo Tomé y Príncipe, así como sus aguas circundantes.
[3] Este curso «tiene por finalidad complementar la capacitación del militar de carrera para el desempeño de los cometidos de asesoramiento y apoyo a la alta dirección en los órganos superiores y directivos del Ministerio de Defensa y de los organismos internacionales de los que España forma parte, así como de los estados mayores específicos, conjuntos y combinados» (Instrucción 4/2022, de 21 de enero, del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, por la que se aprueba el currículo del curso para la obtención del diploma de Estado Mayor, 2022, p. 2649).
[4] Contabilizando un total de 231 eventos y 793 víctimas (Deaths Linked to Militant Islamist Violence in Africa Continue to Spiral, 2024).
[5] 7.762 muertes en Burkina Faso en 2023, frente a las 793 en Níger.
[6] Periodo de estudio del 01 AGO 23 al 31 MAY 24.
[7] “EUCAP Sahel Níger” de carácter civil con 11 años de experiencia, y “EU Military Partnership Mission Níger” de carácter militar no ejecutiva lanzada en febrero de 2023.
[8] Implantado por el depuesto presidente Bazoum, cuando era Ministro de Interior.
[9] ECOWAS es una organización regional que promueve la integración económica y política entre 15 países de África Occidental. Busca fomentar la estabilidad y el desarrollo económico en la región, apoyando también iniciativas de paz y seguridad.
[10] Incluyen Cabo Verde y los 4 países suspendidos de la ECOWAS (Mali, Burkina, Níger y Guinea Conakry) por estar gobernados por juntas militares.
[11] Solamente 16 días antes del golpe de estado en Níger, el presidente de Nigeria había declarado en su toma de posesión como presidente de turno de ECOWAS que la prevención de los golpes de estado sería una prioridad, y había prometido que la organización actuaría con dureza y asertividad (Kump, 2024).
[12] La etnia hausa es el grupo más numeroso en Níger y en Nigeria. Un 55.4% de la población nigerina (Mora, 2023) y un 30% de la población nigeriana («The world factbook: Nigeria», 2024) pertenecen a esta etnia.
[13] Por una parte, se rompen los acuerdos en materia de inteligencia con los tres países, y se veta su participación en la Iniciativa de Accra y en la Multinational Joint Task Force (MNJTF), ambas de marcado carácter contra-terrorismo. Asimismo, cabe destacar que los tres países se han beneficiado de 100 millones de dólares, movilizados por la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (UEMOA), dentro del contexto del plan de acción de ECOWAS en la lucha contra el terrorismo.
[14] En sólo un año ha pasado de 4.2 millones de personas a 4.5 millones.
[15] Hay escasez de algunos alimentos, el precio de la comida se ha incrementado, se han reducido las actividades económicas, la inflación ha subido, la renta per cápita ha disminuido y el índice de pobreza ha aumentado (Global humanitarian report, 2024).
[16] «Los refugiados y los solicitantes de asilo provienen principalmente de Nigeria (51 %), Mali (21 %) y Burkina Faso (9 %)» (Mora, 2023, p. 116).
[17] También cabe destacar que la junta militar ha derogado recientemente una ley que desde hace 8 años permitía criminalizar a los traficantes de personas (Ewokor y Hancock, 2023).
[18] Mahamadou Issoufou fue el presidente de Níger desde 2011 hasta 2021.
Editado por: Global Strategy. Lugar de edición: Granada (España). ISSN 2695-8937
Marcos De Sousa
Capitán de Corbeta de la Armada, y alumno del XXV Curso de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas españolas